El gobierno argentino consiguió hoy que los principales partidos de oposición se comprometan a dar quórum el miércoles en el Congreso a un proyecto de ajuste fiscal que rechazan, bajo la amenaza de sancionar la iniciativa por decreto.
La amenaza, difundida por dirigentes del oficialismo que advirtieron que el presidente Carlos Menem gobernaría "al límite de la Constitución", fue interpretada por opositores como un intento de "fujimorizar", en alusión a la decisión del mandatario peruano Alberto Fujimori de cerrar el Congreso.
Fujimori no tenía mayoría en el parlamento, pero Menem sí la tiene. "El problema es que el liderazgo de Menem ya no es más hegemónico como en los primeros años de gobierno, ahora debe aceptar un liderazgo consensuado con la oposición y con su partido", advirtió el analista político Rosendo Fraga.
Del total de diputados en la cámara baja, 129 son del gubernamental Partido Justicialista, 68 de la Unión Cívica Radical y 26 del centroizquierdista Frente País Solidario., estos dos últimos opositores. También hay una treintena de legisladores que pertenecen a distintos partidos provinciales.
El diputado Federico Storani, de la Unión Cívica Radical, afirmó que el miércoles asistirá a la sesión de debates para que la opinión pública conozca las razones del rechazo de su partido al proyecto, pero manifestó también su preocupación por "la amenaza de gobernar por decreto".
El gobierno había presentado un proyecto de ajuste fiscal el miércoles último que fue resistido por diversos sectores de la sociedad, y a pesar de la mayoría no logró contar con el número de legisladores suficiente para dar media sanción a la iniciativa reclamada con urgencia por el presidente Menem.
Las medidas prevén aumentar impuestos a los combustibles y a las ganancias escencialmente, para equilibrar el déficit fiscal que llegará este año a 6.600 millones de dólares, pero la oposición cree que el ajuste frenará la incipiente reactivación económica, traerá más recesión y más déficit.
Sin embargo, el fracaso respondió no sólo a la decisión de la oposición de no dar quórum, sino a la ausencia de 14 de los 129 diputados que tiene el oficialismo, y de los diputados de partidos provinciales, tradicionales aliados del gobierno.
El jefe de gabinete Jorge Rodríguez, advirtió este lunes que se estudia la posibilidad de no otorgar a las provincias los ingresos que les corresponden si sus representantes en el Congreso, aunque sean del oficialismo, no se presentan a dar quórum o votan en contra del ajuste.
Por su parte, el presidente advirtió que si es necesario apelará a los decretos. A ese recurso ya acudió casi 400 veces durante su gestión, un número muy elevado si se compara con los 23 decretos conocidos en toda la historia constitucional anterior a su gestión.
En 1994, la Unión Cívica Radical forzó a que el oficialismo aceptara limitar la firma de decretos a casos excepcionales. Fue durante la reforma constitucional que permitió la reelección de Menem. Pero a dos años de la sanción de la nueva carta magna, aún no se creó la comisión bicameral que debe regularlos.
El senador oficialista Jorge Yoma consideró que Menem está en "plenitud de atribuciones constitucionales para dictar decretos", en tanto el diputado César Arias, del mismo partido, dijo que "de ninguna manera el oficialismo está pensando en obviar los mecanismos constitucionales".
Las amenazas de aprobar por decreto tanto el paquete fiscal como una iniciativa que prevé la flexibilización de normas laborales y la eliminación de las indemnizaciones por despido, preocupó a los legisladores de la oposición, que habían optado por obstaculizar la semana pasada la votación.
Tras el apagón eléctrico del jueves último, organizado por los grupos adversos al justicialismo en el poder para que la opinión pública expresara su malestar con las medidas económicas y el alto desempleo, analistas políticos advirtieron que la estrategia de la oposición de no dar quórum era equivocada.
El propio presidente señaló que los legisladores cobran sus dietas y después "no quieren trabajar", una acusación que fue criticada a su vez por los opositores, que advierten en el discurso de Menem una velada amenaza de gobernar ignorando el Parlamento, pese que allí tiene mayoría propia.
A partir de ese debate, los partidos de la oposición cambiaron la decisión. "Hay que neutralizar el mensaje de quienes leen linealmente la realidad y afirman que no dar quórum es faltar al trabajo", sentenció el diputado Carlos Alvarez, líder del Frente País Solidario. (FIN/IPS/mv/dg/ip-if/96
