ARGENTINA: Un gran proyecto forestal y muchos interrogantes

Argentina perdió dos tercios de su patrimonio forestal en 70 años. El resto podría desaparecer en 40 más si persiste la falta de política de bosques y avanzan proyectos de sustentabilidad dudosa, como el de la maderera estadounidense Trillium Corporation en el sur del país.

Alejandro Serret, de la Fundación Vida Silvestre, dijo a IPS que de las 106 millones de hectáreas de bosques que había en 1914 en Argentina, quedaron 35 millones en 1985 y, con las actuales condiciones, podría desaparecer de la superficie el remanente en sólo cuatro décadas.

"No ha existido en Argentina una política forestal, y por lo tanto no ha existido un manejo sustentable de los bosques sino una explotación 'minera' de los mismos", afirmó Serret.

En este sentido, el proyecto de la Trillium puede ser sustentable o de destrucción según la Fundación. El misterio se develará en octubre, cuando la más grande maderera estadounidense muestre sus cartas.

Para entonces, la Trillium deberá presentar un plan de manejo sustentable de los bosques de lenga en la provincia de Tierra del Fuego, la región más austral de América del Sur, donde la transnacional planea explotar 130.000 hectáreas de árboles mediante una empresa llamada Lenga Patagonia.

Se trata de un tercio de todos los bosques de la provincia de Tierra del Fuego.

La lenga es un árbol de hojas rojizas que alcanza los 30 metros de altura en la edad adulta y permite la fabricación de tableros, chapas para revestimientos, aglomerado y astillas para papel de fax.

Desde 1994, la Fundación Vida Silvestre -un organismo ambientalista de Argentina financiado por grandes empresas-, advierte que el proyecto de Trillium debe ser sometido a una exhaustiva evaluación previa, que recoja la opinión de los más destacados expertos en bosques.

Pero por el momento, Trillium debió pagar una multa de 20.000 dólares impuesta por la justicia de Tierra del Fuego por comenzar a abrir caminos y talar árboles sin haber presentado el demorado plan de manejo y el estudio de impacto ambiental, dos requisitos que exige la ley forestal de la provincia para su aval.

Robert Manne, representante de la empresa estadounidense, aseguró que el proyecto es sustentable y pidió disculpas por el error que a su juicio consistió en construir caminos más anchos de lo convenido. La compañía planea invertir hasta 150 millones de dólares y dar empleo a 800 trabajadores.

El empresario explicó que los mercados potenciales de sus productos -Estados Unidos, Europa y el sudeste asiático- serán los principales garantes de esa sustentabilidad, pues le exigirán a la compañía un certificado de las condiciones ambientales de producción de los bienes.

Sin embargo, la Fundación Vida Silvestre y la organización ecologista de Tierra del Fuego Finis Terrae desconfían de las promesas debido a la aparente falta de transparencia con que actuó la Trillium hasta ahora en Argentina y en Chile, donde adquirió 240.000 hectáreas de lenga.

Serret consideró que en el caso del proyecto en Argentina "no están dadas las garantías de un uso sustentable" de los bosques. En primer lugar, mencionó la falta de transparencia con que actuó la empresa, que comenzó a trabajar antes de presentar el plan de manejo.

En segundo lugar, advirtió que en Chile la Trillium dijo tener avales de profesionales en ciencias forestales, pero los más reconocidos académicos revelaron que nunca aceptaron el proyecto y criticaron severamente al gobierno del presidente Eduardo Frei que lo autorizó.

La Trillium buscó el aval del Fondo Mundial para la Naturaleza y de Nature Conservancy, dos de las mayores organizaciones ambientalistas del mundo, que le negaron su respaldo debido a los antecedentes presuntamente espurios de la compañia en la explotación de bosques en Estados Unidos, declaró Serret.

En Argentina, Trillium pidió el apoyo a la Fundación Vida Silvestre, que también se lo negó.

"Nosotros no estamos en contra de la explotación de bosques siempre que el manejo sea racional, sustentable, que se extraiga la renta forestal y se preserve el capital", aclaró Serret.

"En este caso, las condiciones no parecen ser esas, por eso exigimos que el plan de manejo sea sometido a una evaluación académica en las principales universidades de Argentina y Chile en carreras afines a las ciencias forestales y que los expertos se expidan sobre la viabilidad del proyecto", agregó.

Si los académicos otorgaan ese aval, Serret consideró que el programa de explotación debería ser controlado por el Estado y, paralelamente, por organismos ecologistas elegidos por los pobladores de Tierra del Fuego, que podrían ser luego los encargados de dar el sello ambiental al producto.

Asimismo, la Fundación considera que aún en el mejor de los casos el gobierno provincial no debe vender tierras fiscales, como reclama el proyecto, sin definir una reserva que quede protegida de la explotación comercial, ni tampoco se debe permitir la exportación de materia bruta, sin valor agregado.

La industria forestal y la minería son hoy los dos sectores emergentes de Argentina que más inversiones captan hacia el futuro. El proyecto de Trillium, considerado el más grande de la historia forestal, tienta a las autoridades porque ofrece crear empleos en un país con 17 por ciento de desocupación.

Pero también en ese sentido los ecologistas manifestaron dudas.

"Las fuentes de trabajo son arma pesada en la negociación, pero no se puede avalar algo inviable porque se crean empleos", advirtió Serret. (FIN/IPS/mv/ag/en/96

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