El saldo fiscal negativo se transformó en la mayor preocupación de los gobiernos de los cuatro países del Mercosur, que procuran equilibrar sus cuentas pero también evitar el rechazo popular y satisfacer a los inversores.
Para Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la ruta seguida por la subregión es la correcta y coincide con la de los restantes países de América Latina.
"Las reformas que han desarrollado estos países son lo suficientemente vigorosas como para hacernos salir de los problemas coyunturales", comentó Iglesias a IPS durante una reciente visita a Montevideo.
El presidente del BID señaló que los déficit fiscales que enfrentan las naciones del Mercosur "deben ser abordados con mucho coraje y tratar de hacer los ajustes del caso".
Lo peor que puede suceder "es dejarse llevar por esos déficit. Tanto Uruguay como Argentina están luchando en buena dirección", afirmó.
En Argentina el ex ministro de Economía Domingo Cavallo dejó como peor herencia el déficit fiscal, que su sucesor, Roque Fernández, estima que llegará a fin de año a 6.660 millones de dólares, casi dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Un duro paquete de medidas propuesto por Fernandez recibió fuerte rechazo expresado en manifestaciones populares, seguidas por un atípico apagón eléctrico.
La administración de Carlos Menem debió dar marcha atrás con respecto a medidas de ajuste anunciadas, para conciliar con la oposición, según la cual el ajuste frenará la incipiente reactivación económica y traerá más recesión y más déficit.
El otro gigante del Mercosur, Brasil, enfrentará este año un déficit de 3,5 por ciento del PIB, en vez del 2,5 por ciento previsto. En 1995 el déficit había sido de 4,5 por ciento.
El gobierno de Fernando Henrique Cardoso considera que debe realizar cortes de alrededor de 2.000 millones de dólares, que pueden incluir el cese de empleados del Estado y el fin de un adicional al que tienen derecho los jubilados, pero analiza la repercusión popular de esas medidas.
El equilibro de las cuentas en Argentina, al igual que en los restantes países de la región, también apunta a ganar la confianza de inversores y acreedores y responder a requerimientos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Roberto Macedo, economista brasileño diplomado en la universidad estadounidense de Harvard, dijo que la economía de su país salió de cuidados intensivos, pero todavía no está muy sana y requiere un tratamiento severo.
Durante una conferencia dictada esta semana en Montevideo, Macedo defendió la necesidad de "reformas estructurales importantes" porque aún cuando el Plan Real de estabilización económica está funcionando bien, "necesita consolidarse en el aspecto fiscal".
"Todos saben qué es lo que hay que hacer. El problema es cómo llevar a cabo esas reformas", dijo con relación al impacto que esos cambios pueden generar en la población.
A juicio de Macedo, una ventaja de Brasil sobre Argentina es que el Plan Real no tiene la "camisa de fuerza" de la paridad cambiaria, "lo que le da mayor flexibilidad".
En Paraguay el panorama se presenta negro debido a los números en rojo con que se llegará a fin de año luego de antecedentes mejores durante seis años.
Según el gobierno de Juan Carlos Wasmosy el déficit representará 3,7 por ciento del PIB y está anclado a decisiones políticas y a la coyuntura económica.
Por un lado el parlamento votó mayores gastos en áreas sociales y por otro se registró una fuerte caída en la actividad económica.
Paralelamente, la descentralización política votada en 1992 otorgó a las provincias del interior autonomía política pero no económica.
Uruguay, el más pequeño de los socios del mercado común sudamericano, es el que presenta mejor panorama en sus cuentas, aunque también acompaña a Argentina, Brasil y Paraguay en la ruta deficitaria.
Las cuentas públicas uruguayas indican que el déficit representa actualmente uno por ciento del PIB. En marzo de 1995 el déficit había sido 3,3 del PIB y a partir de ese momento comenzó a bajar hasta llegar a 0,8 en mayo último.
El economista Nelson Fernández señaló a IPS que el secreto es saber si el aumento registrado desde mayo es circunstancial o marca una nueva tendencia alcista, porque los ajustes que lo hicieron caer tampoco son permanentes.
Pese a esta situación que ubica a Uruguay en una situación privilegiada en el Mercosur, las protestas de los trabajadores originadas en una fuerte recesión y en un aumento del desempleo se hacen sentir cada vez más. (FIN/IPS/rr/dg/if/96