El último período anual de sesiones de la Conferencia de Desarme languidece en esta ciudad suiza sin que sus 61 países miembros encuentren todavía consenso para el plan de actividades que deberá desarrollar en 1997.
El embajador argelino, Hocine Meglahoui, responsable de la elaboración de la orden del día de la Conferencia para el año venidero, admitió este martes que el deterioro del clima de trabajo le impidió alcanzar su cometido.
La Conferencia, que aún no se recupera de su fracaso de hace dos semanas en la adopción de un tratado de prohibición de ensayos nucleares (CTBT), concluirá el 13 de septiembre sus sesiones de este año.
India bloqueó la aprobación por consenso del CTBT porque entiende que el proyecto redactado consolida la hegemonía de las cinco potencias nucleares (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) y cierra a Nueva Delhi el acceso al club nuclear.
La frustración en el CTBT agravó las dificultades que ya atravesaba la Conferencia, describió Meglahoui.
Considerada hasta ahora como único foro internacional para las negociaciones del desarme, la Conferencia se enfrenta a un futuro incierto, como se desprende de los tropiezos que encontró el embajador argelino para elaborar el programa de 1997.
Por lo pronto, la Asamblea General de las Naciones Unidas y su Primera Comisión, encargada de negociaciones de desarme, le arrebatarán el protagonismo en esa especialidad.
El gobierno de Australia recogió el texto de proyecto de CTBT y se dispone a presentarlo en estos días a la quincuagésima Asamblea General de la ONU, que concluye el día 13.
El propósito de los australianos, respaldados por un número considerable de países entre los que descollan los occidentales, es que el texto sea adoptado en el actual período de sesiones con el menor número posible de enmiendas.
La mayoría de los embajadores expertos en desarme acreditados ante la ONU en Ginebra viajarán en las próximas horas a Nueva York para sumarse a las gestiones precipitadas que se realizan en la Asamblea General.
Si el texto del CTBT se estanca en el actual período de sesiones, la Asamblea General lo examinará en su quincuagésimo primer período, desde el 17 de septiembre, y le encomendará el análisis a su Primera Comisión.
Mientras tanto, en Ginebra la Comisión de Desarme no encuentra temario para sus actividades de 1997.
Meglahoui reconoció que el clima imperante impide también el tratamiento de un tema básico en el desarme: las negociaciones para la interrupción de la producción de materiales fisibles para armas nucleares.
Desde hace dos años la Conferencia aplaza el examen de ese tema, debido principalmente a que su atención se centraba en el tratado de prohibición completa de ensayos nucleares.
Las opiniones de los 61 delegados a la Conferencia se encuentran divididas entre los partidarios de tratar en forma prioritaria la interrupción de los materiales fisibles y los que favorecen una postergación.
Los materiales fisibles, uranio enriquecido, plutonio y tritio, constituyen la materia prima esencial de las armas nucleares y de otros artefactos explosivos nucleares.
Un mandato de la Asamblea General de la ONU encomendó la concertación de negociaciones para la prohibición de la producción de esos materiales.
La veda excluiría a los materiales fisibles destinados a usos civiles legítimos y a fines militares no explosivos, como la propulsión naval.
Al igual que en el CTBT, la iniciativa de prohibición de los materiales fisibles propone también un régimen de vigilancia no discriminatorio.
Pero antes de que se formalicen las negociaciones ya apareció la piedra del escándalo, representada por la suerte que correrán las existencias de materiales fisibles anteriores a un eventual acuerdo.
El cese de la producción de materiales destinados a armas nucleares sólo comprende a las cinco potencias nucleares y a los tres países que están por atravesar ese "umbral": India, Israel y Pakistán.
Los demás 170 países no nucleares, firmantes del Tratado de No Proliferación, ya se han comprometido a no producir esos materiales estratégicos.
Algunos opositores a la interrupción de la producción de materiales fisibles sostienen que un tratado reconocería indirectamente la libertad de los países en el "umbral" de conservar sin reparos sus existencias de materiales para la fabricación de bombas.
El embajador argelino observó que esas divergencias impiden que la prohibición de los materiales fisibles sea incluida en el orden del día de la Conferencia para 1997.
Más rotundo aún, Jozef Goldblat, experto del Instituto de la ONU para la Investigación sobre Desarme (UNIDIR), estimó que tras el fracaso del CTBT, la Conferencia de desarme no se encuentra en condiciones de afrontar nuevas negociaciones.
Para el tema de los materiales fisibles, Goldblat sugiere que únicamente lo negocien los ocho países con capacidad nuclear.
El investigador de UNIDIR propone que otros temas de desarme sean negociados por separado para concertar convenciones que puedan obtener la ratificación vinculante.
El embajador argelino recomendó que el presidente de turno de la Conferencia de Desarme, el dipomático polaco Ludwik Dembinski, se encargue de la elaboración del temario para 1997.
El único tema que puede obtener consenso para las negociaciones del año venidero es la prohibición de las minas terrestres antipersonales, indicó Meglahoui. (FIN/IPS/pc/jc/hd/96