Chile y Canadá reanudarán a fines de mes sus negociaciones en busca de un acuerdo sobre temas de inversión y otros aspectos técnicos que postergaron la firma de un tratado comercial prevista para inicios de octubre.
La cancillería chilena debe informar oficialmente este viernes sobre la suspensión del viaje a Canadá del presidente Eduardo Frei y una delegación de 40 empresarios, que estaba programado entre el 30 de este mes y el 5 de octubre.
Las dificultades en la negociación del tratado y la consiguiente postergación del viaje de Frei trascendieron el miércoles en Ottawa y fueron confirmadas extraoficialmente en Santiago, aunque el gobierno se abstuvo de comentarlas.
El ministro de Hacienda, Eduardo Aninat, había destacado el lunes la inminente firma del acuerdo con Canadá, como un eslabón fundamental para la campaña chilena de ingreso al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Las negociaciones chileno-canadienses se iniciaron formalmente en diciembre de 1995, luego de que en octubre se frustraran las expectativas de una adhesión en breve plazo al TLC, conformado por Canadá, Estados Unidos y México.
Chile optó por buscar un tratado bilateral con Canadá, al igual que lo hizo con México en 1991, ante el rechazo del Congreso estadounidense a la vía rápida para negociar la ampliación del TLC solicitada por el presidente Bill Clinton.
Las conversaciones chileno-canadienses parecían marchar por un curso bastante fluido, al punto que hasta hace una semana se daba como un hecho que Frei firmaría el acuerdo con el primer ministro Jean Chrétien durante su anunciada visita a Ottawa.
En la cancillería chilena se informó que los dos gobiernos iniciaron contactos para fijar una nueva fecha para la visita de Frei, quien tenía previsto viajar a Canadá con una delegación de 40 empresarios.
Es probable que la situación se comience a despejar sólo a fines de este mes, en la próxima reunión de los equipos negociadores de ambas partes, cuyo inicio está programado para el día 29 en Toronto.
Allí se buscará superar los desacuerdos que entraban las negociaciones y que aluden a normas chilenas sobre encaje bancario e inversiones externas, que determinan a su vez plazos y porcentajes de repatriación de utilidades.
Canadá no acepta el encaje (fondo de resguardo) de 30 por ciento a los créditos externos que aplica Chile y plantea igualmente que se disminuya a sus inversiones el plazo de un año para la repatriación de capitales.
Estos temas, que afectan la autonomía del Banco Central de Chile, son vitales para los empresarios canadienses, los mayores inversionistas en el sector minero de este país sudamericano, que es el que atrae más capitales del exterior.
En la negociación se mantienen igualmente diferencias entre los plazos de protección que Chile busca fijar para su sector agrícola tradicional y la demanda canadiense de una liberación arancelaria más rápida para sus exportaciones de cereales.
El propósito de los gobiernos de Frei y Chrétien es acordar un tratado con cláusulas compatibles con el TLC, al cual Chile espera adherir una vez que se decante la situación interna de Estados Unidos tras los comicios presidenciales de noviembre.
En la estrategia chilena se considera que tanto la consolidación del acuerdo bilateral con México como la firma de un tratado con Canadá influirán para que el Congreso estadounidense apruebe en 1997 la vía rápida (fast track). (FIN/IPS/ggr/dg/if/96