Una sentencia de la Corte Suprema de Justicia de Italia que estableció que no constituye delito que el marido golpee cada cierto tiempo a su esposa fue calificada hoy de patriarcal e indigna por defensores de los derechos humanos.
"Si se trata de casos episódicos, provocados especialmente por un rapto de celos, no es un delito" que el mardido castigue a su mujer, consideró la Corte Suprema al anular una condena a ocho meses de cárcel que un tribunal había infligido a un hombre (Francisco Lombardo, de 42 años).
Para Tina Lagostena Bassi, abogada en procesos de violencia a la mujer, el fallo judicial es una más de las "historias de injusticia ordinaria respecto de las mujeres".
Bassi calificó de "diabólico" pedir a la víctima demostrar la continuidad del maltrato y la intención del golpeador de "envilecerla".
Por esa obligación, "muchos maridos violentos han quedado sin castigo y se han conocido muchas historias de muertes anunciadas", dijo.
Cristina Zoffoli, del centro provincial antiviolencia de Roma, sostuvo que "el delito de maltrato es justamente aquel con intervalos de períodos de paz y es además escandaloso que se justifique la violencia en base a los celos".
En los últimos cuatro años, se han formulado unas "200 denuncias de violencia doméstica y sólo se ha producido una detención. Con esta sentencia será peor", señaló.
La antropóloga Ida Magli consideró a su vez "grotesco que estas cosas siquiera se discutan" y se preguntó si el mismo equivcado principio de que se puede golpear al cónyuge en un momento de celos vale también para la mujer.
La ministra de la Igualdad de Oportunidades Anna Finochiaro teme que la sentencia siente el precedente de que "hay violencias buenas y violencias malas". "La violencia constituye siempre un delito", destacó.
Maretta Scoca, abogada especializada en divorcios, se mostró en cambio más comprensiva respecto a la sentencia, al estimar que "una cosa es maltratar para anular la personalidad de la víctima y otra es darle alguna bofetada porque se encuentra a la mujer en la cama con otro".
"Una bofetada a menudo hace menos mal que muchos otros comportamientos más civilizados pero crueles, como por ejemplo utilizar a los hijos en la guerra entre las parejas" que se están separando, afirmó.
La víctima de los golpes de Lombardo, Anna Mannino (40 años, cuatro hijos) se declaró de acuerdo con la decisión de la Corte Suprema. Mannino había pedido que su marido fuera absuelto.
"Mi marido es una buena persona, me pegó durante una discusión, producida hace cuatro años y en la cual los dos estábamos demasiado nerviosos", dijo, precisando que ella no lo había denunciado.
La justicia actuó por denuncia del personal médico que atendió a Mannino en un hospital tras la golpiza. (FIN/IPS/jp/dg/pr-hd/96