Delegaciones de 15 organizaciones no gubernamentales (ONG) de Africa meridional y oriental se reunieron esta semana en Johannesburgo para discutir bajo qué tipo de legislación y qué estructuras apoyarían mejor su labor en favor del desarrollo, superando la inadecuación de las actuales.
Las ONG afirman que han trabajado hasta ahora en un vacío legal carente de normas apropiadas, códigos de conducta, exigencias de responsabilidad y patrones que definan su relación con los gobiernos.
"No queremos que los gobiernos interfieran en nuestro trabajo", dijo Gavin Andersson, director ejecutivo de Development Resource Centre, una ONG sudafricana que fue la coordinadora del evento.
"Pero algunos gobiernos, como el de Sudáfrica, se hacen cargo de canalizar la financiación extranjera que el sector recibe", añadió.
Andersson informó que Sudáfrica está considerando la idea de crear una comisión independiente, formada por representantes de los sectores público y privado, encargada de controlar a las ONG.
Convocada bajo el epígrafe "Un Marco de Legitimación para la Sociedad Civil, la reunión de una semana de duración reclamó la adopción de leyes claras que faciliten el trabajo de las ONG.
Tanto Madagascar como Sudáfrica están estudiando un nuevo régimen legal. Otros países, como Malawi, Mozambique y Namibia, ya han modificado sus leyes o están proyectando cambiarlas. El resto de los Estados de Africa meridional y oriental están a fojas cero en esta materia.
"La falta de legislación es peligrosa", dijo Karla Simon, del Centro Internacional para el Derecho de Asociaciones sin Fines de Lucro, sito en Washington. "El fraude y los abusos proliferan allí donde las normas son insuficientes y poco claras".
"De igual importancia es el hecho de que la falta de normas crea situaciones donde las organizaciones de la sociedad civil están mal protegidas de posibles arbitrariedades del Estado (…) y los gobiernos pueden imponer su voluntad al sector".
La sociedad civil ha advertido, además, que necesita tener un compromiso político, definir su propio espacio, articular un programa alternativo de desarrollo y exigir que el Estado se haga responsable y transparente en sus acciones.
Por carecer de una voz fuerte, el sector de las ONG se ha sentido inhibido en general. La mayoría de las organizaciones son pequeñas y dependen de donaciones. Además no disponen del derecho de proponer leyes. (FIN/IPS/tra-en/gm/pm/arl/dv/96