Cuba vio como un legítimo acto de defensa nacional la aprobación por el Senado de México de una "ley antídoto" o "espejo" que pretende contrarrestar los efectps de la ley estadounidense Helms-Burton.
El canciller cubano, Roberto Robaina, consideró que se trata de "una fuerte e inspiradora respuesta contra el injerencismo extranjero en defensa de los intereses nacionales de México".
La declaración, realizada a corresponsales mexicanos acreditados en La Habana la noche del viernes, fue la primera reacción oficial a la decisión que deberá someterse en los próximos días al pleno del Congreso en ese país.
La "Ley de Protección al Comercio y a la Inversión" prohibe al gobierno y a las empresas mexicanas entregar información a tribunales y autoridades extranjeros que pretendan aplicar sanciones por vínculos con países objeto de algún tipo de bloqueo político o económico.
Establece multas de hasta 600.000 dólares y estipula que cualquier empresa mexicana que pierda un juicio en base a una ley como la Helms-Burton estará en posibilidad de resarcir sus daños en México, con los activos de las firmas extranjeras que le causen el perjuicio.
La "Ley para la libertad y la solidaridad democráticas cubanas", más conocida por el nombre de sus patrocinadores, el senador Jesse Helms y el representante Dan Burton, fue suscrita por el presidente Bill Clinton el 12 de marzo en respuesta al derribo de dos avionetas civiles por las fuerzas aéreas cubanas.
La ley, que contaba con el rechazo presidencial hasta su apresurada aprobación, endurece las condiciones del bloqueo económico a Cuba y prevé sanciones a firmas de terceros países que "trafiquen" con antiguas propiedades estadounidenses en el país caribeño.
"Estamos ante una forma diferente de hacer ley", dijo Robaina, quien comentó que "quizás no hay país mejor preparado para defenderse de la extraterritorialidad y el injerencismo de Estados Unidos que México.
Para el canciller cubano el escenario se divide en dos polos opuestos.
De un lado, la "aberración estadounidense", a la que calificó de "sucio negocio electorero enfilado a agredir desde el máximo órgano legislativo de un país a otros estados soberanos".
Y del otro, la ley mexicana, a la que definió como "un legítimo acto de autodefensa nacional, que no necesitó de mafias electorales para comprar votos, ni de cabildeos de grupos de poder y mucho menos de injerencias externas".
Autoridades y expertos cubanos coinciden en ver en la aprobación por parte de Clinton de la ley Helms-Burton un recurso electoral de Clinton en busca del voto cubano de Florida, tradicionalmente republicano.
"La ley es muy complicada, pero desde el punto de vista del temor que puede originar en algunos empresarios, nos hace daño porque frena o demora ciertas inversiones y complica aún más otras relaciones de carácter económico", comentó el ministro cubano de Inversión Extranjera, Ibrahim Ferradáz.
Fuentes oficiales aseguran que, a pesar de la ley Helms-Burton, a fines de agosto funcionaban en la isla 240 asociaciones con capital extranjero, en 34 ramas de la economía y con capitales provenientes de unos 50 países.
México se mantiene junto a Canadá y España como los principales inversionistas en Cuba y, sin embargo, no integra la lista de 18 países que tienen suscritos con el gobierno cubano acuerdos de protección y promoción recíprocos de inversiones.
Domos, una empresa mexicana que mantiene negocios con la isla en el sector de las telecomunicaciones, integra el grupo de tres compañías extranjeras que hasta el momento han recibido cartas de advertencia de Washington por "traficar" con propiedades estadounidenses nacionalizadas por Cuba en la década del 60.
Las otras dos empresas son la italiana Stet International, que comparte con una empresa cubana y la mexicana Domos las acciones de la telefónica Etecsa, y el grupo canadiense Sherrit International, con inversiones millonarias en el níquel cubano.
La "ley antídoto", cuya aprobación por la Cámara de Diputados de México se da por descontada, deberá proteger a empresas como Domos y cualquiera de las alrededor de 200 empresas mexicanas que mantienen negocios con Cuba, en caso de que sean sometidas a las sanciones estipuladas por la ley Helms-Burton.
En el caso de México, la posibilidad de prohibir la entrada a Estados Unidos a un hombre de negocios y a sus familiares, por tener inversiones en Cuba, toma un cariz especial por contradecir no sólo las normas del derecho internacional sino también del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Robaina declinó comentar el contenido de la ley mexicana, pero catalogó el paso del Senado de ese país como "un acto de defensa de la soberanía" que acrecienta el respeto que siente Cuba por el único país de América Latina que no rompió relaciones diplomáticas con la isla en los años 60. (FIN/IPS/da/ag/ip/96