Pelé, ex futbolista y actual ministro ministro extraordinario de Deportes de Brasil, desató una guerra en el fútbol al establecer que a partir de enero los jugadores serán dueños de su transferencia a los 26 años de edad.
En 1988 esa edad bajará a 25 años y al año siguiente a 24.
Se trata de "una revolución", afirmó el ex "rey" del fútbol mundial, que se retiró de las canchas a mediados de la década de los 70.
La medida fue calurosamente recibida por los jugadores y suscitó protestas de los dirigentes de los clubes, revelando que el ministro agitó una "lucha de clases" que raramente se encauza por la vía sindical.
El diputado Eurico Miranda, vicepresidente del club Vasco da Gama, de Río de Janeiro, anunció medidas para evitar "el fin del futbol brasileño". Entre ellas propondrá en la Cámara de Diputados un proyecto de decreto ley para anular la resolución ministerial.
También organizará una reunión del "Grupo de los 13", que congrega a los clubes más importantes del país, para reaccionar en conjunto contra la decisión del ministro, que, según dijo, constituye "una injerencia indebida del poder público" en el deporte.
Carlos Augusto Montenegro, presidente de Botafogo, otro gran club de Rio, coincidió con esa evaluación y acusó a Pelé de cometer un acto autoritario tras haber salvado al Santos, club en el que jugó y al cual sigue vinculado.
Montenegro destacó que el ministro adoptó la medida después que el Santos vendió a su mejor jugador, Giovanni, al Barcelona de España por nueve millones de dólares, acumulando así recursos para soportar las nuevas condiciones.
Pelé, en realidad, se limitó a reglamentar la aplicación de algunos puntos de la ley del fútbol aprobada en 1991 y propuesta por otro gran jugador, Zico, titular de la Secretaría de Deportes de la época, ahora elevada a la categoría de Ministerio Extraordinario.
Hasta fines de 1996, el futbolista profesional sólo tiene derecho a una parte de su "pase" a partir de los 28 años, hasta llegar a ser dueño de 90 por ciento a los 32.
Por otra parte, las instituciones deberán pagar a los futbolistas un seguro de vida e invalidez e indemnizaciones en caso de venta del contrato de trabajo.
La iniciativa de Pelé condiciona relativamente la nueva libertad de los jugadores, a los que exige cumplir los contratos que hayan firmado con sus clubes hasta su término.
Es algo similar a la liberación de los esclavos, afirmaron varios futbolistas en actividad o retirados.
Para el presidente de la Federación Nacional de Jugadores de Fútbol Alfredo Sampaio se está ante "una gran conquista".
Sampaio proponía, sin embargo, reducir aún más (a 20 años) la edad de emancipación de los jugadores.
Las dificultades alegadas por los dirigentes no se justifican, porque los clubes ya están en crisis con las reglas actuales, destacó.
Las instituciones deberán ahora establecer contratos más prolongados con los buenos jugadores que pretendan mantener, en lugar de los actuales de algunos meses o máximo dos años, afirmaron tanto el sindicalista como el ex futbolista Junior, que actuó en el seleccionado nacional en los años 80 y en Italia.
Los ejemplos en ese sentido vienen de Europa, donde Ronaldinho, atacante de 18 años de la selección brasileña, fue contratado por el Barcelona por ocho años tras adquirir su pase al PSV de Holanda en 20 millones de dólares.
Otro seleccionado brasileño, Flavio Conceicao, de 23 años, firmó un contrato de siete años de duración con el Deportivo La Coruña, también de España.
Los más desesperados son los dirigentes de clubes que tienen en su plantilla a varios jugadores altamente valorados en el mercado cuyos contratos caducan en los próximos meses y cumplieron ya 26 años o los cumplirán en 1997.
En algunos casos esas instituciones perderán millones de dólares invertidos recientemente en la compra de pases de jugadores en esa situación.
Pero algunos futbolistas reconocen que las nuevas reglas pueden agravar las diferencias ya enormes de remuneración entre los profesionales.
Sólo son buenas aquellas de los que juegan "en los grandes clubes y tienen mercado", admitió Celio Silva, de 28 años y jugador del Corinthians de Sao Paulo.
Los clubes del interior desaparecerán y "jugadores sin prestigio quedarán desempleados", advirtió a su vez el presidente de Botafogo. (FIN/IPS/mo/dg/sp-pr/96