El anuncio de que el Mercosur aceptó firmar un acuerdo marco de integracion con la Comunidad Andina circuló como un viento refrescante y eufórico en el edificio de la Junta del Acuerdo de Cartagena, basada en la capital de Perú.
La mayoría de los empleados y expertos de la Comunidad Andina se habían retirado ya a sus casas en la noche de este lunes cuando el venezolano Rodrigo Arcaya, uno de los tres integrantes de la Junta del Acuerdo de Cartagena, entregó a IPS el escueto pero importante documento enviado por el Mercosur ese día.
En él se informa que el bloque de integración sureño decidió descartar la etapa previa de renegociaciones bilaterales, que seguía con cada uno de los países andinos, para iniciar negociaciones de bloque a bloque.
El acuerdo, que establece la integración de las cuatro naciones del Mercosur con las cinco andinas, fue el más importante resultado del primer día de conversaciones del Grupo de Río, que se reúne actualmente en Cochabamba, Bolivia.
El Mercosur está conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, tiene en conjunto 198 millones de habitantes, un Producto Bruto Interno (PBI) cercano a los 900.000 millones de dólares anuales y una exportación global de 63.000 millones de dólares.
Por su parte, los paises andinos, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, tienen 100 millones de habitantes, un PBI conjunto de 176.000 millones de dólares y sus exportaciones globales ascienden a 35.000 millones.
Ambos bloques, sumados a Chile, que ya arribó a un acuerdo con el Mercosur, abarcarán dentro de 10 años, cuando culmine el proceso de creación de la zona de libre comercio, a toda América del Sur, con excepción de las Guyanas, que aún continuan de espaldas a América Latina.
La decisión de suscibir un acuerdo bloque a bloque y saltar la etapa de "multilateralización del patrimonio histórico" de los convenios bilaterales de cada uno de los países del Mercosur con los andinos fuee adoptada, según explica la Rrsolución, "para no perforar el Arancel Externo Común (AEC)" del Mercosur.
Se tomó también en cuenta el reciente acuerdo con Chile, el "entendimiento" con Bolivia y "el interés de expandir el libre comercio en la región, promoviendo el pleno aprovechamiento de las posibilidades de complementacion económica".
El coordinador de la Junta del Acuerdo de Cartagena, el colombiano Jaime Córdoba, calificó como importante el momento, "pues a partir de esta negociación se despeja el camino para la formación gradual de un mercado sudamericano, como un paso en la vía de la integración de las Américas".
Comentó su plena identificación con las expresiones de los cancilleres Miguel Angel Burelli, de Venezuela, y María Enma Mejia, de Colombia, en el sentido de negociar con el Mercosur en bloque "para preservar los avances de la integración y evitar que la Comunidad Andina pierda su identidad".
Los países andinos tocaron varias veces las puertas del Mercosur para entablar conversaciones grupales y hasta ahora las respuestas recibidas señalaban que sus vecinos del sur preferían negociar primero la situación de los acuerdos bilaterales.
La intervención de Venezuela fue decisiva para conseguir que el Mercosur acepte la negociación en bloque, porque pese a sus problemas conyunturales, su condición de apetitoso mercado como país petrolero refuerza su capacidad negociadora.
El peso venezolano en esta fase de negociación se refleja en el anuncio formulado este martes por el viceministro de Integración de Perú, quién reveló que los países andinos se reunirán la próxima semana en Caracas para evaluar y definir el mecanismo de negociación de bloque a bloque.
A 27 años de su creación, la Comunidad Andina culmina con esta buscada asociación con el Mercosur un viraje de 180 grados en los conceptos y razones que le dieron origen como proceso de integración subregional.
En 1969, cuando nació el Comunidad Andina dentro del marco de la ex Asociacion de Libre Comercio (ALALC), ahora Asociación Latinoaemricana de Integración (Aladi), los países que lo conformaron decidieron agruparse para evitar ser engullidos por la expansiva capacidad exportadora de Argentina, Brasil y México.
Eran años en que las ventajas de la creación de zonas de libre comercio y mercados únicos tan amplios, como la ALALC, no estaban tan claras, porque competían con los conceptos proteccionistas de sustitucion de importaciones que preconizaba la Comisión Económica para América Latina.
Los andinos abandonaron las tesis proteccionistas de crecer dentro de un superprotegido mercado interior y al buscar con ahinco la asociación con dos de los tres gigantes regionales (Argentina y Brasil) parecen considerar más fructífero el desafío de competir con ellos dentro de un gran espacio y reglas de equilibrio. (FIN/IPS/al/dg/if/96