Un año después de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en Beijing, los progresos hechos en el Caribe sobre el plan de acción de la reunión son mínimos, y ONG acusan directamente a los gobiernos de la región.
Los cambios "pueden haberse producido internacionalmente, pero regionalmente no se observa nada", dijo Grace Talma, presidenta de la Asociación de Planificación Familiar de Trinidad y Tobago, quien participó en Beijing.
Unas 500 mujeres del Caribe concurrieron a la conferencia, celebrada entre el 4 y el 15 de septiembre del año pasado, de la cual volvieron esperanzadas en que sus gobiernos tomarían medidas para llevar a la práctica algunas de las propuestas de la Plataforma de Acción emanada de Beijing.
El compromiso para el Caribe surgido en la conferencia establece que Belice tome medidas para mejorar la educación y capacitación de las mujeres, brinde atención a niños preescolares a precios accesibles y promulgue leyes para proteger a la mujer del acoso sexual.
Guyana fue mandatada a adoptar un proyecto sobre violencia doméstica, una política nacional para la mujer, e instalar una comisión nacional sobre la mujer.
Para Jamaica, el requerimiento fue, entre varios, el establecimiento de programas de alivio de la pobreza. Además, el país debía tomar medidas para asegurar la igualdad de la mujer y su participación en todos los aspectos de la vida nacional, e implementar mecanismos de eliminación de la violencia contra el género.
Trinidad y Tobago tenía el mandato de eliminar la violencia contra la mujer, entre otros.
"Estamos en proceso de examinar el fortalecimiento institucional. Las cosas se movieron lentamente porque la burocracia puso obstáculos que retrasaron la instalación de servicios y la contratación de consultores", dijo Denise Debique, directora de Asuntos de la Mujer del país caribeño.
Suriname debía dar los primeros pasos para minimizar los efectos negativos de la crisis económica y el programa de ajuste estructural sobre la mujer y otros grupos vulnerables.
La desigualdad entre hombres y mujeres en los puestos de poder y los órganos de decisión y las actitudes ante las niñas también fueron temas detectados como cruciales.
Motivadas tras la conferencia de Beijing, las mujeres de Suriname habían empezado a organizarse para ocupar un lugar en la escena política, con el objetivo de largo plazo de establecer un partido político de mujeres.
En el último gobierno, las mujeres ocuparon tres de los 51 escaños de la Asamblea Nacional. Muchas aún aguardan para ver si la situación cambiará con un nuevo gabinete que deberá ser nombrado este viernes, tras las elecciones celebradas en mayo.
Una reunión de mujeres caribeñas que se celebrará en octubre en República Dominicana se centrará en "La mujer en la política" y en la cultura corporativista de la región.
Angela King, directora de la Secretaría de Asuntos de la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dijo que "ha sido muy difícil para nosotros mantener el espíritu y el entusiasmo que caracterizó Beijing".
En esa conferencia, apuntó, tanto hombres como mujeres se comprometieron a mucho, "pero hasta ahora las acciones críticas para cambiar las condiciones no han tenido lugar a nivel de los países".
Según King, aterrizar la agenda de Beijing desde sus alturas a formas en que se pueda trabajar demanda fuertes vínculos con todos los países involucrados.
Los gobiernos de varios países dijeron en Beijing que prepararían Planes de Acción Nacionales para la discusión. Hasta ahora, "sólo nueve gobiernos cumplieron el desafío, incluyendo cuatro de los países en desarrollo".
Asha Kambon, de la Comisión para América Latina y el Caribe (CEPAL) de la ONU, dijo que la organización planifica asistir al gobierno de Trinidad y Tobago en la formulación del Plan de Acción de ese país. (FIN/IPS/tra-en/dt/cb/lp/pr-ip/96
