Muchos jamaicanos están volviendo al pasado, cuando una visita al jardín o las colinas de alguna parroquia rural eran la mejor garantía para recuperar la salud.
Como las curas modernas y los centros sanitarios han quedado fuera del alcance de muchos, lo que algunos llaman medicina primitiva está de nuevo en boga, al menos para el 50 por ciento de los 2,5 millones de jamaicanos.
"Las hierbas medicinales no son solo eficaces sino baratas. La realidad es que mucha gente no puede afrontar el costo excesivo de las drogas recetadas", declaró Ivy Anderson. La mujer sufre de artritis y ha vuelto a las hierbas medicinales porque despues de cinco años de tratamiento alopático "gasté dinero por nada…"
Los herboristas ahora estan publicitando curas para el asma, diabetes, hipertensión, migraña e infecciones. Están haciendo buenos negocios en todo el país porque, según afirman, "usted lo pide…, y nosotros lo tenemos".
"Curo a mucha gente y me siento bien cuando alguien vuelve a mí y me dice que se siente mejor", dijo Verónica Campbell, mientras despliega semillas, hierbas y plantas en su tienda de Stony Hill, Saint Andrew. Tal como hicieron su madre y su abuela, cultiva, receta y vende hierbas medicinales.
"Este es mi hijo. Antes lo llevaba al médico pero ya no más, ahora lo curo personalmente", dijo.
El costo de las curas de Campbell -tiene hierbas distintas para tratar desde enfermedades venéreas hasta simples resfríos- es equivalente a una fracción de una normal visita médica. Los jamaicanos pagan una consulta 30 dólares y si deben comprar remedios para el asma, diabetes o hipertensión gastan otros 100.
La dosis de un mes de Natrilix, consistente en tabletas para pacientes con hipertensión arterial, cuesta 12,50 dólares.
Los diabéticos pagan alrededor de 32 dólares por un dosaje bimestral de insulina y cuatro por un paquete de 10 agujas para inyectarse.
Aquellos que sufren de migraña pagan seis dólares por un paquete de 20 tabletas de Tonopan, o algo menos por 10 tabletas de Cafergot. Por una cura más eficaz deben gastar 29 dólares por una tableta de Imirgran, una de las drogas más modernas en el mercado.
Si bien esas cifras no parecen excesivamente altas, cuando se las relaciona con la situación económica imperante en el país, la moderna medicina alopática esta fuera del alcance de la mayoría de los jamaicanos, señalaron muchos observadores.
El salario mínimo es ahora de 25 dólares semanales. Las mujeres empleadas como ayudantes domésticas constituyen el grueso de las que ganan ese estipendio. En muchos casos, tambien, esas mujeres son jefas de familia. En Jamaica, el 46 por ciento de los hogares están encabezados por mujeres.
El nivel de desempleo a fines de 1995 fue del 16,4 por ciento en relación al 15,4 de 1994. Las mujeres constituyeron el grupo mas numeroso sin trabajo con el 64 por ciento.
Por lo tanto, resulta más fácil depender de las hierbas que se encuentran en abundancia en muchas zonas rurales del país, u obtenerlas del creciente número de personas que cultivan y venden esos productos.
"El doctor me cobra 18,75 dólares por cada visita y me hace volver cada dos semanas para controles de rutina. Además de eso, pago 31,25 dolares por tabletas que no duran ni un mes", se quejó Sheryl Keene, de 24 años, que sufre de fiebre reumática desde que tenía 10.
"Despues de años de ir al médico, no creo que siga teniendo sentido. Las tabletas no me hacen efecto. Ahora pienso en las hierbas medicinales como una alternativa", agregó.
Jacqueline Gordon, una abogada, es una de las tantas jamaicanas que proclaman la bondad de las hierbas medicinales. "Opté por usarlas porque tienen poquísimos efectos secundarios y son más eficaces que la mayoría de los medicamentos alopáticos", dijo.
Gordon ha vuelto a usar ajo en busca de alivio para sus condiciones de salud porque es asmática y diabética.
"La gente retorna a las hierbas naturales como el pepino, que es bueno para problemas de la piel, o las hojas de marihuana que tienen fama de ser eficaces contra el asma. Otros han adoptado medidas preventivas como una dieta balanceada y ejercicio, en lugar de medicamentos recetados", señaló Gordon.
El vínculo de Jamaica con las hierbas medicinales comenzó en el siglo XVI cuando los esclavos de Africa Occidental enviados a la isla trajeron su conocimiento de la medicina tradicional.
Las hojas de ortiga, según se cree, curan la hipertensión arterial, mientras la lechuga es buena contra el insomnio y calma los nervios, Un diente de ajo mezclado con miel quita el resfrío y la tos.
El jengibre es eficaz contra la sinusitis mientras el uso de la corteza de la planta de anacardo alivia la diabetes.
Si bien muchos jamaicanos han adoptado esas nuevas curas, médicos alópatas advirtieron que esas hierbas naturales tambien contienen elementos tóxicos que pueden perjudicar a los pacientes.
"El uso de esos remedios con hierbas está basado sobre prácticas culturales y sus resultados son a menudo psicológicos, pero la desventaja de las hierbas naturales es que las personas no pueden determinar la proporción que el organismo requiere y puede ser altamente tóxico", dijo la doctora Mervlyn Johnson.
"Por ejemplo, el consumo excesivo de té hecho con algunas hierbas puede provocar serios daños al hígado, corazón y riñones", acotó Johnson.
"Es importante que las personas enfermas recurran al médico porque tiene más experiencia profesional y puede intervenir en el curso del tratamiento cada vez que es necesario", subrayó. (FIN/IPS/tra-en/hr/ml/cb/ego/he).
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