Los procesos de integración de América Latina relegan la protección del ambiente y marginan a los ciudadanos de las decisiones, afirmó Arsenio Rodríguez, director para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
En declaraciones a IPS, el alto funcionario de Naciones Unidas dijo que cualquier mecanismo de integración debe partir de procesos que sean "profundos, que vengan del alma, antes que convertirse en realidades pragmáticas, comerciales o económicas".
Cuando se trata de imponer procesos de integración "basados en el libre comercio sin tomar en cuenta esos pocesos de alma", se corre el riesgo de que el final "no sea feliz", destacó.
Nacido en Puerto Rico y radicado en México, desde donde orienta la oficina regional del PNUMA, Rodríguez visitó Montevideo en ocasión del lanzamiento local de la revista "Tierramérica", editada como suplemento de varios diarios de la región.
El funcionario internacional expresó su preocupación porque los latinoamericanos han "perdido el respeto hacia una parte de sí mismos que es no monetizable, los procesos del alma".
Por ello es que en los procesos de integración se "está relegando a un segundo o tercer plano la protección del ambiente. Consciente o inconscientemente estamos importando un modelo económico que no encaja muy bien con el alma latinoamericana", subrayó.
Ese modelo apunta a mejorar la calidad de vida pero deja de lado la "alegría de vivir", estrechamente vinculada a la protección del ambiente y a la tradición de América Latina, donde existe "un profundo sentir humano que está por encima" del que predomina "en algunas sociedades industriales", dijo Rodríguez.
América Latina tiene enormes riquezas naturales y "todas sus manifestaciones artísticas están enraizadas en esos paisajes que la convierten en el jardín del mundo".
El director regional del PNUMA se preguntó cómo es posible que en Estados Unidos, la sociedad económicamente más poderosa del mundo, haya 18 milones de deprimidos y los adolescentes y preadolescentes se inclinen cada vez más al consumo de drogas.
Destacó por otra parte que el sector privado tiene actualmente muchas más responsabilidades sociales que antes, en razón de que ha adquirido una participación sin precedentes en el poder como consecuencia de los procesos de reducción del tamaño del Estado.
"Los sectores religiosos, laborales, empresariales se han dado cuenta de que tienen que intervenir y de que tenemos que formar una ciudadanía activa si es que pretendemos sobrevivir como una civilización con calidad de vida y alegría de vivir", indicó.
No obstante, las organizaciones no gubernamentales, que permiten una amplia participación ciudadana, tienen mayor peso en las naciones industrializadas que en el Tercer Mundo y en América del Norte (Estados Unidos y Canadá) que en los países sudamericanos, observó.
"Estamos convencidos de que únicamente una participación democrática activa de la ciudadanía puede llevar a que se generen procesos políticos y de integración que incorporen una gran gama de aspectos más allá de las cuestiones puramente comerciales y economicistas", afirmó el jerarca del PNUMA. (FIN/IPS/rr/dg/ip-pr/en/96