HONG KONG: Amnistía Internacional cuestiona su supervivencia

Amnistía Internacional (AI) y grupos de presión en Hong Kong se cuestionan su supervivencia bajo el dominio de China, mientras el reloj marca el poco tiempo que resta para la entrega de la colonia británica a Beijing, el 30 de junio de 1997.

En particular, aquellos con lazos con organizaciones no gubernamentales (ONG) en el exterior recorren un delicado camino. La permanencia de AI tras la entrega del 30 de junio de 1997 servirá de prueba para quienes buscan mantener sus principios.

Robin Kilpatrick, representante de Amnistía en Hong Kong, admite que hay dudas sobre el mantenimiento de la organización después que China recobre la soberanía del territorio, especialmente desde la campaña lanzada en marzo sobre abusos de derechos humanos en China bajo la consigna "nadie está a salvo".

La campaña "fue considerada un ataque político a China", dijo Kilpatrick.

AI tiene prohibidas las operaciones en China, y según la miniconstitución de Hong Kong posterior a 1997, conocida como la Ley Básica, organizaciones locales no tendrán permitidas las relaciones con organismos políticos extranjeros y las actividades políticas fuera de Hong Kong.

Según Law Yuk-kai, director de un grupo llamado Monitor de Derechos Humanos, "si no es un gobierno decente, te prohibirá, hagas lo que hagas para asegurar tu existencia".

El nerviosismo en la pequeña comunidad de ONG en Hong Kong, muchas de las cuales utilizan el territorio como base para actividades en China, comenzó a crecer después que el Comité Internacional de la Cruz Roja discretamente trasladara su delegación regional a Bangkok, tras haber permanecido en la colonia británica durante más de una década.

La Cruz Roja tiene estatuto diplomático bajo un tratado con el gobierno británico que expira el 30 de junio, y si el gobierno chino no le otorga estatuto similar, "no podemos quedarnos", dijo recientemente en Hong Kong el vocero del organismo Christopher Swinarski.

Y si Beijing le otorga el estatuto diplomático, el protocolo implica que la Cruz Roja se instale en la capital china y no en Hong Kong.

La transferencia de la Cruz Roja fue una señal de que la realidad en Hong Kong tras la entrega será completamente distinta. La Cruz Roja no tiene oficinas en Beijing.

El grupo ambiental internacional Greenpeace busca un director que hable chino para liderar su nueva oficina en Hong Kong, a pesar del enfrentamiento con Beijing a comienzos de este año, cuando sus activistas intentaron ingresar a aguas territoriales chinas en protesta por pruebas nucleares.

"Esta oficina no sólo es para Hong Kong, también es nuestro punto de partida para China", dijo Anne Dingwall, directora regional de Greenpeace, y añadió que la organización no se hubiera instalado sin pensar que tendrá un futuro tras la entrega.

No obstante, algunas empresas de transporte y miembros del sector de las relaciones públicas se negaron a trabajar con Greenpeace "porque no se vería bien para sus negocios con China", admitió Dingwall.

Los grupos sólo sobrevirán si son útiles a China, por ejemplo Greenpeace colabora con el problema de desechos tóxicos de Beijing, que necesita desesperadamente experiencia en tecnología ambiental, indican activistas.

AI y Monitor de Derechos Humanos afirman que es importante promover la concientización sobre temas de derechos humanos entre la población, de modo que esas preocupaciones no sean vistas como causas de un puñado de "organismos financiados en el exterior".

"Nos gustaría convencer a China de que somos imparciales. No sólo criticamos a Beijing", dijo Kilpratrick, pero admitió que el clima político "no es muy conducente a esto". (FIN/IPS/tra-enys/js/hd-ip/96

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