Durante siglos, los campesinos chinos fueron la espina dorsal de la economía del país, con 900 millones que conforman el 80 por ciento de la población.
Sin embargo, el mapa demográfico de China está cambiando. El cuello de botella del crecimiento económico esta succionando migrantes rurales hacia sus superpobladas ciudades.
Durante los últimos 16 años, la cantidad de ciudades chinas se ha duplicado, mientras las poblaciones más pequeñas aumentaron seis veces. Según cifras oficiales, existen ahora 622 ciudades en China y llegarán a 1.000 en la primera decada del siglo XXI.
De acuerdo con un comentario reciente del semanario oficial "Dashidai Digest", basado en la floreciente provincia meridional de Guangdong, al actual ritmo de desarrollo en 30 años no quedarán distritos rurales.
Ye Rutang, viceministro chino para la Construcción, declaró que el 29 por ciento de la población vive ahora en ciudades y esa cifra aumentará a 35 por ciento al finalizar el siglo.
Entretanto, el oficialista "Diario del Pueblo" informó que la cantidad de ciudades con más de un millón de habitantes aumentó de 15 a 32 desde 1980.
Para conjurar el descontento campesino, el gobierno permitió que los distritos rurales se convirtieran en pueblos, y éstos a su vez se transformaran en ciudades.
Sin embargo, la conversión de distritos rurales en pueblos está creando serios problemas sociales. La convicción del gobierno es que los campesinos que apenas pueden subsistir en pequeñas granjas, encontrarán trabajo en áreas urbanas.
No obstante, en la actualidad, las nuevas ciudades a menudo no pueden absorber a trabajadores rurales desplazados y darles trabajo. La infraestructura, incluyendo electricidad, agua y transporte, en muchos centros urbanos nuevos no marcha de acuerdo con las crecientes necesidades del comercio y la industria.
Cifras oficiales estimaron que el total de la fuerza laboral migratoria china asciende a 80 millones, pero cálculos extraoficiales aumentaron la cantidad a 220 millones.
"Dashidai Digest" dijo que "si las empresas en pueblos y aldeas pueden aborber 30 millones de trabajadores en los próximos 10 años, ¿que pasará con los 170 millones restantes?".
El problema es que los migrantes tienden a concentrarse en algunas ciudades preferidas, en zonas económicas especiales y en Beijing.
Según el gobierno, la conversión de distritos rurales en pueblos absorberá a los migrantes antes que se desplacen a lugares donde la demanda de recursos se ha hecho intolerable.
Sin embargo, la aparición de cientos de pueblois meramente los promovió de su anterior condicion de distritos y les aseguró políticas preferenciales, lo que significó mayor acceso a fondos estatales para desarrollar infraestructuras y más libertad para transformar tierras cultivables en viviendas y negocios.
Sin embargo, con los recortes efectuados por Beijing para aliviar la recalentada economía, los fondos del gobierno central no fueron pagados en los últimos años.
En consecuencia, la conversión de distritos atrajo a trabajadores como un imán mientras pero las facilidades declinaron muy debajo de los requerimientos.
"El motivo principal para mantener la conversión es que los funcionarios distrituales dicen ahora que son municipales, lo cual implica mayor categoría", comentó un dirigente chino en una reciente entrevista a un diario de hong Kong.
A su vez el gobierno culpó del problema a los migrantes. "No están habituados a vivir en ciudades", apuntó un funcionario. También cundió el temor de una caída en la producción de alimentos lo cual dificultará el abastecimiento de las poblaciones urbanas.
Un sondeo llevado a cabo en 1995 por el Ministerio de Trabajo en 80 aldeas chinas comprobó que el 37 por ciento de la población rural, 166 millones de personas, desea dejar la tierra.
Cifras oficiales indicaron que la participación agrícola en el producto nacional bruto cayo de 33,7 por ciento en 1978 a 22,1 en 1991. Pocos creen que se han dado pasos efectivos para zanjar la brecha entre agricultura e industria.
Las cosechas pluviales chinas alcanzaron las 200 millones de toneladas anuales en los años '70, pero despues de la reforma agraria de 1976 la produccion cerealera aumentó a 300 millones de toneladas en ocho años. Sin embargo, desde entonces, el crecimiento se estancó debido a la reducción de tierras cultivables y una tendencia negativa en el crecimiento productivo.
Debido a que la población china aumenta 15 millones de personas por año, esto significa que deberán ser alimentadas más bocas con menos producción doméstica. Además, la creciente afluencia de gente elevó el consumo de carne, cerveza y leche, lo cual, a su vez, incrementó aún más la demanda de grano.
Para el año 2030, el consumo chino de cereales alcanzará a 400 millones de toneladas, casi el doble del planeado aumento en producción. (FIN/IPS/tra-en/ys/kd/ego/if-pr).
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