El deporte, uno de los últimos reductos del nacionalismo, no contribuyen a la integración. Para evitar posibles daños al Mercosur, Brasil y Argentina, que compiten por organizar las Olimpíadas del 2004, establecieron un "pacto de no agresión".
Río de Janeiro y Buenos Aires figuran entre las once ciudades del mundo que disputan el honor y las ventajas económicas de ser sede de los juegos dentro de ocho años. La rivalidad deportiva entre los dos "grandes" del Mercosur, que contradice los avances integradores, podría entonces agravarse.
En las recientes Olimpíadas de Atlanta, Estados Unidos, dos hechos afectaron las relaciones bilaterales. Un obrero brasileño fue linchado en Buenos Aires por festejar el triunfo de Nigeria sobre Argentina en la final de fútbol y un diario argentino volvió a llamar "macacos" (monos) a los brasileños.
Está en juego también el privilegio de ser el primer país sudamericano que acoja una olimpíada.
El pacto informal alcanzado en Cochabamba, Bolivia, durante la cumbre del Grupo de Río, coincide con el inicio de una ofensiva diplomática brasileña en favor de Río que involucra incluso al presidente Fernando Henrique Cardoso.
El representante brasileño ante el Comité Olímpico Internacional (COI) Ronaldo Cezar Coelho participa ya en las comitivas presidenciales al exterior y en algunas misiones del canciller Luiz Felipe Lampreia.
Hacer de Río la sede de las Olimpíadas de 2004 pasó a ser un tema prioritario de la política externa de Brasilia. En Cochabamba el propio presidente, acompañado de Coelho, entregó copias de la propuesta carioca a sus colegas latinoamericanos.
El acuerdo brasileño-argentino, negociado este martes entre Lampreia y el secretario general de la presidencia de Argentina Alberto Cohan, establece que no habrá ataques entre las dos candidaturas sino cooperación en favor de América Latina.
En marzo próximo el COI deberá divulgar una primera selección de cuatro candidaturas, tras misiones de evaluación que visitarán las distintas ciudades a partir de noviembre.
Coelho confía en que Río estará entre las finalistas y pueda contar con el apoyo de toda América Latina, incluso de los argentinos, como única representante de la región.
El hecho de que nunca se haya realizado una olimpíada en América del Sur es un argumento importante en favor tanto de Río como de Buenos Aires.
Roma, Estocolmo, Sevilla (España), Lille (Francia), Atenas, San Petersburgo (Rusia), Estambul (Turquía), San Juan de Puerto Rico y Ciudad del Cabo (Sudáfrica) son las demás candidatas.
La urbe sudafricana cuenta también con el argumento de que sería la primera vez que una nación de ese continente oficiaría de sede de los Juegos y de que el ex país del apartehid acaba de integrarse a la comunidad internacional tras la liquidación de ese sistema racista que lo marginó por años de las OIimpíadas.
Roma y Estocolmo también son fuertes candidatas, según Coelho, presidente del Comité Río 2004, que diseñó el proyecto de organización de la ciudad para recibir a la gran competencia deportiva.
Obras ambientales como la descontaminación de la Bahía de Guanabara y los efectos sociales positivos que dejarían las Olimpíadas constituyen los argumentos en favor de Río. Su gran "contra" es la imagen violenta de la ciudad, pero Brasil "no tiene terrorismo", señaló Coelho.
Su antecesor en la presidencia del Comité Río, Renato Archer, fallecido hace dos meses, descartaba a Buenos Aires como fuerte rival. Las Olimpíadas tienen lugar en julio, durante el riguroso invierno argentino, que afectaría la competición, mientras en esa época Río presenta un clima agradable.
Para prepararse de cara al 2004, Río deberá sin embargo invertir cerca de dos millones de dólares en mejorar su infraestructura, estimó Coelho. Pero la ciudad cuenta con gran disponibilidad de hoteles y con la experiencia positiva de la Conferencia Mundial de Medio Ambiente, realizada en 1992.
Los organizadores brasileños son asesorados por arquitectos catalanes que permitieron a Barcelona ser sede de los Juegos de 1992 y aspiran a que las Olimpíadas produzcan en Río una transformación más profunda y positiva que la constatada en la ciudad española. (FIN/IPS/mo/dg/ip-sp/96