El Teatro de Bonn presenta obras de escritores latinoamericanos dentro del marco de 'autores contemporáneos'. En esta ocasión, la obra 'El Lector' de Ariel Dorfmann está en cartelera.
La obra de este escritor nacido en Argentina es vasta y conocida mundialmente. "Dorfmann es una de las 'voces importantes de América Latina', es un reconocido novelista, ensayista y lírico", se dijo del autor en la presentación.
Sus obras han sido traducidas a más de 20 idiomas. En los últimos años su obra teatral 'La muerte y la doncella' fue filmada por el director Roman Polanski, con éxito mundial.
"Esta obra fue mi regalo a la vuelta a la democracia de Chile", comentó Dorfmann, quien en 1967 obtuvo la ciudadanía chilena.
Desde que Manfred Beilharz asumió como director artístico del Teatro de Bonn, esta institución le ha dedicado un espacio a los autores de América Latina.
Su amor por el teatro latinoamericano data de hace muchos años: "Tengo un interés especial y una tendencia por el teatro latinoamericano. Todo comenzó en 1987 cuando participé en el Primer Festival de Teatro Iberoamericano en Bogotá".
"En aquella ocasión, hubo, al mismo tiempo, una conferencia internacional donde se habló acerca de la persecución y las dificultades de los artistas", continuó Beilharz.
Las impresiones y experiencias vividas en aquella oportunidad hicieron nacer en el director el amor por este teatro y lo han llevado a invitar a grupos latinoamericanos para que presenten sus obras.
Entre las autoras latinoamericanas destacadas que Manfred Beilharz invitó cabe mencionar a la cubana María Irene Fornes.
Dentro de este marco se inscribe el interés del director por Dorfmann. "Creo que esta obra es un ejemplo de cómo el espectador busca en el transcurso de la obra su propia identidad y su posición frente a ella", expresó el director.
Esa tendencia de Dorfmann de obligar al espectador a ser activo internamente, a tener que tomar una posición, a buscar su identidad en la obra, a ser parte de ella, es lo que fascinó al director.
Pero no sólo este aspecto fue de importancia para Beilharz, sino también la pregunta de cuán lejos llega la rectitud política, y si es tan fuerte que se llega a convertir en una dictadura y en una falta de libertad.
La obra muestra a un censor y a la censura dictato en contra de los censuradores que tantas veces prohibieron mis obras".
Sin embargo, los censuradores no lograron hacerlo callar. Primero, porque desde el extranjero seguía escribiendo en una revista política.
Pero adem<<160argo de Frank Hoffmann. "Se lee como una novela criminal, pero es más complicado", acotó Hoffmann. "Tengo una cierta afición por las obras complicadas, que crean una lógica propia, muy distinta a la tradicional, crean la lógica del subconsciente, una estructura que crea diferentes realidades en cada escena, crea un cambio de realidades", definió Hoffmann la obra. Por su parte, Dorfmann opinó "esta obra es una pequeña venganza en contra de los censuradores que tantas veces prohibieron mis obras". Sin embargo, los censuradores no lograron hacerlo callar. Primero, porque desde el extranjero seguía escribiendo en una revista política. 6