Con un llamado a que los estados asuman su esponsabilidad en la búsqueda de la equidad de género, finalizó hoy en Santiago de Chile un encuentro de mujeres iberoamericanas a n año de la histórica Conferencia de Beijing.
El seminario internacional sobre "Políticas Públicas para la Mujer", inaugurado el lunes, reunió a 17 delegadas oficiales de 10 países latinoamericanos y España, además de 50 representantes de organismos gubernamentales, sociales y académicos de Chile.
Entre las participantes estuvieron la nueva directora del Instituto de la Mujer de España, María Concepción Dancausa, Ivonne Farah, subsecretaria de Asuntos de Género de Bolivia y Olga Sánchez, de la Dirección Nacional de la Equidad de la Mujer de Colombia.
Otras delegadas fueron Alba Ozores, del Instituto Nacional de la Familia y la Mujer de Uruguay, Rosario Hernández, directora del Instituto Nicaragüense de la Mujer, y Eivor Halkjaer, embajadora de Suecia en Nicaragua.
La ministra del Servicio Nacional de la Mujer (Sernam), Josefina Bilbao, quien organizó el encuentro, hizo un positivo balance del impacto en la región de la IV Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en Beijing en septiembre de 1995.
El año transcurrido desde la conferencia ha estado "lleno de promesas y realizaciones" que muestran la aplicación en América Latina de los acuerdos adoptados en Beijing, dijo Bilbao al clausurar el seminario.
A su juicio, uno de los logros mayores de la conferencia es "la visibilidad que tiene hoy el tema de la mujer en todos nuestros países", con un reconocimiento de la discriminación a que ha sido sometida la población femenina.
Gracias a Bijing, "se acepta que hablar de género no es una cosa satánica, sino un elemento necesario en nuestros trabajos e investigaciones", agregó.
La ministra destacó en ese sentido las conclusiones del seminario en cuanto a que las políticas públicas deben incluir la dimensión de género para ser más eficientes y apuntar efectivamente a la equidad e igualdad de oportunidades.
Es necesaria una relación más estrecha entre el Estado y la sociedad civil para asumir la urgencia de crear mejores y más eficaces políticas públicas con perspectiva de género, señalaron las delegadas que intervinieron en este encuentro.
El respeto a la diversidad y al disenso como base de la democracia, así como la incorporación de los distintos puntos de vista a los modelos de desarrollo y crecimiento, son asimismo aspectos claves para el éxito de la acción pública, se señaló.
En las conclusiones del seminario se señalan cuatro ámbitos esenciales en que se debe actuar e influir para avanzar en los acuerdos de Beijing y eliminar todas las formas de discriminación contra la mujer en los países iberoamericanos.
Estos son la construcción de una agenda de género, la inclusión de esta agenda en las distintas políticas públicas, la comunicación como herramienta para lograrlo y la incorporación de las mujeres en el mundo económico.
Es en el plano de las relaciones económicas y laborales donde se manifiesta con mayor fuerza la discriminación contra la mujer en América Latina, a la luz de los desniveles salariales y los obstáculos para el acceso femenino a cargos ejecutivos.
La equidad entre hombres y mujeres es también un requisito para la gobernabilidad democrática, se señaló, aludiendo al tema central de la VI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebrará en Santiago en noviembre.
En materia de políticas públicas, Bilbao y el viceministro de la Secretaría General de la Presidencia, Jorge Rosemblut, subrayaron el carácter intersectorial e interministerial del Plan de Igualdad de Oportunidades que se aplica en Chile desde 1994.
El gobierno del presidente Eduardo Frei resolvió, en el marco del primer aniversario de la Conferencia de Beijing, crear un comité técnico interministerial que se encargará de la evaluación permanente de la marcha de ese plan, dijo Rosemblut.
Bilbao subrayó que en el país se requiere acentuar la acción e información en aspectos que afectan directamente a la mujer, como las jefaturas de hogares monoparentales, el trabajo agrícola temporal, la violencia intrafamiliar y los embarazos adolescentes. (FIN/IPS/ggr/dg/hd-pr/96
