El presidente de Corea del Sur, Kim Young Sam, inició hoy una visita de tres días a Brasil centrada en asuntos económicos y en el anuncio de inversiones que podrían ascender a más de 6.000 millones en cinco años, según informó la embajada del país asiático.
El presidente coreano prosigue en Brasil, donde permanecerá hasta este jueves, una gira latinoamericana que ya lo llevó a América Central, Chile y Argentina, acompañado de 41 grandes empresarios.
Este miércoles se reunirá con su par brasileño Fernando Henrique Cardoso y mantendrá contactos formales con representantes de los poderes legislativo y judicial.
La visita tiene un carácter netamente económico. Las empresas coreanas se interesan especialmente por el mercado brasileño en electrónica, automóviles y minería.
Sólo la firma Hyundai se apresta a invertir 1.780 millones de dólares en Brasil, sumándose a otras siete montadoras asiáticas, europeas y estadounidenses que pretenden instalarse en el país sudamericano.
Otras grandes empresas, como Asia Motors, Samsung y Daewoo también anunciaron ya inversiones por cerca de 500 millones de dólares cada una.
El Mercosur y el mercado brasileño, ahora con moneda estable, son los factores que impulsan el nuevo interés de capitales tan lejanos.
Así, Hyundai no se limita al plan de instalar una planta para producir 30.000 vehículas al año, sino que pretende también una participación en la estatal Compania Vale do Rio Doce, la mayor exportadora mundial de mineral de hierro, que será privatizada el año próximo.
La empresa, que es una gran proveedora de hierro a Corea del Sur, además importó el año pasado aluminio, madera, productos siderúrgicos y agrícolas de Brasil por 1.388 millones de dolares.
Las exportaciones coreanas, que alcanzaron 1.500 millones de dólares el año pasado, comprenden automóviles, electrónicos y textiles.
Un diferendo comercial debe constar de las discusiones que mantendrá Kim Young Sam en Brasilia. La política automotriz brasileña favorece importaciones de las montadoras instaladas en el país, ante lo cual los coreanos cuestionaron junto a Japón esa discriminación ante la Organización Mundial de Comercio.
Brasil ofreció cuotas para importar automóviles con descuento arancelario desde Japón, Corea y Europa, pero la propuesta no puso fin al problema.
Las montadoras coreanas y japonesas consideran demasiado elevado el 60 por ciento de partes nacionales exigido por Brasil a las montadoras que pretendan instalarse en el país.
El presidente inició su visita por Sao Paulo, donde se estima que viven 40.000 coreanos. La legalización de una gran parte de esos inmigrantes, que entraron en Brasil en forma irregular, es otro tema del diálogo entre los gobernantes.
La visita estimula comparaciones entre el desarrollo económico de los dos países, ya que Corea del Sur es puesta como ejemplo en América Latina por sus políticas exitosas en materia de educación y estímulo al ahorro interno. (FIN/IPS/mo/dg/ip-if/96
