La victoriosa milicia musulmana Talibán designó hoy un gobierno provisorio en Afganistán e impuso la sharia, o ley islámica, inmediatamente después de capturar esta capital.
Mullah Mohammad Omar, jefe de Talibán, declaró "estado islámico" a Afganistán en su bastión sudoriental de Kandahar y anunció que será implementado "un completo sistema" musulmán, informó el servicio de noticias AIP (Prensa Islámica Afgana).
Los fundamentalistas Talibán, originalmente una milicia de estudiantes islámicos, arrasaron al comenzar este viernes la última y débil resistencia del régimen presidido por Buhanuddin Rabbani, despues de una rápida ofensiva de dos días.
Los combates causaron cientos de muertos desde el martes, y a poco de entrar en Kabul, los milicianos ejecutaron al ex presidente comunista Mohamed Najibullah (1986-1992), que se hallaba refugiado en un edificio de la Organización de Naciones Unidas (ONU) desde abril de 1992.
Los Talibán sacaron por la fuerza del local de la ONU a Najibullah y lo ahorcaron de un poste del alumbrado público, junto a su guardaespaldas.
Miles de personas se congregaron en la mañana de este viernes en el centro de Kabul para ver los dos cadáveres, mientras la ONU protestaba en Nueva York por la ejecución del ex presidente y la violación de la inmunidad diplomática de su representación en Afganistán.
El consejo provisorio de gobierno está conformado por seis miembros y presidido por Mullah Mohammad Rabbani, mano derecha de Omar.
Los Talibán parecían controlar las principales dependencias del gobierno y la capital permanecía en calma este viernes. Las tropas gubernamentales abandonaron la ciudad sobre la medianoche del jueves, tras volar los arsenales que no pudieron llevar en su retirada.
El gobierno formado por Talibán comunicó a los países en los que mantiene representantes la suspensión en sus funciones de todos sus embajadores y exigió a estos abstenerse de utilizar dinero del presupuesto diplomático, informó AIP.
La caída de Kabul en manos de Talibán parece evidenciar un vuelco definitivo en la guerra civil de Afganistán, en la que se enfrentan tres bandos entre sí.
Talibán tiene apoyo de Pakistán, mientras Rusia, India e Irán eran aliados de hecho del ahora derrocado presidente Rabbani. La república ex soviética de Uzbekistán respalda a la tercera facción, que opera en el norte del país, al mando del general Abdul Rashid Dostuman.
Los tres bandos estuvieron aliados en un frente común contra el gobierno de Najibullah y las tropas de intervención soviéticas, a las que derrotaron en 1989 con ayuda de Occidente y después de 10 años de guerra.
El movimiento Talibán surgió hace dos años en Kandahar y rápidamente obtuvo el control militar de dos tercios del país. Hace 10 dás, los milicianos rompieron un frente de batalla consolidado desde enero al capturar Jalalaba, 100 kilómetros al este de Kabul.
Talibán se lanzó el asalto final de Kabul desde la localidad de Sarobi, situada a menos de 100 kilómetros de la capital, donde había entrado el martes.
En todas las zona caída en sus manos impuso inmediatamente la sharia. Talibán prohibe a las mujeres desempeñar trabajo remunerado, excepto como enfermeras, y no admite la presencia de niñas en las escuelas.
También prohibió en su reducto de Kandahar la televisión, los deportes, la música y las drogas, y castiga con la pena de muerte o la amputación de miembros la transgresión de su rígida interpretación del Islam.
Los combatientes Talibán son mayoritariamente pashtún, una etnia con fuertes lazos culturales y lingüísticos con Pakistán, y su lengua difiere del idioma dari, empleado en Kabul. (FIN/IPS/tra- en/ff/ip/96