ZAMBIA: El incesto y el cortejo a las cuñadas son tradición

Algunos hombres de la etnia ila, en Zambia, creen que el incesto garantiza el éxito. Según la creencia, quien tenga relaciones sexuales con su hija, su hermana o su prima será rico, especialmente si el contacto resulta en un embarazo.

"El incesto es una costumbre institucionalizada entre los ila", explicó Patricia Malasha, coordinadora de un centro de asistencia de la Asociación Cristiana de Jóvenes Mujeres (YWCA) en Lusaka.

Esta tradición es una de las tantas prácticas que oprimen a las zambianas a estudio de la YWCA. Según Malasha, el incesto ritual es una costumbre tan antigua como la memoria de los ila, que viven en el poblado de Mumbwa, 150 kilómetros al oeste de Lusaka.

La investigación comenzó cuando se advirtió que muchas mujeres acudían al YWCA en procura de ayuda tras sufrir el abuso de hermanos, padres o primos. La asociación considera la posibilidad de iniciar en breve una campaña contra el incesto.

"Esto ocurre en muchos hogares, pero todos se mantienen silenciosos en nombre de la tradición. El incesto es una abierta y bárbara violación de los derechos humanos y un crimen vil que debe ser frenado rápidamente con toda la fuerza de la ley", sostuvo Malasha.

"Esta práctica es totalmente opuesta a la tradición cristiana de Zambia. Además, es un delito grave en nuestras leyes. Esperamos que la policía actúe", agregó la activista.

Pero la policía afirma que es poco lo que puede hacer si las víctimas permanecen en silencio.

"Desearíamos acabar con este flagelo, pero necesitamos la máxima cooperación dentro de las estructuras familiares. Y es más facil decirlo que hacerlo, porque las lealtades son muy espesas en las relaciones de sangre", dijo el portavoz de la policía Francis Musonda.

La YWCA también ataca la tradición del cortejo, a la que muchas zambianas atribuyen el origen de numerosos abusos sexuales.

En muchas etnias de Africa meridional, es normal que un hombre corteje a la hermana más joven de su esposa, considerada por las tradiciones su segunda mujer. De allí a la consumación del contacto sexual hay muy pocos pasos.

"Esto nos preocupa, pues las relaciones entre un hombre y su cuñada están tácitamente permitidas por la sociedad", dijo Malasha.

La activista explicó que este hecho afecta a la pareja legítima, pues si la hermana más joven queda embarazada antes que la esposa termina ocupando su lugar.

La mayoría de los hombres entrevistados por IPS en Lusaka pusieron el grito en el cielo ante la idea del incesto, pero no advirtieron ningún problema en el cortejo a la cuñada.

"Desde el mismo matrimonio, la hermana más joven de la esposa ingresa, tácita o, a veces, explícitamente, en la esfera conyugal. Uno puede reclamar sobre ella los mismos derechos que reivindica sobre su hermana mayor", afirmó Marlon Sinkala.

"Ni siquiera veo muchas objeciones de las propias mujeres. Lo único que las contraría es que el cortejo pueda convertirse en un contacto sexual pleno", agregó.

Otro residente de esta capital, Michael Banda, manifestó que "es todo un desafío para algunas mujeres acostarse con el esposo de su hermana". "Además, las esposas se ven obligadas a complacer a sus maridos", pues compiten con sus hermanas, añadió.

Las mujeres ven el problema desde una óptica totalmente distinta. Algunas toleran el cortejo, siempre que no se convierta en abuso. Otras, directamente, se oponen a esta práctica de modo frontal.

"La esposa debe marcar la línea y vigilarla estrechamente, pero todo depende de cuánto esté dispuesta a confiar en su esposo y su hermana. Yo no confiaría en ninguno de los dos, pues he visto muchísimos matrimonios destrozados por el cortejo", dijo la empleada bancaria Noreen Daka.

"He visto a mi esposo (supongo que en broma) acariciando los senos de mi hermana menor en mi cara, y nos hemos reído mucho de eso, pero he dejado en claro que solo estoy dispuesta a tolerar la tradición hasta ese punto", afirmó.

Vi Manda, secretaria casada hace ocho años, dijo que nunca más permitirá que su marido corteje a su hermana menor. "Mi esposo abusó de mi confianza. No puedo entrar en detalles, pero su actitud destrozó mi relación con mi hermana hasta el día de hoy", dijo.

La activista de los derechos femeninos Veronica Chipoma dijo que "la mayoría de los hombres no respeta los límites de esta tradición clara y simple".

"El marido puede cortejar de palabra a la hermana menor, pero no debe ir más allá. Cuando comienza a tocarla sugestivamente, ambos se salieron de la línea", explicó Chipoma. (FIN/IPS/tra- en/jc/kb/mj/pr/96

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