NACIONES UNIDAS: La Asamblea, buen escenario para criticar a EEUU

La sede de Naciones Unidas en Nueva York, donde sesiona la Asamblea General, fue el escenario elegido esta semana por varios gobernantes de todo el mundo para criticar la política internacional de Estados Unidos.

Muchos cuestionaron severamente el supuesto "unilateralismo" ejercido por Estados Unidos desde que el fin de la guerra fría lo convirtió en la única potencia mundial, y atribuyeron en forma reservada esa actitud a la campaña del actual presidente, Bill Clinton, por la reelección.

El presidente de Colombia, Ernesto Samper, aseguró que es acusado injustamente por Washington de vínculos con traficantes de drogas.

La ex primera ministra y actual canciller de Turquía, Tansu Ciller, defendió, como representante de la minoría laica del nuevo gobierno islámico en Ankara, el acuerdo energético que su país firmó con Irán, rechazado por Estados Unidos.

El canciller de Rusia, Yevgeni Primakov, se mostró molesto con las sanciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) contra países que integran el cuerpo mundial, frecuentemente mantenidas a causa de la fuerte presión de la Casa Blanca.

A estas quejas se sumaron las manifestaciones de países que habitualmente critican la intervención de Washington en la política mundial, desde Irán hasta Cuba, y las constantes alusiones a la deuda de 1.600 millones de dólares que mantiene Estados Unidos con la ONU.

A nadie soprendió que Clinton, hoy en medio de una intensa campaña electoral, haya evitado ejercer su papel tradicional como anfitrión de los líderes mundiales reunidos todos los años para asistir a la sesión anual de la Asamblea General de la ONU.

Clinton eludió un almuerzo ofrecido este lunes por el secretario general del cuerpo mundial, Boutros Boutros-Ghali, aunque el mandatario de Estados Unidos en ejercicio pronuncia un brindis en esa ocasión desde la fundación de la ONU en 1946.

El presidente apareció en el segundo día de sesiones por apenas dos horas. Entonces, firmó el Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares y pronunció un breve discurso y reanudó a continuación su campaña electoral en Nueva Jersey, cerca de Nueva York.

La campaña electoral es, precisamente, lo que está exacerbando las actitudes conflictivas de Estados Unidos en materia de política exterior, según sus propios aliados.

Samper atribuyó la campaña en su contra a presiones electorales y a la necesidad de la Casa Blanca de figurar como un duro combatiente contra las drogas.

El presidente de Colombia, acusado de aceptar dinero del narcotraficante Cártel de Cali para su campaña electoral en 1994, no dispone de visado para ingresar a Estados Unidos y se le permitió el ingreso al país a los solos efectos de concurrir a la Asamblea General.

"Este es un momento muy difícil, pero, de un modo u otro, estamos destinados a trabajar juntos", dijo Samper con respecto a su relación con Washington. "Advierto, sin embargo, cierto aflojamiento en las relaciones entre los dos países", acotó el gobernante.

Ciller sostuvo que la política doméstica de Estados Unidos pesó más que las alianzas tradicionales en algunas de las fricciones surgidas en los últimos meses entre Ankara y Washington.

La canciller de Turquía se lamentó por que el acuerdo sobre suministro de gas entre su país e Irán haya enfriado las relaciones entre el actual primer ministro Necmettin Erbakan, del islamista Partido del Bienestar, y la Casa Blanca.

Washington ha afirmado que el acuerdo podría ser violatorio de una nueva ley de Estados Unidos que sanciona a terceros países que inviertan en Irán.

Pero Ankara replicó que el acuerdo no supone inversiones, sino una transacción comercial mediante la cual cada país construirá la parte de un gasoducto que corresponda a sus respectivos territorios.

"Queremos seguir adelante con este acuerdo. ¿Por qué está bien que Europa lo haga y, sin embargo, cuando lo hace Turquía se convierte en un gran problema político mundial?", se preguntó Ciller.

Muchos diplomáticos aseguraron que las últimas medidas conflictivas de Clinton en materia internacional obedecen a su intención de adelantarse a posibles críticas de su contendiente, el republicano Bob Dole.

En ese sentido, mencionaron las leyes que este año refrendó Clinton y castigan a los países que mantengan relaciones comerciales con Irán, Libia y Cuba, aprobadas por el Congreso, donde el Partido Republicano cuenta con una amplia mayoría.

"Francia y Europa no aceptan que un país, ni siquiera el más poderoso, trate de regular el comercio mundial por su propia decisión y a través de medidas extraterritoriales", dijo el canciller de Francia, Herve de Charette.

"La Organización Mundial de Comercio no lo permite, y nadie debe dudar de la firmeza de las reacciones que esas medidas originarán en Francia y Europa si son implementadas", agregó De Charette.

El respaldo de Estados Unidos a las sanciones de la ONU también fue criticada, aunque en forma indirecta, por Primakov. "Ninguna sanción debe ser utilizada como medio de castigo a los pueblos o como instrumento para derrocar gobiernos", dijo el canciller de Rusia este martes.

Muchos diplomáticos alertaron a la Asamblea General, con un grado inusual de acuerdo, contra los riesgos del "unilateralismo", y cuestionaron a una poderosa nación a la que no nombraron que utiliza la fuerza en lugar del diálogo para lograr sus fines.

"Detrás de una palabra tan tecnocrática como 'unilateralismo' acecha la tentación de imponer la ley del más fuerte en detrimento del diálogo y la negociación", afirmó De Charette.

El canciller de Irán, Alí Akbar Velayati, utilizó casi la misma definición que su par francés cuando, en una alusión explícita a Estados Unidos, sostuvo que el unilateralismo es "una falta total de compromiso con la cooperación mutua y las soluciones comunes".

En cierta medida, Washington esperaba esas críticas en su calidad de única potencia supérstite tras el colapso de la Unión Soviética.

Pero por cada nación que se pronuncia contra alguna actitud de Estados Unidos, otra se levanta de su asiento para agradecer a ese país por su intervención en la resolución de las crisis mundiales, en un amplio abanico que va de Bosnia-Herzegovina a Haití.

Sin embargo, Washington está preocupado porque muchos de los países que critican su "unilateralismo" están dispuestos a hacer algo al respecto.

Dieciséis naciones respaldaron este miércoles una exhortación a "renovar el multilateralismo" a través del fortalecimiento de la ONU y del compromiso a resolver los conflictos a través de la cooperación multilateral.

De estas naciones (Australia, Brasil, Canadá, Corea del Sur, Costa de Marfil, Egipto, Holanda, India, Indonesia, Irlanda, Jamaica, Japón, México, la República Checa, Sudáfrica y Suecia), no todos se unieron a las duras críticas contra Estados Unidos.

"Todos los países, sin excepción, deben pagar la totalidad de sus deudas a la ONU en fecha y sin condiciones", reclamaron, lo cual reflejó una de las críticas que con mayor frecuencia se dirigen directamente hacia Washington en el sistema de Naciones Unidas. (FIN/IPS/fah/yjc/mj/ip/96

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