Alemania abriga la esperanza de que otros países ricos aumenten o inicien su ayuda al Programa Piloto del Grupo de los Siete (G7) para conservar los bosques tropicales de Brasil, declaró en Bonn el ministro germano de Cooperación Económica, Carl Dieter Spranger.
El político alemán formuló este llamamiento en una conferencia de prensa en Bonn con la cual se clausuró la Tercera Conferencia de los Países Participantes en el Programa Piloto, a la cual acudieron unos 800 funcionarios, científicos y expertos.
En la conferencia de prensa participaron también el ministro brasileño de Medio Ambiente, Gustavo Krause, el director ejecutivo del Banco Mnudial, Caoi Koch-Weser, y Joao Gerson Cardoso, representante de 321 organizaciones brasileñas no gubernamentales y el denominado Grupo de Trabajo Amazónico (GTA).
El G7 financia con 290 millones de dólares este proyecto que va hasta 1999. Alemania ha asumido cerca de 60 por ciento de ese monto, o sea casi 165 millones. A gran distancia siguen la Unión Europea y Gran Bretaña con 30 millones de dólares cada uno.
Estados Unidos y Japón aportan 20 millones de dólares cada uno y varios de los países restantes contribuyen con menos de 10 millones.
Los participantes llegaron a la conclusión de que ahora es necesario apelar a la industria privada para que ésta participe realmente en los programas que se están llevando a cabo para proteger la naturaleza.
Los representantes de la Unión Europea anunciaron que este año pondrán a disposición del programa brasileño otros 11 millones de Ecus, unos 14 millones de dólares.
Los ministros y los representanes del Banco Mundial y el GTA coincidieron en Bonn en que con el Programa Piloto se han obtenido ciertos progresos, pero no se ha avanzado como es de desear.
El delegado del Banco Mundial, Koch-Weser, señaló que la conferencia de Bonn ha sentado las bases para que el programa sea prolongado por 5 años, hasta el 2004.
El ministro Krause reiteró que no se puede esperar "poderes ni virtudes mágicas" del programa ni soñar con que dé respuesta a todos los problemas de Brasil. Desde un principio está limitado geográficamente a la Amazonia.
Pero el gobierno de Brasilia, acentuó, toma en serio la defensa de la naturaleza y de sus habitantes en la Amazonia y el Programa Piloto comtempla también la lucha contra la pobreza de los pueblos que la habitan.
Si bien es cierto que del 92 al 94 aumentó 10 por ciento la superficie de tierras deforestadas, también es verdad que la deforestación no avanza como en las décadas de los años 70 y 80.
Agregó que la nueva Constitución de Brasil estipula el respeto a la diversidad cultural o sea que se aparta de la política equivocada que pretendía la integración de los pueblos aborígenes del país por considerarlos de cultura inferior.
Introduce asimismo una nueva concepción con respecto a la tenencia de la tierra, considerando que las etnias autóctonas pueden vivir en ella conforme a su propia cultura, actualmente en un territorio de 950.000 kilómetros cuadrados.
Con respecto a la demarcación de las tierras indígenas, el gobierno brasileño ha sido malentendido, explicó Krause, pues al admitir el derecho a la imputación del otorgamiento de tierras a los indígenas, sólo ha corregido un vicio que restaba legalidad a dicha ley.
Preguntado por un periodista alemán, Krause contestó que la gran mayoría de las 150 reclamaciones presentadas han sido rechazadas por la justicia de su país y que sólo quedan ocho pendientes de evaluación y fallo para el próximo 15 de octubre.
El Programa Piloto será uno de los temas principales que tratará el canciller alemán, Helmut Kohl, cuando se entreviste el día 17 con el presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, en Brasilia, destacó Spranger.
Según el ministerio alemán de Cooperación Económica, cada año se reduce en 15 millones y medio de hectáreas la superficie cubierta de bosques, fenómeno que puede tener profundas consecuencias en el clima del mundo.
El ministro brasileño consideró que la creciente estabilidad política y económica constituye la mejor garantía de que la naturaleza también será mejor protegida en el futuro.
Por su parte, Aministía Internacional reiteró este jueves en Bonn que las bandas de asesinos contratados por los latifundistas continúan asesinando a pequeños campesinos en el Estado de Pará, en el norte de Brasil.
La Cuarta Conferencia de los países donantes de este proyecto piloto se realizará el proximo año en Manaus, ciudad amazónica en Brasil. (FIN/IPS/rc/jc/dv-en/96