Importantes dirigentes del Congreso Nacional Africano (ANC), partido gobernante en Sudáfrica, enfrenta reiteradas acusaciones de corrupción que ponen en riesgo la imagen del presidente Nelson Mandela.

Integrantes del entorno más próximo a Mandela, entre ellos la ministra de Salud y esposa del presidente del ANC, Nkosazana Zuma, y el primer ministro de la provincia de Gauteng, Tokyo Sexwale, enfrentan escándalos que pusieron a la oposición en posición de ataque.

Al mismo tiempo, el viceministro de Asuntos Ambientales, Bantu Holomisa, fue expulsado del ANC por sus críticas a Sexwale y por acusar al partido de aceptar donaciones de un empresario imputado de soborno.

El más candente de esos episodios se refiere a una campaña educativa de prevención del sida, que alcanzó las portadas de los periódicos en marzo cuando la Unión Europea (UE) le retiró su apoyo por irregularidades en los procedimientos de licitación.

Zuma aseguró que contaba con el respaldo de la UE para gastar más de tres millones de dólares en la realización de la campaña, consistente en una obra de teatro itinerante, "Sarafina II". Pero el bloque desmintió esa afirmación de Zuma y el gobierno debió congelar el proyecto.

Entonces, la secretaria de estado recibió el respaldo de un "financista secreto" para la obra, que reclamó el anonimato. Los funcionarios lo identificaban apenas como "un empresario sudafricano blanco".

Esto provocó gran revuelo público, pues la oposición exigió la difusión de la identidad del hombre que había cedido tan generosa suma al gobierno. Los medios periodísticos especularon que, en realidad, se trataba de una gran empresa y no de un individuo.

Las leyes de Sudáfrica disponen que quienes donen más de 23.000 dólares al estado deben hacerlo a cara descubierta.

La presión había llegado a tal punto el miércoles 11 que el "financista secreto" abandonó el proyecto. Los contribuyentes sudafricanos advirtieron entonces que deberían pagar de su bolsillo las cuentas ya comprometidas para la producción de "Sarafina II".

La figura de Zuma, esposa del presidente del ANC en lo nacional y en la provincia de Kwazulu-Natal, quedó en entredicho ante la opinión pública.

"Su imagen sufrió, pero si no renunció en marzo no lo hará tampoco ahora. En otros escenarios políticos, la renuncia habría sido segura, pero en Sudáfrica no existe esa tradición", dijo Steve Friedman, director del Centro para Estudios de Política.

Friedman opinó que el ANC manejó muy mal la situación tras las acusaciones de corrupción contra sus dirigentes. En lugar de reaccionar con decisión, el partido tiende a defenderlos, acusó.

"El ANC cree que estas imputaciones suponen incompetencia para gobernar el país", sostuvo.

Para el experto, el oficialismo debe darse cuenta de que hay funcionarios corruptos en todos los partidos del mundo, y que una organización responsable debe lidiar con esa realidad de manera apropiada.

El ANC expulsó al viceministro Holomisa, después de que criticó al partido por aceptar una donación de 460.000 dólares del magnate de casinos Sol Kersner.

Holomisa sostuvo que la donación de Kersner tuvo por objeto evitar que el empresario afronte cargos por soborno que se remontan a 1989.

El ANC negó haber recibido dinero del magnate, hasta que el propio Mandela lo admitió.

Después de su expulsión, Holomisa acusó Sexwale, de beneficiarse de transacciones poco claras con narcotraficantes.

Sexwale calificó, a su vez, a Holomisa de "escoria peor que una rata de alcantarilla", pero no recogió el guante del ex ministro, que lo desafió a un debate televisivo.

El ANC abrió los libros contables del primer ministro de Guateng al escrutinio del público, pero al mismo tiempo rechazó cualquier acusación sobre vínculos entre el gobernante y el narcotráfico.

Zuma también goza del respaldo del partido. En medio de la controversia, el propio Mandela dijo que ella "es una muy buena ministra" y pidió que la "dejen hacer su trabajo". La intervención del mandatario provocó la furia de la oposición.

"Creo que nunca hubo un 'donante secreto' para 'Sarafina II' y que todo fue un manejo deliberado del ANC para confundir a la opinión pública. No es justo para la ciudadanía que el presidente Mandela proteja a Zuma", dijo Willem Odendaal, ministro de Salud en las sombras del Partido Nacional, de mayoría blanca.

Mike Ellis, que ocupa un cargo similar en el Partido Democrático, acusó a Zuma de incompetencia y sostuvo que no debería ser perdonada, especialmente porque los contribuyentes deberán hacerse cargo del financiamiento de "Sarafina II".

Sin embargo, admitió que la ministra tuvo una buena actuación en otras actividades de su cartera, lo cual no sirve de disculpa para su manejo errático de la campaña, dijo.

Por su parte, el ANC recordó que Zuma creó un sistema de salud preventiva que garantiza tratamiento gratuito a mujeres embarazadas y niños menores de seis años, y que contrató a médicos cubanos para trabajar en áreas rurales donde la atención sanitaria es escasa. (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/mj/ip/96) – – – –

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