DESARROLLO: Campaña socialista para reformar la economía global

La Internacional Socialista (IS) buscó catapultar a su vigésimo congreso con un inspirado ataque a los males de la globalización económica, y proclamó que buscará cambios en el orden económico actual.

El presidente de la IS, Pierre Mauroy, dijo que el Grupo de los Siete países más industrializados (G-7) debería ser ampliado para incluir representaciones de los cinco mayores continentes que tomen parte del debate sobre desarrollo equitativo.

Mauroy tambien pidió el establecimiento de una cláusula social sobre actividades comerciales, para consagrar principios como el derecho al trabajo y el fin de la explotación laboral de niños.

"La abundancia de los 358 pueblos más ricos del mundo es ahora mayor que el ingreso anual del 45 por ciento de población más pobre, unos 2.600 millones de mujeres y hombres", expresó Mauroy, quien citó el Informe sobre Desarrollo Humano 1996 de la ONU.

El objetivo de la Internacional Socialista, la coalición de organizaciones socialdemócratas fundada por el extinto canciller alemán Willy Brandt, pretende unirse a la actual expansión del capitalismo con alguna preservación de las políticas de bienestar social, afirmaron aquí fuentes autorizadas.

"Para mantener la economía mundial en la senda correcta de desarrollo constante, necesitamos la liberalización del mercado a través de la desrregulación, pero tambien la creación de una estructura en la cual la justicia social esté asegurada", explicó Takanobu Nagai, ministro de Trabajo de Japón.

"Ninguna economía puede prosperar sin esa estructura, o donde la justicia es negada a los individuos", afirmó Nagai.

"Asumimos la responsabilidad de adoptar una posición no- extremista", arguyó el senador venezolano Lewis Perez, del partido Acción Democrática. "No defendemos la tesis estatista, pero tampoco aceptamos la posición de un mercado ficticio, totalmente libre".

La globalizacion ha efectivamente estorbado el mercado libre, apuntó Perez. "La concentración y colusión del capital ha encadenado "la mano invisible" del poder monopólico, creando ineficiencia, desigualdad, injusticia y marginación en el sistema", expresó.

No obstante, el desafío para los socialdemócratas de encontrar una alternativa es inmenso. Un aspecto elocuente es que la Internacional, que una vez albergó a estadistas europeos como Brandt, Francois Miterrand y Andreas Papandreu, ahora ha congregado en esta reunión a más líderes opositores que jefes de gobierno.

Algunos dirigentes europeos, incluso la primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, el primer ministro portugués Antonio Guterres y el jefe del gobierno húngaro, Gyula Horn, están presentes en esta reunión de tres días que comenzó el lunes.

Sin embargo, esta conferencia congregó a más ex jefes de gobierno, como el sandinista Daniel Ortega, y el jefe del Partido Socialista Obrero Español, Felipe Gonzalez.

Igualmente elocuentes son los problemas de los socialistas europeos para encarar las reformas económicas. Gonzalez advirtió contra los excesos de la privatización y la desrregulación económica, si bien siguió un decidido rumbo neoliberal durante su gestión como primer primer ministro.

Irónicamente, España está liderando un esfuerzo en esta reunión para cuestionar las credenciales del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) de México, arguyendo que su ejecutivo ha abandonado la socialdemocracia en favor del neoliberalismo.

Tanto el PRI como su opositor de izquierda, el Partido Revolucionario Democrático (PRD), están presentes en el congreso.

Algunos de los delegados ofrecieron propuestas concretas para acompañar la retórica sobre socialismo. Brundtland y Mauroy apoyaron un impuesto a todas las transacciones financieras globales, ideado por el economista estadounidense James Tobin.

El gravamen en cuestión podría frenar el nivel de especulación y obtener fondos para las Naciones Unidas y la ayuda al desarrollo.

El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), Boutros Boutros-Ghali, que abrió las deliberaciones, ofreció una visión mucho más prosaica: que los socialistas movilicen a los gobiernos y la opinión pública para lograr más financiación en favor de los pobres del mundo.

"La crisis mundial latente ha generado el propio interés nacionalista y alentado, por parte de algunos estados industrializados, la tendencia de mirar hacia adentro", dijo Boutros-Ghali.

"El resultado ha sido que hoy, algunos se sienten muy tentados de permitir que las regiones más pobres, libradas a sus propios medios, se hundan en el subdesarrollo económico y el caos político", expresó.

El efecto que la Internacional Socialista puede tener en ese debate, sin embargo, variará de región a región. En Estados Unidos, los dos principales partidos políticos han vuelto la espalda al congreso y la administracion del presidente Bill Clinton cuestionó que la ONU pagara los gastos de la asamblea.

A su vez, las Naciones Unidas dijeron que la IS está pagando todos los gastos del encuentro.

Mauroy defendió la idea que la IS es todavía relevante, con líderes socialistas que surgen de Sudáfrica a India, y de Colombia a Hungría. El debate aún debe tratar temas tan diversos como el apoyo a una Tribunal Internacional contra el Crimen y llamados para extender el Consejo de Seguridad de la ONU.

No obstante, las actitudes defensivas de parte de sus miembros perduran todavía, como lo demostró el comunicado de prensa emitido por la Internacional, cuyo título decía: "Son muy exagerados los rumores sobre la muerte del socialismo". (FIN/IPS/tra- en/fah/yjc/ego/ip).

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