Con ritmos palpitantes y letras francas y directas, el grupo Rage Against the Machine intenta ser algo más que otra banda en la escena musical estadounidense. También desean dar voz a los pueblos oprimidos del mundo.
El cantante y líder de la banda, Zack de la Rocha, es un indígena estadounidense y, quizás por ese motivo, plantea la historia del país norteamericano a través de los ojos de los pueblos conquistados de las Américas.
Sus canciones hablan de la injusticia y la opresión que sufren los nativos de Estados Unidos y los pobladores de los países en desarrollo.
"Es hora de que los estadounidenses se pongan de acuerdo con respecto a su historia", dijo De la Rocha en un concierto hace pocas semanas. Esta frase explica, en cierta forma, el propósito de la obra de Rage Against the Machine.
La música de esta banda, cuyo nombre significa "furia contra la máquina", combina rock and roll y rap matizados con el legado artístico negro en América del Norte.
Pero no son las melodías lo que atrae a torrentes de fanáticos a los conciertos e impulsa la venta de su segundo disco, "Evil Empire" (Imperio del mal), sino sus fuertes y conmovedoras letras.
De la Rocha no solo se siente perturbado por el devenir de la historia de Estados Unidos y la situación que sufre su pueblo. También está furioso. "La furia es un arma", suele gritar el cantante a quienes acuden a sus conciertos.
Pero el mensaje político de Rage Against the Machine no solo se refiere a los pueblos nativos de su país. El grupo postula la rebelión contra las actuales estructuras de poder en todo el mundo.
En sus canciones, De la Rocha reclama cambios económicos, sociales y políticos, si es necesario, a través de un agresivo combate contra la élite.
"Cuando te dicen que saltes / tú preguntas cuán alto", dice una canción del primer disco de Rage Against the Machine, que describe la relación entre un amo y su esclavo como metáfora de la vida en Estados Unidos.
En otra canción, De la Rocha comenta cómo el comercialismo afecta la sociedad. "¿Qué dice el cartel? / Ven y juega, ven y juega. "Reúnete con la familia con el bolsillo lleno de balas", dice el último éxito de Rage Against the Machine, "Bulls on Parade" (Toros en desfile), enParade" (Toros en desfile), en una burla hacia la apelación a los valores familiares omnipresente en la política de Estados Unidos.
Lo que el grupo percibe como la injusticia de la necesidad urgente de cambios es el sentimiento que subyace en cada una de las canciones.
La combinación de este mensaje con armonías cortantes, arremolinadas guitarras roqueras y persistente ritmo de hip-hop constituye una constante llamada a la atención del oyente.
De la Rocha está furioso, quiere que todos compartan su furia o, al menos, comprendan sus sentimientos.
Rage Against the Machine ha manifestado su compromiso político con docenas de causas izquierdistas, desde el respaldo a los rebeldes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional de México a la exigencia de liberación de Mumia Abu-Jamal y Leonard Peltier, presos en Estados Unidos.
El primer disco del grupo incluía una canción en homenaje a Peltier, dirigente del Movimiento Indígena Estadounidense preso hace más de 20 años por acusaciones de asesinato, cargo que, según sus partidarios, fue fabricado.
Los liderados por De la Rocha también han recaudado fondos destinados a la defensa de Abu-Jamal, un ex integrante de la agrupación Panteras Negras que podría ser sentenciado a pena de muerte acusado del asesinato de un agente de policía de Filadelfia.
De la Rocha asegura que su música sería un éxito si apenas instara a un puñado de estadounidenses a respaldar a los zapatistas o exigir una "democracia real" en México.
Para muchas personas que siguen a Rage Against the Machine, De la Rocha no es solo el líder de una banda musical, sino un canal a través del cual sus reivindicaciones pueden encontrar una voz, porque quiere cambios y los quiere ahora. (FIN/IPS/tra-en/mm/hvdb/mj/cr/96) – – – –
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