El presidente de Argentina, Carlos Menem, recibirá este domingo al director gerente del FMI, Michel Camdessus, para discutir los términos de una nueva carta de intención orientada a recuperar la confianza de los financistas internacionales en la economía del país.
Técnicos del FMI (Fondo Monetario Internacional) han instado al gobierno argentino a aumentar la presión tributaria y reducir el gasto público para superar un pronunciado desbalance fiscal.
Pero ese nuevo ajuste resulta muy difícil de imponer y permanece en debate desde hace tres semanas.
Menem y el ministro de Economía, Roque Fernández, conversaron el viernes con el vicepresidente del Citicorp, William Rhodes, quien expresó respaldo a las medidas de corrección fiscal que pretende aplicar el gobierno argentino.
El debate en torno del proyectado ajuste, que prevé el aumento del precio de los combustibles, del impuesto a las ganancias y la eliminación de exoneraciones a los gravámenes al consumo, causó este viernes una baja en el equipo económico.
Se trata del asesor Guillermo Calvo, un economista argentino que desde Estados Unidos pronosticó la crisis mexicana de diciembre de 1994. El experto se había sumado al equipo de Fernández quien, a su vez, sustituyó en julio al frente del Ministerio de Economía a Domingo Cavallo, autor del programa de estabilidad económica.
Calvo había manifestado temor en que el ajuste frenara la incipiente reactivación observada este año, luego de una caída de la actividad de 4,4 por ciento en 1995. Esta semana, Cavallo lanzó la misma advertencia, desde Italia.
"En el exterior hay dudas sobre el futuro del modelo argentino", señaló este sábado Calvo antes de volver a Estados Unidos.
El ahora ex asesor había advertido además que los políticos en Argentina "están jugando a los naipes en la cubierta del Titanic", una imagen rebatida por el ministro Fernández.
Las dudas de dirigentes del gobernante Partido Justicialista ante el rumbo económico, una de las principales causas del desgaste político de Cavallo, según dijo el ex ministro, no desaparecieron con el cambio de titular de Economía.
Las demoras en la aprobación de nuevas medidas para reducir el déficit fiscal, que llegará a fin de año a 6.600 millones de dólares, decidieron a Menem a convocar el jueves último a los dirigentes del justicialismo, a las autoridades provinciales y al sindicalismo.
Menem intentó, con un discurso criticado por la oposición, fortalecer su liderazgo del oficialismo. Pidió lealtad política y apoyo al modelo económico hasta 1999, cuando finalizará su segundo mandato.
Mientras, crece la resistencia de otras fuerzas. Los principales partidos políticos de la oposición y organizaciones de jubilados, estudiantes, pequeños empresarios y agricultores, realizarán el próximo jueves un apagón eléctrico y para el día 26 está previsto el comienzo de una huelga general de 36 horas contra el ajuste.
El nuevo secretario general de la Confederación General del Trabajo, Rodolfo Daer, dijo que el paro es "innegociable" y que si el gobierno insiste con el ajuste, esa central sindical, bastión del justicialismo, "seguirá con un plan de protesta y confrontación". (FIN/IPS/mv/ff/f ip/96)
