La guerrilla islámica Talibán estrechó el cerco sobre Kabul y la ONU considera inminente el agravamiento de la guerra de Afganistán, en la que participan tres facciones e intervienen indirectamente cinco países de la región.
La ONU (Organización de Naciones Unidas), cuya gestión de paz en Afganistán se diluyó ante los últimos acontecimientos, advirtió que se agota la paciencia de los países donantes y se verá obligada a presionar a los gobiernos que colaboran con los bandos en guerra.
La milicia fundamentalista Talibán arrebató la semana última al ejército gubermental la estratégica localidad de Jalalabad, situada 150 kilómetros al este de Kabul, y se prepara a avanzar sobre la capital.
Los dos bandos están listos para librar una gran batalla por la población de Sarobi, a sólo 100 kilómetros de Kabul.
Talibán tiene apoyo de Pakistán, mientras Rusia, India e Irán son aliados de hecho del presidente Borhanuddin Rabbani. La república ex soviética de Uzbekistán respalda a la tercera facción, que opera en el norte y está al mando del general Abdul Rashid Dostuman.
El equilibrio de poder entre las tres facciones afganas se alteró en junio, cuando Gulbadin Hekmatyar, del grupo Hezb-i- Islami, se pasó al campo de Rabbani. Hekmatyar pertenece a la etnia pashtún y también mantiene vínculos con Pakistán.
Todos los bandos estuvieron aliados en un frente común mujaidín contra las tropas de intervención soviéticas, a las que derrotaron en 1989 con ayuda de Occidente y después de 10 años de guerra.
Desde entonces luchan entre sí, incluso con mayor ferocidad de la que demostraron contra los soviéticos.
El movimiento Talibán surgió hace dos años en la sudoriental localidad de Kandahar y rápidamente obtuvo el control militar de dos tercios del país. El frente de batalla se consolidó en enero, hasta que, hace una semana, Talibán atacó y tomó Jalalabad.
El vicesecretario general de la ONU Marrack Goulding anunció el jueves que el foro mundial concentrará su esfuerzo por la paz en Afganistán en acabar con la injerencia extranjera en el conflicto.
La ONU teme que la guerra arrecie como consecuencia de la captura de Jalalabad, y varios observadores predicen una violenta ofensiva de Talibán sobre Kabul en las próximas semanas.
Norbert Holl, negociador de la ONU en Afganistán, advirtió el jueves en Islamabad que los últimos hechos representaron un severo golpe para el esfuerzo de paz y que los donantes se rehúsan a continuar su ayuda a ese castigado país.
La evolución de la situación militar "ha afectado las esperanzas" de solución de la guerra. La disposición de los países donantes a entregar recursos se debilita rápidamente y es cada vez más difícil obtener fondos de ellos", dijo Holl, un diplomático alemán al servicio de la ONU.
Estimulado por sus victorias, el movimiento Talibán aumenta a desde el sur el cerco sobre Kabul, restando posibilidades a las tentativas de la ONU de llevar a los combatientes a la mesa de diálogo.
Rabbani restó apoyo a Talibán en Pakistán al incorporar a sus filas a Hekmatyar, pero ese triunfo político fue neutralizado por la derrota gubernamental en Jalalabad.
Así mismo, el ministro de Defensa Ahmed Shah Massoud, un héroe de la guerra contra la intervención soviética, mantiene una tensa relación con Hekmatyar, y los analistas creen cuestión de tiempo un nuevo cambio de bando de éste.
En cuanto a Dostum, apoyado por el vecino Uzbekistán, está ocupado en consolidar sus posiciones en el norte y no parece tener prisa en unirse al incierto destino del régimen de Kabul.
Las fuerzas de Rabbani fueron obligadas por Talibán a adoptar una estrategia defensiva y se aguarda el choque de los dos bandos en Sarobi.
Pakistán no reconoce al gobierno de Rabbani como única autoridad de Afganistán pues, según un alto funcionario, el presidente "no tiene apoyo mayoritario" en su país.
El gobierno de Rabbani está controlado por la etnia tajik, mientras los milicianos Talibán son principalmente pashtún, un grupo con fuertes lazos culturales y lingüísticos con Pakistán, y especialmente con los militares de ese país.
Occidente utilizó la conexión pashtún y los servicios de inteligencia del ejército de Pakistán para hacer llegar armas a los gerrilleros mujaidines que combatían al ejército soviético.
La palabra Talibán significa "estudiantes de religión" y los miembros de ese movimiento eran originalmente estudiantes de religión islámica en el oeste de Pakistán.
Talibán ha prohibido a las mujeres el trabajo remunerado, excepto como enfermeras, y la presencia de niñas en las escuelas en las ciudades que ocupa, como Kandahar, Herat y ahora Jalalabad.
Los milicianos prohibieron en Kandahar la televisión, los deportes, la música y las drogas y castigan la transgresión de su estricta interpretación de la ley islámica con la pena de muerte o la amputación de miembros en público. (FIN/IPS/tra- en/nz/kd/ff/ip/96