América Latina atraerá grandes inversiones externas en el sector petrolero durante los próximos 15 años, en especial para la explotación de gas natural, según un estudio de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la ONU, con sede en Santiago de Chile, estima que las inversiones vendrán sobre todo de Estados Unidos, estimuladas tanto por factores geográficos y políticos como por la desregulación del mercado energético.
Las proyecciones, que cubren hasta el año 2010, se fundamentan en la evolución mundial de la demanda de energía, que favorecerá el consumo de gas natural, mantendrá una alta incidencia del petróleo y mostrará una brusca caída de la fuente nuclear.
Las fuentes alternativas y renovables tendrán el más alto crecimiento relativo, pero su participación seguirá siendo baja dentro de la oferta general, según el estudio de la principal agencia regional de la ONU.
El informe, titulado "Tendencias del Mercado Petrolero Mundial y sus Implicancias en la Inversión Extranjera de la Industria Petrolera de los Países de América Latina y el Caribe", fue difundido este mes por Cepal en Santiago.
Al analizar el comportamiento por zonas geográficas y económicas, el documento advierte que por primera vez la demanda petrolera de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a los 24 países más industrializados, será inferior a 50 por ciento del total mundial.
Los aumentos más espectaculares de la demanda de energía primaria tendrán lugar en Asia del Este y Asia del Sur, particularmente en China, mientras América Latina superará entre las regiones en desarrollo sólo a Africa.
No obstante, la región latinoamericana y caribeña cuadruplicó sus reservas petroleras en los últimos 20 años y la condición de "mercados emergentes" de muchas de sus economías la transforman en una plaza atractiva para la inversión externa en el sector energético, según Cepal.
El producto interno bruto (PIB) mundial crecerá hasta el 2010 entre 2,3 y 2,5 por ciento anual, al mismo ritmo de las dos últimas décadas, pero la demanda mundial de energía, que se incrementó 2,4 por ciento al año entre 1971 y 1991, lo hará ahora a una tasa menor, entre 1,6 y 2,1 por ciento.
Esta disminución es atribuible a la búsqueda de la eficiencia energética, en los cánones de modelos de desarrollo sustentables y de lucha contra la contaminación, fenómeno que se expresará sobre todo en el marco de la OCDE.
Bajo estos parámetros, los usos de la geotermia, derivada de los géiseres, y otras energías renovables, como la solar y la eólica, crecerán a 8,5 por ciento al año, pero su participación en la oferta global, de 0,4 por ciento en 1991, aumentará a sólo 1,3 por ciento en el 2010.
Los factores ambientales harán bajar ligeramente la participación del carbón en la estructura energética mundial, pero la caída más significativa afectará a la energía nuclear, que creció a un ritmo anual de 15,9 por ciento entre 1971 y 1991 y que ahora lo hará sólo a 1,3 por ciento al año.
El gas natural, como el insumo energético más limpio asociado a los yacimientos de hidrocarburos, verá aumentar su consumo en 2,4 por ciento al año, es decir por encima del promedio en que crecerá la demanda mundial de energía en los próximos tres lustros.
La OCDE, que en 1971 respondía por 71 por ciento de la demanda mundial de petróleo, bajó a 56 por ciento en 1991 y el 2010 disminuirá a 47 por ciento, con un aumento de su consumo de hidrocarburos de 1,3 por ciento cada año.
En el resto del mundo, en cambio, el promedio de aumento anual de la demanda de energía primaria será de 4,2 por ciento, y en Asia del Este, donde se concentran los países de reciente industrialización, el consumo crecerá 149 por ciento entre 1991 y el 2010.
En el período señalado, China tendrá el mayor incremento del mundo en consumo de petróleo, de 170 por ciento, mientras en el Asia del Sur el consumo de energía primaria aumentará a su vez 143 por ciento.
El consumo total de energía de América Latina y el Caribe crecerá en el mismo lapso 88 por ciento, superando a la OCDE, a la ex Unión Soviética y a Africa, y su participación en la demanda mundial pasará de 8,14 en 1991 a 10,14 por ciento en el 2010.
En síntesis, la estructura de la demanda primaria no variará sustantivamente en la primera década del nuevo milenio en cuanto a los diferentes recursos y la participación combinada del petróleo y gas natural cubrirá dos tercios del consumo.
Para satisfacer esa persistente demanda, la producción mundial del sector petrolero deberá incrementarse 42 por ciento hasta el año 2010, con inversiones que, de acuerdo a Cepal, ascenderán a "varias decenas de miles de millones de dólares".
En 1994, América Latina y el Caribe aportó 12,8 por ciento de la producción mundial de petróleo, y sus reservas se cuadruplicaron entre 1975 y 1994, llegando a 14 por ciento del total del planeta.
México y Venezuela acumulan 69 por ciento de la producción regional y 89 por ciento de las reservas, constituyéndose por ahora en los países con mayor potencial para atraer inversiones petroleras del exterior.
Estados Unidos aparece como el inversionista más importante, ya que por razones de seguridad está privilegiando el abastecimiento de petróleo en la región y hoy 50,1 por ciento de sus importaciones provienen de América Latina y Canadá, mientras en 1991 esa participación era de 43 por ciento.
El análisis de Cepal señala que las grandes transnacionales petroleras aumentaron su interés por participar en mercados emergentes como los latinoamericanos, en lugar de atender sólo el consumo de los países industrializados.
La desregulación de los mercados energéticos y el tratamiento más favorable al capital extranjero en el marco de la liberalización y apertura de las economías, completan el elenco de incentivos a las inversiones foráneas.
El informe de la ONU destaca el "gran potencial" del gas natural, como el recurso energético de mayor demanda en la región con un consumo que debe duplicarse hacia el año 2010 igualando la tasa del pujante Sudeste Asiático.
Con excepción de Argentina y Venezuela, la infraestructura de explotación del gas natural es muy precaria en la región, pero ya están en marcha grandes proyectos, que incluyen la construcción de varios gasoductos, con inversiones del orden de los 9.000 millones de dólares. (Sigue). – – – –
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