Cuba podría alcanzar uno de sus más añorados sueños económicos, recibir un millón de turistas en menos de un año, si la industria del ocio mantiene el ritmo de los últimos meses.
"El millón parece más real hoy de lo que era cuando se hicieron los pronósticos", indicó una fuente del Ministerio de Turismo.
Cuba cerró 1995 con un total de 745.000 turistas, un ingreso bruto de 1.000 millones de dólares y el objetivo de llegar al millón de turistas este año y a 2,2 millones en el 2000.
Estudios realizados aseguran que para principios del próximo siglo el aporte del turismo se triplicará y esa industria se afianzará como principal fuente de ingresos del país caribeño, desplazando a la industria azucarera.
El vicepresidente Carlos Lage informó que durante el primer semestre de este año el turismo registró un crecimiento de 46 por ciento en relación con igual período del año anterior.
Según Lage, la denominada industria sin chimeneas crece 17 por ciento anual desde 1991 y es por encima de ese crecimiento que se produjo el aumento de los primeros meses de este año.
"Todo el mundo quiere venir al Caribe. Y en esta parte del mundo Cuba es muy buena opción por los precios y porque, además de playas, hay muchas cosas que ver", dijo un turista italiano.
El turismo italiano creció este año 97 por ciento, para convertir a Italia en el principal país de procedencia de viajeros hacia la isla, seguido por Canadá, España, Francia, Alemania, Argentina, México y Colombia.
En América Latina, Argentina aporta la mayor cantidad de visitantes, pero Colombia y México exhiben los mayores crecimientos, este último con 16.000 turistas en tres meses, lo que demuestra el inicio de la recuperación económica.
Encuestas realizadas por el equipo de investigaciones adjunto al Ministerio de Turismo cubano arrojan entre los principales motivos mencionados por los visitantes para elegir a Cuba, "la idiosincracia del pueblo" y sus atractivos de "sol y playa".
Cuba exhibe aguas cristalinas y arenas blancas, como el resto de las islas del Caribe, pero también el centro histórico de la capital, La Habana Vieja, y la ciudad de Trinidad, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Algunos llegan a La Habana buscando "la ciudad de las columnas" de Alejo Carpentier, el mundo mágico de los cuadros de Wifredo Lam, el bar Floridita que prefiriera Ernest Hemingway o, simplemente, la música cubana.
Cuba puede ser un paraíso tanto para los viven en la nostalgia por la utopía socialista como para los simples turistas sexuales, que viajan a la isla del Caribe en busca de una mulata o un mulato.
Una encuesta, realizada el año pasado por la revista turística italiana Viaggiare, situó a Cuba en el primer lugar como destino más atractivo para quienes viajan en busca de placer sexual, por delante de Tailandia, Brasil, República Dominicana y Filipinas.
Sin embargo, las autoridades locales descartan la opción de explotar de forma oficial el llamado turismo sexual y se inclinan por el incentivo al turismo tradicional de playa, junto a las modalidades de salud, cultural, naturalista.
Fuentes del Ministerios de Turismo aseguran que al cierre de junio la cifra de turista/día (turistas físicos multiplicados por días de estancia) superaba los 3,9 millones, para un crecimiento de casi 30 por ciento en relación a igual período del año pasado.
Hasta fines de mayo llegaron a la isla 435.253 visitantes, que gastaron un promedio de 87 dólares diarios, y en algunos momentos llenaron los hoteles de La Habana.
En Cuba el turismo emplea más de 50.000 personas, el costo por dólar de ingreso bajó de 0,73 centavos en 1995 a 0,67 en lo que va de año y se convierte en un estímulo para la reanimación de otros sectores de la economía, como la industria ligera y la alimentaria.
Sin embargo, los ejecutivos del sector consideran que estos indicadores podrían ser mucho mejores y que es hora de cambiar la confianza en el "milagro cubano" por un verdadero nivel competitivo en la región caribeña.
"Ni por mucho el sector está funcionando con la eficiencia que debiera, ni en la comercialización, ni en la explotación de la planta hotelera", dijo Antonio Esquivel, delegado del Ministerio de Turismo en la capital cubana.
Según las autoridades, los problemas pasan por la calidad del servicio, las coyunturas política que pueden afectar el flujo de visitantes y el ritmo inversionista que debe garantizar hasta el año 2000 un mínimo de 5.400 nuevas habitaciones anuales. (FIN/IPS/da/ag/if/96