Argentina, Brasil, Chile y Vietnam observan con atención los experimentos iniciados por México y Filipinas, que decidieron desembarazarse de parte de sus "bonos Brady" y convertir sus deudas externas a "eurobonos".
Numerosos países en desarrollo accedieron a negociar con sus deudas externas en bonos Brady, que cuentan con el sólido respaldo del Tesoro de Estados Unidos, la adquisición de otros papeles.
La intención es ganar la confianza de los inversores internacionales, aun a costas de las economías de los países. El riesgo es mayor, pero los beneficios previstos también lo son.
Filipinas planea vender 1.900 millones de dólares en bonos Brady para convertirlos a eurobonos. Según los analistas, su ejemplo podría ser seguido por otros mercados emergentes de América Latina, región donde están en reserva la mayoría de los bonos Brady.
El objetivo es invitar a los inversores a apostar por las posibilidades de las economías emergentes. Los nuevos bonos no están respaldados por garantías e implican riesgos mayores. Pero, a cambio, los tenedores de estos papeles pueden obtener un retorno más abundante.
"Si se acepta el acuerdo planteado por Filipinas, significará que el país será considerado digno de confianza a los ojos del mercado internacional de capitales y que a partir de ahora tendrá mejor acceso a ellos", explicó un ex economista del Banco Mundial que reclamó reserva sobre su identidad.
Los bonos Brady, así denominados en honor de Nicholas Brady, secretario del Tesoro de Estados Unidos en la década del 80, fueron lanzados para aliviar la carga de las deudas externas de los países en desarrollo, que se convertirían así en bonos comerciables.
El respaldo del Tesoro de Estados Unidos limitaba los riesgos de los inversores. Ahora, los países que van saliendo de la crisis de la deuda de la década del 80 quieren convertir sus bonos Brady en eurobonos respaldados por sus propios recursos económicos y de divisas.
Las reformas desarrolladas por Filipinas, especialmente en el sector financiero, explican parcialmente la voluntad de los inversores de asumir riesgos mayores, sostuvo el economista consultado por IPS.
Muchos países comienzan a considerar los bonos Brady como una especie de estigma y, por eso, creen que llegó el momento de sacárselos de encima y poner a prueba la confianza de los inversores en sus economías.
"El sector financiero es el factor clave en la obtención de credibilidad. Filipinas quizá no goce de una situación perfecta, pero está en una posición razonable si se toma en cuenta cómo estaban antes", afirmó el experto.
La transacción propuesta por Filipinas sigue el antecedente de México, que convirtió 1.750 millones de dólares que tenía en bonos Brady a inicios de año y que ahora prevé cerrar un trato similar.
Otros mercados emergentes observan de cerca el resultado de los experimentos de Filipinas y México. Los países que, al parecer, seguirán esos ejemplos en lo inmediato son los principales tenedores de bonos Brady en América Latina, entre ellos Argentina, Brasil y Chile.
Otro candidato a ingresar en el mercado de los eurobonos es Vietnam, que hace poco acordó con sus acreedores la reprogramación de pagos de 900 millones de dólares en deudas comerciales atrasadas.
Así como Filipinas y países de América Latina confían en la operación de conversión de bonos Brady a eurobonos, Vietnam procura restablecer su credibilidad financiera entre los inversores internacionales.
Un acuerdo cuya concreción no se prevé antes de 1997 contribuiría a que el país asiático alcance la independencia de la asistencia oficial al desarrollo y demuestre su capacidad de repago de deudas.
"Uno no puede, simplemente, sentarse y esperar que le llueva la ayuda oficial al desarrollo", dijo al diario London Financial Times un banquero que conoce el plan vietnamita.
"Uno debe entrar al mercado de capitales ahora, establecer su credibilidad durante el tiempo en que realmente necesita el dinero y demostrar capacidad de repago", explicó el empresario.
Los bonos Brady son los papeles de deuda de los mercados emergentes más comerciados y líquidos, pero están a punto de ser derrotados a manos de los eurobonos por su creciente popularidad.
Los eurobonos son papeles suscriptos por corporaciones internacionales y vendidos fuera de los países en cuya divisa fueron emitidos.
Los países de América Latina perciben en los eurobonos una forma de aprovechar el crecimiento de sus economías por sus propios medios.
El monto de los eurobonos depositados en esa región era casi inexistente a inicios de la década del 90, pero actualmente ascienden a unos 80.000 millones de dólares.
No se prevén más emisiones de bonos Brady por parte de América Latina para este año después de que Panamá y Perú concreten sus acuerdos de reprogramación de deuda.
En los primeros ocho meses de 1996, los prestatarios latinoamericanos emitieron 26.800 millones de dólares en bonos, cuando ese monto fue de 19.100 millones de dólares en todo el año 1995.
El flamante mercado de los eurobonos, que es mucho más reducido que el de los bonos Brady, asciende a unos 124.000 millones de dólares, pero está acelerando el ritmo de crecimiento.
Los inversores se sienten atraídos hacia Filipinas pues los indicadores señalan que su ritmo de crecimiento y su solidez se está acompasando a los de las economías más pujantes del sudeste de Asia. (FIN/IPS/tra-en/ao/mom/rj/mj/if dv/96