Ex presidentes de la república, líderes sindicales, parlamentarios y otras personaliades de Ecuador han sido objeto de duros ataques verbales de parte del jefe de Estado primer mandatario, Abdalá Bucaram.
Las declaraciones de Bucaram ya han comenzado a generar problemas para lograr el gobierno de concertación que anunció en su campaña presidencial.
"No seguiremos el juego de los insultos verbales que pretende imponer el presidente", señaló este miércoles Luis Macas, líder del bloque parlamentario del movimiento indígena Nuevo País Pachakutik (NPP), quien fuera calificado de "ladrón" por Bucaram en declaraciones vertidas a la prensa este martes.
El NPP exigió la comparecencia del ministro de Energía Alfredo Adum ante el Congreso unicameral para que aclare las acciones frente a las petroleras trasnacionales que actúan en el país.
A pocos días de asumir sus funciones, Adum ordenó la militarización de la petrolera Maxus, propiedad de la empresa argentina YPF y su virtual expulsión del territorio nacional, en caso de que sus ejecutivos no se comprometieran a firmar un contrato más conveniente para el Estado.
La medida fue considerada por diversos analistas como un golpe de efecto del gobierno, ya que otras petroleras, además de Maxus, accedieron a revisar su posición contractual con el Estado ecuatoriano.
Según Bucaram, la petición de estos parlamentarios se debe a que reciben dinero de las petroleras, que verían con interés la destitución del nuevo ministro de Energía.
"Queremos llamar a la cordura, porque no compartimos semejantes vulgaridades del primer mandatario", expresó Macas.
Bucaram también denunció que los diputados del NPP habían exigido 750 puestos públicos a cambio del voto de los legistladores de esta agrupación para que el contralor general del Estado propuesto por el Ejecutivo resultara electo.
Los legisladores del movimiento indígena aceptaron que así sucedió y es Fernando Rosero, amigo personal de Bucaram, el nuevo contralor general del Estado.
Para Macas, el NPP tiene que negociar sus posiciones frente al gobierno y los grupos de mayor presencia, como el propio Partido Roldosista Ecuatoriano que lidera Bucaram y que es la segunda fuerza electoral del país, pues existe una gran desventaja.
La reacción del NPP se suma a la de dirigentes sindicales del Frente Unico de Trabajadores (FUT), que rompieron el diálogo con el gobierno, según informaron este martes.
El pacto de concertación socio-económica que la administración de Bucaram había firmado el 9 de agosto junto con la dirigencia sindical y empresarial, quedó entonces suspendido.
Los representantes laborales exigen que Bucaram explique sus acusaciones hacia "ciertos líderes sindicales", a quienes consideró "unos mafiosos" el lunes pasado por haber realizado un paro en el servicio de transporte en la ciudad portuaria de Guayaquil, la más extensa y poblada de Ecuador.
"No podemos permitir que se emitan juicios de valor con ligereza, vengan de quien vengan", dijo Liliana Durán, dirigente del FUT, "mucho menos si provienen del primer mandatario, quien está obligado a comprobar sus acusaciones".
"Exigimos respeto de nuestras autoridades hacia todos nuestros miembros, pues de otra manera no podemos concebir un gobierno de concertación", destacó.
"Sería muy grave que el país comience a acostumbrarse a este tipo de acusaciones infundamentadas", señaló a su vez Napoleón Santos, diputado del NPP.
Santos calificó también de irresponsable a Bucasram por haber tratado de "burro" al ex presidente socialdemócrata Rodrígo Borja (1988-1992). (FIN/IPS/mg/dg/ip/96
