Una mujer saqueada por sus amantes que buscan en ella su destino y terminan perdiéndose mientras avanza el nazismo es el eje central de una novela del escritor argentino Carlos María Domínguez, que recibió en Uruguay el premio 1996 de los críticos literarios.
Con tres partes nítidamente diferenciadas "La mujer hablada" se desarrolla en Berlín, Buenos Aires y Montevideo con relatos que realizan tres personajes diferentes.
La condición de extranjero de Domínguez -nació en Argentina hace 41 años- no impidió que fuera distinguido por los críticos uruguayos con el premio "Bartolomé Hidalgo", el mayor de los certámenes locales.
La particular historia de la novela, preñada de hechos históricos y sociales, se cruza con la de los hombres que amó Bela, la protagonista, una "femme fatale" que se constituye en el eje en torno al cual gira la trama.
La primera parte se desarrolla en la Buenos Aires de los años 50 durante el apogeo del peronismo, la segunda en la Alemania de República de Weimar en los años 30, y la tercera en Montevideo, en la década de los 40, cuando a través del "Plan Furhmann" se pretendió nazificar al Uruguay.
La novela fue anteriormente finalista del premio Planeta de Argentina en 1994.
El autor había escrito anteriormente "Pozo de Vargas" (1985), basada en las guerras civiles del norte argentino en el siglo XIX, y Bicicletas Negras (1990), ambientada en la última dictadura militar argentina.
En Uruguay Dominguez encontró la posibilidad de consolidarse como escritor y trabajar con mayor tranquilidad, al habitar Montevideo, una ciudad de apenas 1,5 millones de habitantes que contrasta nítidamente con el vértigo y las presiones de Buenos Aires.
" Fue como trasladarme a otro tiempo, a una escala que me permitió salir del estrés de la gran ciudad para encontrar nuevas formas de reflexión. Esa escala está muy bien dada por el nombre del premio", dijo a IPS.
Bartolomé Hidalgo fue el más distinguido poeta gauchesco del siglo pasado y se destacó como autor de "cielitos", una manifestación telúrica que actualmente sólo se escucha en algunas celebraciones históricas.
Hidalgo "era un hombre que miraba la inmensidad del cielo", algo que el propio Domínguez hace con frecuencia en Uruguay desde 1990 en su casa del barrio Malvín, próximo a la playa, por cuyas costas suele navegar en su pequeño bote.
En Montevideo el escritor comenzó trabajando como periodista del semanario Brecha, del que llegó a ser jefe de redacción, y ahora lo hace en las páginas culturales de la revista Búsqueda.
Con esa profesión se había ganado antes la vida en Buenos Aires en el suplemento cultural del desaparecido diario La Opinión y en la también extinta revista Crisis, fundada entre otros por el escritor uruguayo Eduardo Galeano, de la que fue su director periodístico.
Domínguez es escéptico respecto a la posibilidad de que los nuevos escritores argentinos o uruguayos puedan proyectar su obra al resto de América Latina.
"Hay una nueva realidad que está signada por la debacle de las editoriales locales y el gran auge de las españolas. Las ediciones han quedado recortadas, casi exclusivamente, a los autores claáicos del boom latinoamericano", comenta.
Las editoriales "concentran su mercado en las grandes firmas que pueden asegurarles ventas en lugar de apostar a los nuevos escritores, que pueden constituir una apuesta más riesgosa", señala.
Domínguez cree que la situación para los autores uruguayos es más difícil que para los argentinos, al tratarse de un mercado mucho más pequeño.
"Aquí un hombre que escribe debe partir de la base de que lo hace por una necesidad primordial anes que para beneficiarse del mercado, aunque quizá, algún día, acontezca el milagro", argumentó.
Sin embargo los autores uruguayos parecen cobrar vigencia en el mercado argentino y en las próximas semanas la editorial española Alfaguara lanzará en Buenos Aires obras de escritores de este país como Mario Delgado y Tomás de Mattos, quien hace unos años también fue premiado con el Bartolomé Hidalgo. (FIN/IPS/rr/dg/cr/96)