Los sindicatos internacionales lograron acordar con la FIFA, federación que gobierna el fútbol mundial, el primer código de conducta jamás firmado para terminar con la explotación del trabajo infantil en todo el mundo.
El nuevo código prohíbe la utilización de trabajadores infantiles en multimillonario negocio del fútbol, y compromete a todas las empresas que fabrican balones de fútbol con el logotipo de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado) a respetar las normas laborales internacionalmente aceptadas.
Las organizaciones sindicales informaron que a partir de ahora incrementarán las gestiones para conseguir que otros sectores industriales pongan en práctica similares códigos de conducta.
"El código acordado con la FIFA significa un progreso muy considerable", comentó Tim Noonan, quien negoció con esa organización deportiva en nombre de la Confederación Internacional de Sindicatos Libres (ICFTU).
"Se trata de un nuevo paso para detener el flagelo del trabajo infantil, que retiene a los niños en las calles, en las fábricas y en los campos, sacándolos de las aulas escolares", expresó una declaración emitida por Bill Jordan, secretario general de la ICFTU.
La FIFA informó que presentará el código en una reunión de la federación mundial de fabricantes de artículos deportivos, en noviembre próximo, para "comprometer el apoyo y la activa cooperación de la industria" con el objetivo del acuerdo.
La ICFTU comenzó sus gestiones para que la FIFA adoptara este código después de las protestas que se produjeron durante la Copa Europea de Naciones disputada en junio de este año en Gran Bretaña, al denunciarse que los balones oficiales eran fabricados por trabajadores infantiles de Pakistán.
La Confederación afirmó que, de acuerdo con su investigación, los niños que habían trabajado en la fabricación de los balones con el logotipo de Euro'96 llegaban a tener no más de ocho años.
"Estos niños ganan unos 75 centavos de dólar por balón, pero esos artículos con la etiqueta de "aprobado por FIFA" suelen venderse al precio de 75 dólares en las tiendas deportivas de Londres", señala la declaración de la ICFTU.
La empresa Sialkot, en la región central de Pakistán, produce hasta 80 por ciento de todos los balones autorizados a llevar la etiqueta de la FIFA. La ICFTU informó que la mayor parte del trabajo es subcontratado con niños que confeccionan el producto en talleres locales, lejos de la mirada de los inspectores.
Este procedimiento permitió que la FIFA alegara, en el pasado, que no le cabía ninguna responsabilidad por las condiciones laborales imperantes en el sector.
El nuevo código, sin embargo, hace responsables a las firmas que trabajen con licencias de la FIFA, de garantizar que todos los contratistas y subcontratistas se ajusten realmente a las normas laborales establecidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
"Hemos distinguido esa responsabilidad a través de toda la cadena de producción", aclaró Noonan.
El cumplimiento del código será controlado por un órgano independiente que incluirá representantes de los sindicatos, y serán sancionadas las firmas que violen las normas de la OIT.
"Cualquier licenciatario de la FIFA, contratista o subcontratista, que sea descubierto en infracción de una o más de las normas contenidas en este código, será pasible de una serie de sanciones que podrán llegar incluso a la cancelación del derecho a producir u organizar la producción de artículos con licencia de la FIFA", expresa el código de conducta.
El código prohíbe específicamente la utilización de trabajo forzado o cautivo en el sector. También debe ser garantizada la igualdad de oportunidades, en particular con ausencia de todo tratamiento discriminatorio por razón de raza, color, sexo o religión.
"No podrá ser utilizado el trabajo infantil", subraya el código. "Sólo podrán ser contratados trabajadores mayores de 15 años de edad".
Además, las empresas deberán respetar el derecho de los trabajadores a formar sindicatos y afiliarse a ellos, y a negociar de forma colectiva. El código también compromete a las firmas a pagar "salarios justos" y garantizar que "las jornadas de trabajo no serán excesivas".
"No se impone ningún nivel salarial, solamente se busca la seguridad de que se page el salario mínimo legal", explicó Noonan.
La ICFTU también está trabajando en un programa general de ayuda para conseguir "que los trabajadores infantiles vayan a la escuela", según informó Noonan.
El secretario de Trabajo de Estados Unidos ha confirmado el apoyo de su país a ese programa, pero la ICFTU también espera obtener contribuciones del negocio del fútbol para un plan de asistencia cuyos costos no habrán de ser muy altos.
La ICFTU estima entre 200 y 300 dólares el costo de enviar a un niño a la escuela por un año, comprarle dos pares de zapatos y dar ayuda financiera a su familia.
"Esto equivale al precio de venta al detalle, en Europa, de tres balones de fútbol de buena calidad, que son producidos por un trabajador infantil en un día", ilustró Noonan. (FIN/IPS/tra-en/si/fn/arl/lb-pr/96