Una propuesta de Estados Unidos para permitir la venta libre de material militar a naciones latinoamericanas provocó criticas de la ONU.
"Será un gran error", previno Fernando Zumbadom del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). "El cese de las restricciones sobre venta de armas constituirá una señal equivocada para países latinoamericanos que están tratando de construir sus economías", expresó a IPS.
Zumbado, quien dirige el Buró del PNUD para America Latina y el Caribe, aclaró que Estados Unidos no era el único exportador de armas que desea vender en la región. Apuntó que la ONU no estaba "muy feliz" con la perspectiva de una ávida estampida de fabricantes de armas para invadir el mercado latinoamericano.
"Todos saben que allí hay un mercado", apuntó Zumbado. "Si los países latinoamericanos deciden aumentar sus gastos militares, entonces sufrirán en términos de crecimiento económico. Agregó que tambien aumentará la deuda en un momento que está en disminución.
(En 1995, el total de la deuda latinoamericana osciló en 574.000 millones de dólares, un aumento nominal del ocho por ciento respecto a la cifra de 1994).
Los gastos militares en America Latina figuran actualmente entre los más bajos del mundo.
El último número de "Gastos Militares Mundiales y Transferencias de Armas", difundido por la Agencia de Control de Armamentos y Desarme (ACDA) en Washington, indicó que en Medio Oriente totalizan el 41 por ciento, seguido por Asia Oriental (18) y Europa Occidental (15,3).
Los países latinoamericanos suman solo el 1,5 por ciento del tráfico mundial de armas, mucho menos del 3,8 gastado por Africa subsahariana.
En el período 1992-1994, los países latinoamericanos compraron armas en todo el mundo por 1.100 millones de dólares. Los principales adquirentes fueron Brasil, Venezuela. Colombia, Chile y Ecuador, según ACDA.
Durante el mismo lapso, las compras de armas en Medio Oriente ascendieron a 34.000 millones de dólares, seguido por Europa Occidental (13.300 millones) y Asia Oriental (12.200 millones).
Está previsto que la administración del presidente Bill Clinton conceda luz verde a los fabricantes estadounidenses de armas para vender en América Latina, en coincidencia con la reunión ministerial de defensa hemisférica que tendrá lugar en octubre.
"Si esa decisión se aprueba, tendrá un efecto adverso sobre la seguridad regional y los esfuerzos estadounidenses para alentar la continuación de reformas políticas y económicas en la región", dijo a IPS, Tom Cardamone, editor de Arms Trade News, con sede en Washington.
Cardamone señaló que despues de décadas de dictaduras militares, graves abusos de derechos humanos y economías defectuosas, las naciones latinoamericanas poseen ahora gobiernos democráticamente elegidos, poderes judiciales autónomos y mejor salud financiera.
"La industria estadounidense de armas ha olfateado oportunidades de ganancia en esas reformas y ha presionado a la administracion (Clinton) durante un año y medio para poner fin a 18 años de restricciones sobre ventas de cazabombarderos F-16 y helicópteros de ataque", dijo.
No obstante, observó que la administración estaba dividida acerca de la cuestión.
"Mientras el Pentágono se apresuró a apoyar la posición de la industria, otros en la administración se muestran poco convencidos que la venta de equipos modernos a países sudamericanos sea una política sabia", apuntó Cardamone.
El secretario de Estado, Warren Christopher, dijo en agosto a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado que su "firme convicción" era que se debían adoptar "grandes restricciones" en las ventas de armas a América Latina.
Christopher dijo tambien a la Comisión que Washington debería alentar a sus aliados regionales de invertir su escaso capital en programas que "redunden en grande beneficios para sus ciudadanos". No obstante, advirtió, "no será una política fácil de llevar a cabo".
Sin embargo, Christopher dejó abiertas las opciones estadounidenses cuando expresó a la Comisión que si Washington rechazaba pedidos, "muchas naciones en el mundo comprarán armas de otro país que son casi tan buenas como las nuestras. Debemos poner eso tambien en la balanza".
Cardamone dijo que lo reclamos formulados por la industria de defensa en el sentido que la política oficial provocó la pérdida del mercado latinoamericano, además de miles de empleos, a firmas estadounidenses, tuvo gran impacto en este año de elecciones.
Según las últimas cifras del Servicio de Investigaciones del Congreso (CRS), esas denuncias son infundadas.
El estudio del CRS indicó que los fabricantes estadounidenses de armas todavía controlan el 22 por ciento del mercado latinoamericano, duplicando la cuota del competidor más cercano.
Zumbado declaró que es mejor no estimular la carrera armamentista en la región.
"… Ya tenemos problemas entre Ecuador y Peru", acotó. "Debemos asegurarnos que los países de la región no canalicen sus recursos de desarrollo al campo militar". (FIN/IPS/tra- en/td/yjc/ego/ip).
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