El último informe anual de la UNCTAD despertó hoy al Sur con un clarín familiar: las economías exportadoras del sudeste de Asia son el camino para que el mundo en desarrollo acabe con la recesión y el escaso crecimiento.
Expertos independientes ponen en duda la posibilidad de que esos modelos sean reproducibles por doquier, pues los tecnócratas del sudeste de Asia tuvieron libertad para imponer sus decisiones gracias al autoritarismo de los gobiernos, lo cual difícilmente suceda en regímenes democráticos.
Pero el informe de la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) de 1996, difundido este miércoles, recomendó seguir el ejemplo de los "tigres", pero no imitar el modelo al dedillo.
Los especialistas de la UNCTAD afirmaron, de todos modos, que la emulación de ese esquema por parte de los países en desarrollo es inexorable y funcionará. "No solo es factible, sino necesario", dijo Yilmaz Akyuz, quien encabezó el equipo que redactó el informe, en la presentación en Londres.
Reciben el nombre de "tigres asiáticos" de la primera camada Corea del Sur, Taiwan, Hong Kong y Singapur, que en las últimas tres décadas disfrutaron un crecimiento sostenido del ingreso por persona a un ritmo anual de casi siete por ciento.
La posibilidad de repetir la experiencia de esos países depende mucho del éxito de las políticas industriales que se apliquen en el Sur para fabricar productos más complejos y diversificar su base industrial, según el informe.
El secretario general de la UNCTAD, Rubens Ricupero, recordó este miércoles que el énfasis en el apoyo de un estado eficiente, y no tanto en las fuerzas del mercado, vigente en la actualidad y corroborado por el éxito de las economías del sudeste de Asia, es una posición tradicional del organismo.
La UNCTAD, creado en 1963 para abordar las desventajas de los países en desarrollo, siguió sin entusiasmo en los últimos años el auge de las ideas económicas que postulaban una cada vez mayor prescindencia del estado en materia económica.
Akyuz sostuvo que los países muy pobres deberán cambiar su modalidad de producción hacia prácticas más intensivas, pero su dependencia a las exportaciones de recursos básicos y los precios de las materias primas les causa limitaciones.
Mientras el Norte, por ejemplo, se comprometió a acabar con los límites a las exportaciones de productos textiles desde el Sur, "es difícil que el azúcar sea objeto de un proceso similar", dijo Akyuz.
"No esperamos que Africa imite lo que Corea del Sur ha hecho en los últimos cinco años, pero sí que siga el ejemplo de Malasia, Tailandia e Indonesia", que constituyen la "segunda camada" de "tigres" del sudeste de Asia, con un crecimiento anual de seis por ciento en el último decenio.
Una "tercera camada", liderada por China, está emergiendo ahora, con un crecimiento de 10 por ciento anual.
Los distintos países de la región aportan "diferentes lecciones sobre diferentes etapas de industrialización", al tiempo que continúan exportando productos básicos como madera y aceite de palma.
El Norte deberá abrir sus mercados y no quedarse atascado en los intentos de mantener la inflación a la baja y reducir el déficit fiscal, con la finalidad de que las naciones en desarrollo tengan éxito en su emulación de los países del sudeste asiático, según la UNCTAD.
Las medidas de ajuste interno en el Norte podría conducir a un declive en sus economías y las tentaría a adoptar medidas proteccionistas sobre las exportaciones del Sur, lo cual las privaría de los beneficios de la globalización.
El crecimiento económico se reducirá considerablemente en Europa en 1996, y, en menor medida, en Asia Oriental. En Japón, las posibilidades de crecimiento siguen siendo precarias. Mientras tanto, Estados Unidos prosigue su recuperación, indica el informe.
La expansión de la producción mundial de 1995, de 2,4 por ciento, fue inferior al del año anterior, cuando ascendió a 2,8 por ciento.
Las críticas al modelo del sudeste de Asia proceden, fundamentalmente, del carácter dictatorial de muchos de sus gobiernos.
"Los modelos de desarrollo de esa región dejan lecciones, pero no estoy seguro de que sus experiencias sean transferibles a países con gobiernos democráticos", acotó Mark Robinson, del Instituto de Estudios de Desarrollo, en Sussex.
Robinson sostuvo que los talentosos tecnócratas del sudeste de Asia tuvieron total autonomía para desarrollar economías orientadas a la exportación, pero dudó que las sociedades democráticas le darían tal independencia a sus expertos.
El equilibrio entre la eficacia técnica y la responsabilidad democrática está destinada a ser oscilante, lo cual depende del grado de democracia de una sociedad, dijo el especialista.
"En India, algunos de los elementos del modelo de los 'tigres' es aplicable, pero, al mismo tiempo, aislar a los políticos del país es imposible", agregó.
Martin Wolf, analista del diario Financial Times, sostuvo que "si la democracia es compatible con el desarrollo exitoso, la implementación de políticas debe reconciliarse con la ineludible necesidad de los gobiernos de conquistar el respaldo de sus gobernados".
La imitación del modelo del sudeste de Asia, según muchos expertos, ignora la historia de esa región, que se benefició de la generosidad de Estados Unidos y no debió gastar dinero en defensa.
Además, postularon un significativo proteccionismo sobre sus industrias, política que es desalentada en otros países del Sur en la década del 90.
"Muchos olvidan la gran ayuda de Estados Unidos al sudeste de Asia en la década del 60. Muy, muy pocos países de Africa subsahariana podrían seguir su modelo", afirmó Robinson.
En conjunto, la expansión del Sur sigue superando a la del Norte, pero el crecimiento rápido se concentra en un pequeño número de países meridionales, según la UNCTAD.
Asia volverá a ser el área que crece con mayor rapidez, con China como la economía más explosiva, aunque a un ritmo inferior al de años anteriores. El crecimiento de Africa (tres por ciento) superará a América Latina (2,5 por ciento) por segundo año consecutivo.
El bajo crecimiento y un alto desempleo seguirán caracterizando a los países industrializados, golpeados por la recesión. Por lo tanto, los expertos de la UNCTAD son pesimistas en cuanto a las posibilidades de que estas naciones abran sus mercados.
Además, alertaron, si los países en desarrollo, o, al menos, los más industrializados entre ellos, comienzan a impulsar sus exportaciones al mismo tiempo, probablemente inundarán el mercado, lo cual deprimirá los precios y terminará perjudicándolos mutuamente.
Por ello, el mejor camino, según la agencia internacional, es que las naciones en desarrollo afiancen las relaciones comerciales entre ellas.
"Una mayor cooperación Sur-Sur en materia comercial contribuiría a derrotar los problemas asociados a un crecimiento inadecuado y a la falta de acceso a los mercados del norte", recomendó el informe.
Akyuz previó que los precios de las materias primas bajará en el mediano plazo, tras el incremento registrado en 1995, cuando Africa, por ejemplo, logró un crecimiento económico de tres por ciento y las ganancias de sus exportaciones se incrementaron 10 por ciento.
"Existe una considerable incerteza respecto del crecimiento de Africa. Si los precios comienzan a bajar, el continente no alcanzará el crecimiento de ingresos por persona que se esperaba", sostuvo.
Sin embargo, Akyuz no espera un "gran colapso" en Africa, pero consideró que "un aumento en los precios podrá tardar años". (FIN/IPS/tra-en/dds/fn/mj/dv if/96