Hace pocos días, el líder kurdo Mesoud Barzani recibía la condena de Turquía y Occidente por connivencia con Saddam Hussein. Su propio pueblo lo acusó de traidor. Pero ahora su estrella asciende en el firmamento.
Barzani es el nuevo amo en el norte de Iraq y parece cómodo en su papel de punto de referencia ineludible en torno al cual los gobiernos occidentales, Turquía, Iraq y los kurdos que aspiran al autogobierno de su territorio deben resolver sus contradictorios intereses.
Invitado por el gobierno de Turquía para visitar Ankara, Barzani, vencedor de la lucha de facciones kurdas con el apoyo de Iraq, tuvo frente a su puerta una fila de funcionarios turcos, británicos y estadounidenses ansiosos de exponerles sus ideas sobre el futuro del Kurdistán.
El líder kurdo abandonó Turquía este jueves sin efectuar declaraciones públicas, pero diplomáticos estadounidenses creyeron percibir en las conversaciones su próxima ruptura con Bagdad, que permitiría a Washington promover la creación de una federación kurda en el norte de Iraq.
Al mismo tiempo, un alto dirigente de la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) que lidera Jalal Talabani, facción expulsada de la región por el Partido Democrático Kurdo (KDP) de Barzani, dijo a IPS desde Damasco que las conversaciones entre ambos líderes kurdos "pueden comenzar en cualquier momento".
Estados Unidos y Gran Bretaña temen el vínculo cada vez más estrecho entre los separatistas kurdos e Iraq. Turquía, por su parte, procura impedir infiltraciones de la guerrilla del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK), que opera en el sur de Turquía, en el área del norte de Iraq controlada por Barzani.
Robert Pelletreau, subsecretario de Estado de Estados Unidos, y el diplomático británico Frank Baker recomendaron a Barzani la restauración del diálogo entre su Partido Democrático Kurdo (KDP) y su derrotado rival, la Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), que lidera Jalal Talabani.
Pelletreau informó este miércoles al conductor del KDP sobre la intención de su gobierno de contener a Bagdad, y expresó su disgusto sobre los informes que mencionan la perspectiva de creación de una federación que reúna a Irak con Kurdistán.
La canciller de Turquía, Tansu Ciller, mostró más preocupación por la seguridad de la frontera meridional de su país que por el futuro de los kurdos en el norte de Iraq. En ese sentido, reclamó garantías para los descendientes de turcos en esa región, muchos de ellos en Irbil.
Barzani se comprometió a incrementar la participación de los turcomanos en cualquier futura administración del territorio septentrional de Iraq y dio a Ciller la seguridad de que el KDP se había hecho cargo de la situación.
"La principal preocupación de Turquía en el norte de Iraq es la actividad terrorista", expresó Ciller en una declaración pública después de su conversación con Barzani este miércoles.
Barzani, con respaldo de Bagdad, expulsó a las huestes de Talabani, apoyadas por Teherán, de Irbil y Sulaimanya, las principales ciudades del norte de Iraq.
Pero el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Nicholas Burns, aseguró este lunes que Barzani envió cartas a su gobierno y al de Turquía para solicitarles un "arbitraje para iniciar negociaciones con Talabani".
Turquía ha tenido mejores relaciones con el líder del KDP que con Talabani, a quien Ankara atribuye vínculos con el PKK. Pero las guerrillas del Kurdistán turco se ubican, principalmente, en el territorio que controla Barzani.
"No podemos pelear contra el PKK en beneficio de los intereses de Turquía y no lo haremos", dijo Barzani a periodistas turcos en una entrevista que concedió la semana pasada.
El analista kurdo independiente Ahmet Zeki Okcouglu dijo a IPS que "las conversaciones de Barzani en Ankara no significan nada nuevo", pues "el único vínculo significativo para los kurdos, en este contexto, es el que mantienen con Bagdad".
"Los kurdos en Iraq no necesitan que se reanude la rivalidad entre Talabani y Barzani. La autonomía en el norte de Iraq se alcanzará con una autoridad única y a través de negociaciones con Bagdad, no con Ankara", consideró Okcouglu.
Talabani, mientras tanto, anunció a través de medios periodísticos de Irán que "la guerra civil es inminente" en el norte de Iraq.
El líder de la PUK dijo que está "decidido a mantener las unidades guerrilleras en el norte de Iraq" y negó contar con respaldo de Teherán. Barzani, en cambio, se alió con Saddam Hussein, quien "masacró a los kurdos de Iraq", recordó Talabani.
"Estados Unidos creyó que la PUK estableció vínculos con Teherán, pero cerró sus ojos a la unión de Barzani con Bagdad con la intención de atacarnos", agregó.
De todos modos, el Departamento de Estado de Estados Unidos acusó tanto a Barzani como a Talabani de cometer "un terrible error" al aliarse con Iraq e Irán.
"Pero la alianza entre Barzani y Saddam Hussein es táctica, no estratégica. El no cree en la buena voluntad de Saddam Hussein hacia los kurdos, pues recuerdan como intentó exterminarlos en 1991, cuando Estados Unidos, Turquía, Gran Bretaña y Francia los salvaron", afirmó Burns.
Estados Unidos intentó limar las asperezas entre el PUK y el KDP a través del denominado "proceso de paz de Dublín", pero las profundas diferencias entre ambos partidos condujeron a la ruptura.
Los dos sectores kurdos tienen ideas disímiles sobre el reparto de los impuestos aduaneros, la principal fuente de ingresos del peculiar régimen semiautónomo en el Kurdistán iraquí, y la administración de Irbil, principal ciudad del área.
Turquía fue excluida del proceso de Dublín, patrocinado por Washington y Londres para estabilizar el norte de Iraq y lograr de ese modo una base de operaciones para Occidente en la lucha por contener al gobierno de Saddam Hussein. (FIN/IPS/tra- en/nm/fn/mj/ip/96