Colombia interpretó este jueves como un cambio de actitud de Estados Unidos la autorización del Congreso de ese país a la venta de helicópteros destinados a la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla.
Washington manifestó así "una intención de cooperar", dijo este jueves la ministra de Relaciones Exteriores de Colombia, María Mejía.
La secretaria de estado no descartó que se produzcan sanciones económicas contra el país como resultado de la condena del gobierno de Bill Clinton por su falta de colaboración en la lucha antidrogas por parte de Caracas..
El debate que precedió a la decisión estadounidense generó comentarios de congresistas que consideran a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) como el "tercer cártel de la droga".
La caracterización coincide con el libro "El Cártel de las FARC", publicado en agosto por el Ministerio de Defensa, en el que el mayor Luis Villamarín señala "la creciente incidencia del narcotráfico" en las actividades de la mayor y más antigua organización guerrillera de Colombia.
Villamarín formuló su acusación en base a documentos incautados en operativos contra jefes del narcotraficante Cártel de Cali.
Pero la decisión estadounidense revivió la polémica sobre el adjetivo "narcoguerrilla".
Según la no gubernamental Oficina de Asuntos Latinoamericanos en Washington (WOLA por su nombre en inglés), la autorización "exagera la naturaleza del vínculo entre narcotraficantes e insurgentes". (FIN/IPS/yf/ag/ip/96