Museos occidentales y asiáticos están a la espera de una bonanza en antiguedades y piezas chinas procedentes de Hong Kong, porque los coleccionistas de arte se muestran nerviosos ante el inminente traspaso de la colonia a China.
Según comerciantes de objetos de arte en Hong Kong, centro del tráfico de antiguedades chinas y bastión de gran número de museos privados, diversas colecciones particulares ya han sido prestadas a museos extranjeros por períodos de tres a 10 años.
Los observadores de la tendencia señalaron que la mayoría de los coleccionistas privados temen que sus antiguedades sean confiscadas, o no puedan ser sacadas jamás de Hong Kong, luego que el gobierno del territorio pase a China el 30 de junio de 1997.
La comerciante de arte Alice Yuan Piccus señaló que "la gente desea coleccionar objetos artísticos pero tambien pretende que sea una inversión. Es mejor enviarlos al exterior por tres años que perder todo de un golpe".
El Museo Nacional de Singapur informó que al menos 10 grandes colecciones de antiguedades procedentes de Hong Kong serán prestadas al establecimiento por períodos de dos a cinco años.
Singapur, que está tratando de fomentar su identidad china, incluso ha ofrecido derechos de residencia a coleccionistas que presten sus antiguedades a museos locales.
El incentivo de un nuevo pasaporte está destinado a atraer a aquellos residentes en Hong Kong que temen perder su libertad actual cuando Beijing tome el control.
Por ahora, las antiguedades pueden ser importadas y exportadas libremente siempre que estén correctamente catalogadas. Además, la ausencia de gravámenes sobre objetos de arte y artefactos ha hecho de la colonia un vasto centro comercial en arte chino.
Un experto de la oficina en Hong Kong de Christies, famosa firma británica de subastas de arte, dijo que el volumen comercial de los remates en la colonia, estimado en 500 millones de dólares anuales, supera a los registrados en Nueva York y Londres juntos.
Entretanto, el comercio privado de arte y antiguedades en las tiendas de Hong Kong ascendería al doble de esa cifra, según Christies.
Esto podría cambiar radicalmente cuando Beijing recupere la actual colonia británica.
En China, todas las piezas con antiguedad superior a 150 años requieren un permiso especial de exportación y las reliquias anteriores al emperador Chen Lung (1736-1795) no pueden salir del país. Tambien las mejores piezas recientes son invendibles a individuos por tratarse de propiedad pública.
China tambien es signataria de la convención de la UNESCO de 1970 que demanda medidas para "prohibir y prevenir la importación- exportación ilícita así como el traspaso de propiedad cultural", que no haya sido autorizada por Gran Bretaña o Hong Kong.
La aplicación de la convención despues de 1997 podría significar la prohibición de exportar antiguedades desde Hong Kong tras la recuperacion de la soberanía china.
Kamuel Chow, un rematador de arte que ayuda al Departamento de Aduanas a evaluar piezas requisadas, señaló que el castigo para los que traten de contrabandear "algo muy valioso" fuera de China podría llegar a ser muy severo.
No obstante, a pesar de los estrictos controles, grandes cantidades de piezas antiguas y objetos de arte son contrabandeados hacia Hong Kong, incluyendo reliquias fúnebres cuya exportación está prohibida en China.
"Hubo un notable aumento de objetos contrabandeados que ahora están detenidos aquí, de 228 piezas valuadas en 200.000 dólares en 1992, a 2.000 cotizadas en 3,4 millones en 1995", informó un funcionario de la aduana.
Agregó que de las últimas, 1.059 piezas fueron devueltas a China por el Departamento de Aduanas.
Yang Piccus dijo que la mayoría de los objetos contrabandeados a Hong Kong en los últimos años son reliquias de excavaciones arqueológicas, hurtadas incluso antes que puedan ser catalogadas o examinadas, lo cual impide registrarlas y priva a los estudiosos de invalorables evidencias históricas.
Otros expertos en arte señalaron que a menudo las piezas sufren daños en su tránsito a Hong Kong.
El mercado para esos objetos es muy vasto, no solo en la colonia sino en Occidente y comunidades chinas del Sudeste Asiático. "Los museos de otros países compran las piezas, incluso sabiendo que son robadas", apuntó Chow.
Todos los interesados en el negocio de objetos de arte, desde las casas de subastas hasta traficantes y coleccionistas, afirmaron que la gente está sacando de la colonia todo tipo de antiguedades por temor que China controle la propiedad cultural, sobre todo si descubre que su presencia aquí es irregular.
El Banco de Hong Kong ya envió la mayor parte de sus colecciones de cuadros antiguos a su casa matriz en Londres, justificando la mudanza por razones de restructuración de la entidad. Las obras fueron reemplazadas por pinturas chinas modernas.
Según Yuan Piccus, los comerciantes de arte en general envían al exterior las piezas más antiguas (y valiosas) y las reemplazan con otras de arte chino contemporáneo.
Sin embargo, el tráfico de antiguedades no tiene las mismas opciones. Un mercante de arte dijo que muchos comerciantes temen que despues de 1997 " el Ejercito Popular de Liberación entre en nuestras tiendas y demande como obtuvimos esos objetos…" (FIN/IPS/tra-en/ys/cpg/ego/cr).
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