Italia comenzó a poner los primeros ladrillos de la nueva casa federalista que albergará a sus 58 millones de habitantes, una exigencia que surge de la propia sociedad y que la pondrá al reparo de los vientos secesionistas que provienen del movimiento político de la Liga Norte.
Se trata de una aspiración antigua, muy anterior a que la planteara el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, quien "no inventó el federalismo", aseguró en una entrevista con IPS el ministro de la Administración Pública y de los Asuntos Regionales, Franco Bassanini.
Ex miembro del Partido Comunista Italiano (PCI), e integrante ahora del Partido Democrático de Izquierda (PDS), la principal fuerza de la coalición de gobierno, Bassanini es considerado el mayor experto italiano en materia de federalismo.
Es autor de varios libros sobre esta materia, que enseñó además en varias universidades.
El nuevo gobierno de centro izquierda, integrado por ex comunistas, ambientalistas y grupos de ex democristianos, que asumió el 18 de mayo último, presentó al Parlamento dos proyectos de ley que provocarán una fuerte descentralización administrativa.
Se trata de un paso previo al cambio de la Constitución que está estudiando una comisión bicameral, formada por diputados y senadores, cuyo trabajo demandará tiempo, al menos un par de años.
Pero mientras tanto, como el gobierno no quiere estar de "manos cruzadas", comenzó la descentralización, cuyos alcances precisó a IPS el ministro, autor de estas iniciativas y responsable de gran parte de la tarea de cambiar el Estado.
El gobierno envió con carácter de urgencia al Parlamento las dos iniciativas en julio, y espera que puedan ser aprobadas durante este mismo año y entrar de inmediato en vigor.
Bassanini asegura que permitirán a las regiones, provincias y comunas cumplir una serie de actos administrativos que hoy están en manos del Estado.
Se trata de la "transferencia de un consistente número de competencias y poderes, de oficinas, de personal, de recursos, del centro a la periferia del sistema, se le otorgará una mayor autonomía a las administraciones locales", afirmó.
El gobernante italiano recordó que una corriente política y cultural federalista existe en Italia desde hace 150 años, y la Constitución vigente, aprobada en 1948, dio origen a un Estado regional, muy parecido a un Estado federal, y en el cual las regiones tienen muchas atribuciones, incluso fiscales.
Reconoció sin embargo que la Liga Norte ha contribuido a que el sector federalista del país, que era una minoría, se transformara en mayoría: "es un mérito histórico de la Liga".
Precisó que el federalismo no se llevará a cabo para contrarrestar a Bossi sino porque existe una voluntad política, pero admitió que es necesario actuar rápidamente para evitar que la secesión de la cual habla la Liga, se transforme en un peligro real.
Bossi plantea la secesión de una región, la Padania, una zona de confines imprecisos y que según la Liga incluiría a las diez regiones bañadas por el río Po, que son las más ricas de Italia.
Italia es, al menos en teoría, un Estado descentralizado, en que las regiones tienen muchos poderes, pero en la práctica se enfrentan a los numerosos controles del poder central que hacen vana esta descentralización que ahora será realmente efectiva, explicó el ministro.
Respecto de los otros países europeos, Italia se encuentra desde el punto de vista de la descentralización del Estado en una situación intermedia, en que hay regiones que gozan de un estatuto especial y las autoridades regionales, provinciales y comunales se eligen por sufragio universal.
De todos modos, las regiones se financian directamente en un 60 por ciento como promedio y a través de la reforma fiscal en sentido federal esto aumentará aún más, aunque no llegará nunca al cien por ciento, afirmó Bassanini.
La Constitución tiene amplios márgenes de flexibilidad, pero algunos de sus aspectos que habrían permitido una mayor descentralización no se llevaron a cabo hasta ahora, porque existía una cultura de tipo centralista e intereses políticos. "Lo estamos haciendo nosotros", manifestó.
"Nosotros pondremos término a esta cultura y a estos intereses y usaremos la flexibilidad de la Constitución para llevar a cabo reformas en sentido federalista".
El Estado mantendrá el control de las Fuerzas Armadas, de la política exterior, la justicia, la política monetaria, al menos hasta cuando esta última pase a manos de la Unión Europea (UE), con la creación de la Unión Económica y Monetaria (UEM) prevista para 1999.
Asimismo, el sistema de las pensiones, que se mantendrá unitario y válido para todo el país, con sus mecanismos específicos y otras pocas funciones, dijo el ministro. Todo el resto quedará en manos de las regiones, provincias y comunas, incluso ya a partir de ahora.
La gran reforma federalista, que se hará con la modificación de la Constitución, se podrá llevar a cabo, según Bassani, porque están de acuerdo las dos grandes fuerzas que rigen la política italiana.
En la reforma coinciden la coalición de centro izquierda, en el gobierno, y la oposición de centro derecha, que dirige el ex primer ministro Silvio Berlusconi, formada por dos fuerzas principales, Forza Italia y la pos fascista Alianza Nacional. (FIN/IPS/jp/jc/ip/96