PALESTINA: Crisis financiera amenaza proceso de paz

Un representante del Banco Mundial exhortó a los países donantes a financiar el déficit de 127 millones de dólares del gobierno autónomo palestino para evitar "el colapso" del proceso de paz en Medio Oriente.

El pedido fue formulado por Ferdinand Smit, delegado del Banco Mundial en Gaza, en vísperas de la reunión del Comité ad hoc de Enlace, que supervisa la asistencia internacional a Palestina.

El Comité de Enlace sesionará el jueves en Washington con el propósito de acordar medios para financiar el déficit presupuestal de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que aumentó a causa de la clausura de las fronteras de Israel con Cisjordania y Gaza.

El cierre de fronteras, que se mantiene desde marzo, ha costado el empleo en Israel a 70.000 trabajadores palestinos y resta a la ANP una importante fuente de ingresos.

La ANP no puede pagar salarios a sus funcionarios y la situación puede dar lugar a "un estallido social y al fracaso del proceso de paz", advirtió Smit.

La comunidad internacional de donantes se comprometió, tras la firma a fines de 1993 de los acuerdos entre palestinos e israelíes, a financiar en el plazo de cinco años proyectos de desarrollo en Palestina por 2.400 millones de dólares.

Pero la clausura de Israel a la entrada de los trabajadores palestinos persiste en mayor o menor grado desde marzo de 1993, y provoca estragos en el cálculo del Banco Mundial de ingresos de la ANP.

El resultado ha sido que la comunidad de donantes debe financiar el déficit fiscal palestino con recursos destinados originalmente a los 1.400 proyectos de infraestructura previstos por el Banco Mundial.

"Hemos recibido una gran cantidad de dinero en concepto de recursos de emergencia" para superar los efectos del cierre de fronteras, "pero el plan de acción global ha sido relegado", destacó el ministro de Economía y Comercio de Palestina, Maher al Masri.

En enero, el Comité de Enlace anunció en París una entrega adicional a la ANP de 73,5 millones de dólares para el déficit presupuestal de este año, calculado entonces en 75 millones.

Pero la situación y las previsiones de ingresos financieros fueron alteradas por cuatro ataques suicidas lanzados en Israel por extremistas islámicos en febrero y marzo.

Israel impuso una clausura general de sus fronteras con Cisjordania y Gaza. Unos 70.000 trabajadores palestinos perdieron de inmediato su empleo, y la proyección de déficit presupuestal fue incrementada a 127 millones de dólares, debido a la reducción de la recaudación de impuestos.

Antes de los atentados, los salarios ganados por palestinos en Israel proporcionaban a la ANP un ingreso anual de 140 millones de dólares, según Smit.

Economistas del Banco Mundial calculan que cada 10.000 trabajadores palestinos contratados en Israel, la ANP obtiene una recaudación de 20 millones de dólares al año en concepto de impuestos.

Aunque Israel aumentó a 40.000 los permisos concedidos, la cantidad es aún muy inferior a los 70.000 que el Banco Mundial concidera para calcular la recaudación impositiva aguardada.

El resultado es una pérdida adicional de 60 millones de dólares. Smit cree que los donantes se comprometerán en Washington a un desembolso de 64 millones de dólares.

Pero los palestinos desean algo más que promesas, ya que, según afirman, los donantes no siempre entregan los recursos anunciados. "Queremos ver la transferencia del dinero", declaró Al Masri.

Al respecto, Smit informó que sólo una fracción de los 73,5 millones de dólares comprometidos en enero ha sido entregada.

El funcionario señaló que el Congreso de Estados Unidos retiene la ayuda de 10 millones de dólares anunciada en enero por la administración de Bill Clinton.

Y por razones que el Banco Mundial ignora, Arabia Saudita condiciona su propio desembolso de 10 millones de dólares para Palestina a la liberación de los fondos estadounidenses.

Smit puntualizó que la prioridad, a juicio del Banco Mundial, consiste en lograr una mayor presencia de trabajadores palestinos en Israel.

El Banco aspira a que Israel autorice el ingreso de un contingente adicional de 100.000 trabajadores palestinos, pero el gobierno israelí insinuó esta semana que sólo concederá 10.000 nuevos permisos.

Los países donantes pretenden destinar su ayuda a proyectos específicos y visibles de infrastructura, en vez de gastarlo en el salario de los funcionarios de la ANP, explicó Smit. (FIN/IPS/tra- en/dho/rj/ff/ip/96

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