El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, aprovechó hoy con un ataque de misiles sobre Iraq la inesperada oportunidad de fortalecer sus posibilidades electorales que le ofreció el gobierno de Saddam Hussein al violar la zona de exclusión del norte del país.
Buques de guerra de Estados Unidos lanzaron 27 misiles crucero contra defensas antiaéreas del sur de Iraq, como represalia ante el ataque el sábado del ejército iraquí a la ciudad kurda de Irbil, situada en la zona de exclusión declarada por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
"Nuestros misiles llevaron el siguiente mensaje a Saddam Hussein: Usted pagará el precio de todo ataque contra su pueblo", dijo Clinton en la Casa Blanca.
O sea, Estados Unidos reaccionará con dureza ante todo movimiento iraquí prohibido por la ONU, desde ahora hasta las elecciones de noviembre.
El aspirante republicano a la presidencia, el ex senador Bob Dole, acusó el lunes a Clinton de no haber previsto los acontecimientos, para impedir la incursión iraquí contra Irbil, que finalizó con la expulsión de la ciudad de la separatista Unión Patriótica de Kurdistán.
Dole, de campaña electoral en el estado de Utah, afirmó que "la vacilación y las señales de debilidad" emitidas por la Casa Blanca alentaron a Saddam Hussein a lanzarse sobre Irbil, un ataque que tuvo el apoyo del Partido Democrático de Kurdistán, un antiguo enemigo del régimen de Bagdad.
"Seguramente no debíamos hacer lo que estamos haciendo", dijo Dole.
Pero la réplica estadounidense a Iraq y la implícita amenaza de Clinton de aplicar nuevos golpes si Bagdad no completa el retiro de sus fuerzas de la región kurda diluyeron la crítica lanzada por Dole.
En efecto, Clinton no respondió al comentario crítico de su rival republicano, ni siquiera cuando este martes, los periodistas congregados en la Casa Blanca le pidieron respuesta. es que los hechos son más elocuentes que las palabras.
Al golpear las defensas antiaéreas del sur de Iraq, Estados Unidos se anticipó a toda eventual amenaza contra Arabia Saudita y Kuwait, dos países política y económicamente más importantes para Washington que el Kurdistán iraquí.
Puede haber un divendo electoral adicional para Clinton. El "USS Laboon", el primer barco de guerra que incluye tripulación femenina, tuvo participación en la acción militar de este martes.
El presidente ha orientado su campaña electoral en procura del voto de las mujeres, y el papel del "Laboon" puede servir de eficaz vehículo de relaciones públicas.
Ya el predecesor inmediato de Clinton en la Casa Blanca, George Bush, había logrado rédito político de medidas de respuesta a Iraq.
En efecto, Bush alcanzó la cima de su popularidad cuando en 1991, fuerzas internacionales encabezadas por Estados Unidos expulsaron de Kuwait a los invasores kuwaitíes.
Sin embargo, no fue ese un rédito político a largo plazo, pues un año después, Clinton derrotaba a Bush en las elecciones presidenciales.
El propio Clinton se benefició con un aumento de popularidad en las encuestas en una etapa floja de su gestión, en 1994, cuando la Casa Blanca utilizó información sobre un plan no confirmado para asesinar a Bush como pretexto para bombardear Iraq.
La lección de estos precedentes es que atacar a Saddam Hussein puede generar un empujón político de corto plazo, pero no uno decisivo como para influir a los votantes más preocupados por los asuntos internos de Estados Unidos.
Pero Clinton no necesita un impulso, dado que ya está 20 puntos por encima de Dole, según recientes sondeos.
Los ataques le ayudan de dos modos, distrayendo a los votantes estadounidenses de los recientes escándalos de la Casa Blanca, y evitando un polémico acuerdo petrolero de la ONU con Iraq.
El acuerdo de la ONU, aprobado el mes pasado por el Consejo de Seguridad, incluyendo Estados Unidos, abrió el camino para permitir a Bagdad la venta de 1.000 millones de dólares cada 90 días, y utilizar las ganancias en provisiones humanitarias.
Washington permitió la aprobación del acuerdo a regañadientes, pero insistió en que Saddam Hussein no debería lograr un levantamiento permanente del embargo de seis años sobre Iraq.
Las acciones de Saddam Hussein sólo subrayaron ese punto, mientras tropas iraquíes mataron en los últimos tres días a cientos de miembros de la Unión Patriótica de Kurdistán y a iraquíes opositores de Saddam Hussein.
Pero el ataque también retrasó la entrada en vigor del acuerdo "petróleo por alimentos", el cual prevé la renovación de las ventas de petróleo iraquí a fines de este mes.
El domingo, el secretario general de la ONU, Boutros Boutros- Ghali, anunció que detendría el acuerdo, citando preocupaciones de seguridad sobre el personal de la ONU en Irbil y sus alrededores.
La vocera de la ONU Sylvana Foa confirmó que tropas iraquíes se retiraron de la ciudad, aunque los nuevos aliados de Saddam Hussein y el tribalista Partido Democrático de Kurdistán (KDP) mantuvieron el control de Irbil con respaldo iraquí.
"No quedan tanques o tropas iraquíes en Irbil", dijo Foa, y añadió que "no sabemos hacia dónde se han dirigido".
Clinton alegó que las tropas iraquíes continúan siendo una amenaza, y podrían estar desplegándose en otras ciudades. El vocero de Estados Unidos Mike McCurry indicó que otra ciudad kurda bajo control del PUK, Sulaimaniya, podría ser un blanco potencial.
En cualquier caso, dijo Clinton, el acuerdo "petróleo por alimentos" no seguirá adelante hasta que Iraq deje de amenazar las zonas kurdas.
Esto, a su vez, le evita la avergonzante escena de los iraquíes celebrando el levantamiento parcial de las sanciones de la ONU, probablemente hasta después de las elecciones, aunque algunos de sus aliados, en especial Turquía, se oponen a cualquier postergación.
También se ha evitado otra fuente de incomodidad: un escándalo sexual que involucra a ex alto asesor de campaña de Clinton, Dick Morris, el cual ya no es tema de los medios de comunicación estadounidenses.
Igualmente, la atención se retirará de Whitewater y otros escándalos de la Casa Blanca mientras Saddam Hussein domine las noticias.
En lo que concierne a los directores de la campaña, Saddam Hussein podría ser más efectivo para la reelección de Clinton que el desplazado Morris. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/ff-lp/ip/96