«La muchacha de los cabellos blancos» luce un teñida rubio en la última representación en esta capital de esa emblemática ópera-ballet de la Revolución Cultural china, cuya nueva versión parece simbolizar la transformación de la propia sociedad.
Estrenada en 1945, «La muchacha de los cabellos blancos» fue reescrita 11 veces desde entonces, siempre de acuerdo con la agenda ideológica. Jiang Quing, esposa de Mao Zedong y líder de la revolución cultural de 1966-1976, la escogió como una de «las ocho obras ejemplares» de la cultura china.
El ballet fue llevado a todos los rincones del país, para la educación política de las masas.
«No puedo recordar cuántas veces la he visto, pero puedo asegurar que fue representada todos los días durante ocho años», en tiempos de la Revolución Cultural, dijo un empresario, después de asistir a la función en Beijing.
«La muchacha de los cabellos blancos», el ballet «El rojo destacamento de mujeres» y otras seis obras revolucionarias fueron los únicos espectáculos permitidos en un periodo de 10 años por Jiang Qing, jefe de la ultraizquierdista «Banda de los Cuatro».
Su simple y potente mensaje político sobre la lucha de clases orientaba el amor y el odio del pueblo en la dirección que el gobierno consideraba correcta.
La historia trata sobre una joven campesina, Xier, cuyo padre es golpeado hasta la muerte por un cruel terrateniente debido a que no puede pagar sus deudas.
Xier es obligada a trabajar en la casa del villano, pero huye, para ocultarse en una cueva. Durante los años que pasa en su escondite, su largo cabello negro se vuelve completamente blanco, debido a su desnutrición, y los campesinos comienzan a hablar del espíritu de cabello blanco que ocupado su lugar.
Finalmente, llegan las tropas revolucionarias y el terrateniente es castigado por la justicia restaurada. Xier puede volver a su hogar, pero resuelve incorporarse junto a su amante al ejército, que recorre victorioso el país.
«La muchacha de los cabellos blancos» perdió atractivo al finalizar la Revolución Cultural, y durante años no fue representada en Beijing.
Repuesta ahora en la capital, los funcionarios de propaganda y los educadores se sobresaltaron ante la fría reacción del público.
La prensa citó declaraciones de jóvenes que daban razón al deseo del terrateniente de cobrar el dinero que se le adeudaba. Otros dijeron estar saturados de óperas y películas que predican lecciones políticas.
«La reacción de la juventud ante la obra debe conducir al examen crítico de los programas de educación de China», comentó El Diario de la Juventud de Beijing.
Dieciséis años de políticas económicas de inspiración capitalista han vuelto irrelevante el asunto central de la saga original de «La muchacha del cabello blanco», que se concentra en la lucha de clases, mientras la juventud china se orienta a los negocios.
En cualquier caso, la carga política de la obra está debilitada en la nueva versión del ballet. El espectáculo pone énfasis ahora en los dos amantes y en aspectos románticos, y el mensaje ideológico surge al parecer del desdibujamiento de su viejo mensaje político.
Ji Haiping, un amante del ballet, señaló que la heroína «luce más como la protagonista de un ballet occidental clásico que una pobre adolescente china que sobrevive en una caverna».
Ji dijo que no comprende por qué Xier tiene el cabello dorado en lugar del blanco de la versión original. «Su infortunio disminuye por efecto de su brillante cabello dorado», explicó.
Hu, el empresario que presenció varias veces el ballet, admitó que se sentía dormir en la primera parte. Sólo reaccionó ante la algarabía de los aldeanos que saludan al ejército rojo.
Así mismo, algunos movimientos le resultaron anticuados. «Después de tantos años, habrían sido necesarios algunos cambios» formales, comentó. (FIN/IPS/tra-en/ab/HvdB/ff/cr ip/96