El gubernamental partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena) de El Salvador afronta una seria crisis interna tras la renuncia de su presidente, acusado de vinculaciones con el narcotráfico, y pujas entre sectores internos.
El máximo dirigente del partido oficialista, Juan Domenech, anunció su decisión el pasado fin de semana, jaqueado por una causa abierta por la justicia de Guatemala, y aseguró que es víctima de una conspiración internacional.
La magistratura acusa a Domenech de tenencia y distribución de narcóticos y espupefacientes. La causa está en manos del juez de primera instancia penal para la narcoactividad y delitos contra el ambiente, José González.
El renunciante, que se perfilaba como candidato a presidente para las próximas elecciones generales de 1999, negó rotundamente haber cometido los delitos que se le imputan.
Dijo que se defendería del complot externo y que su renuncia debe interpretarse como un acto patriótico.
El dirigente opositor y ex guerrillero Schafik Handal señaló que la conspiración internacional de la que habla Domenech son las investigaciones que el Departamento Antidrogas (DEA) y el departamento de Estado de Estados Unidos, la Interpol y la Unión Europea han realizado sobre el narcotráfico en El Salvador.
El ex guerrillero llamó a la Fiscalía General de la República para que tome cartas en el asunto y actúe, ya que según afirmó, Domenech no sería el único involucrado en dichos delitos.
Handal manifestó que la renuncia del dirigente derechista pone en evidencia una grave corrupción administrativa en el gobierno.
Advirtió que el gobierno ha sido advertido por organismos internacionales de que se le suspenderán algunas contribuciones financieras ya que se han desviado fondos para el enriquecimiento de algunos funcionarios.
El veterano político socialcristiano Abraham Rodríguez opinó por su parte que la decisión de Domenech de renunciar fue acertada, pues tiene en su contra acusaciones delicadas que es necesario que enfrente como ciudadano común.
La semana pasada un grupo clandestino de militares denunció una red de narcoatráfico y corrupción en la que involucró al ex presidente Alfredo Cristiani, y advirtió al actual mandatario, Armando Calderón Sol, que si para el 15 de octubre no ha actuado contra los delincuentes, será depuesto con un golpe de Estado.
A la renuncia de su presidente, se suma en la interna de Arena la acción de una fracción encabezada por el fundador del partido, Víctor Cornejo, quien ha exigido la renuncia no sólo de Domenech, sino de casi toda la dirección partidaria, a quienes acusa de desatender a los sectores más necesitados del país.
Cornejo, que se autocalifica como "arenero puro", señaló que la cúpula de Arena, a través del actual gobierno, sólo favorece a los empresarios del sector financiero, que cada vez acumulan más riquezas.
Arena fue fundado en 1980 por el ya fallecido militar Roberto D'Aubuisson, involucrado en investigaciones nacionales e internacionales con la creación de bandas paramilitares o escuadrones de la muerte en las dos décadas pasadas.
A D'Aubuisson también se le atribuye el haber dado la orden de asesinar al arzobispo Oscar Arnulfo Romero, en marzo de 1980.
Este partido derechista gobierna a El Salvador desde 1989, cuando asumió la presidencia Alfredo Cristiani, sucedido tras los comicios de 1994 por el actual presidente.
Calderón Sol negó que exista una crisis dentro de su sector político. "Arena es y seguirá siendo la mayor fuerza, la expresión mayoritaria del pueblo", expresó.
En sustitución de Domenech fue elegida Gloria Salguero, quien también es presidenta del Parlamento.
Juan Duch, jefe de la bancada parlamentaria de Arena, afirmó que en octubre próximo su partido realizará la convención nacional, donde se determinará si Salguero continuará al frente del partido o se designará a otra persona.
La tradición de Arena indica que los presidentes del partido han sido sus candidatos a la presidencia. Así ocurrió con D'Aubuisson, Cristiani y Calderón Sol. (FIN/IPS/jd/jc/ip/96
