El mundo perderá las oportunidades de satisfacer su necesidad de alimentos si no coloca a la mujer en el centro de los esfuerzos por aumentar la producción, advirtió hoy un nuevo informe de la ONU.
El informe de 16 páginas, titulado "Alimentos para el futuro: Mujer, población y seguridad alimentaria", afirma que, mientras los hombres cultivan para la venta o venden su fuerza de trabajo, las mujeres producen el grueso de los alimentos para la familia y el consumo local.
El estudio, divulgado este viernes por el Fondo de las Naciones Unidas para la Población (UNFPA), destaca que, aunque las mujeres entregan la mayor parte de los alimentos cultivados para el consumo humano, los países no hacen mucho para estimular a las agricultoras.
En América Latina, las mujeres cultivan y venden más de 30 por ciento de sus alimentos, 46 por ciento en el Caribe, entre 80 y 90 por ciento en Africa subsahariana, y entre 50 y 60 por ciento en Asia, informó el FNUAP.
Hasta 80 por ciento del pescado y los mariscos capturados mediante la pesca artesanal en Africa tropical, Asia y el Pacífico son limpiados, secados, ahumados y comercializados por mujeres y niños.
El abastecimiento absoluto de alimentos en el mundo es casi suficiente para 6.000 millones o más de personas ahora y en el futuro, pero unos 841 millones, casi un sexto de la población mundial, sufre de desnutrición crónica.
El FNUAP afirma que, como el grueso de los alimentos se produce en el "sector informal", el papel de la mujer en la producción mundial no figura en las estadísticas.
Gran parte de estos alimentos provienen de pequeñas y fragmentadas huertas, jardines e incluso terrenos abandonados en medio de las ciudades.
La mayoría de los países hace poco por estimular a las mujeres agricultoras. La inversión agrícola y las políticas de asistencia asumen que los beneficiarios son hombres, y la tenencia y herencia de la tierra se inclinan injustamente a su favor, señala el estudio.
Las mujeres, incluso, reciben poco respaldo en su reconocido papel en la crianza y educación de los hijos.
El informe sostiene que, asegurando el acceso de las mujeres a créditos, mercados y asesoría técnica, y a educación y atención de la salud, se puede mejorar el abastecimiento de los más pobres del planeta.
La nutrición es también esencial para la salud reproductiva, aunque sólo entre 20 y 40 por ciento de las mujeres en los países en desarrollo tienen una dieta adecuada.
Las mujeres productoras de alimentos también están carenciadas en tres áreas. En primer lugar, en muchos países en desarrollo, se les prohíbe heredar o poseer propiedades. Incluso cuando no hay varones en la familia inmediata, la tierra a menudo pasa, por costumbre, a un pariente varón.
Segundo, la negación sistemática de las agricultoras ha marginalizado sus actividades y contribuído a la "feminización de la pobreza". El FNUAP afirma que parte de esto se debe a la "masculinización del trabajo", porque los hombres han ocupado los nuevos puestos de trabajo en los sitios en que se introdujeron nuevas tecnologías.
En tercer lugar, en momentos en que aumenta el número de jefaturas de hogar a cargo de mujeres, y ellas luchan por sobrevivir en parcelas cada vez más pequeñas o en suburbios urbanos superpoblados, tienen cada vez menos posibilidades de utilizar las ventajas de las oportunidades económicas. (FIN/IPS/tra-en/td/yjc/lp/pr-dv/96
