Tifones e inundaciones sorpresivas causan tradicionalmente muerte y destrucción en las provincias del centro y norte de Vietnam, pero los de la estación lluviosa de este año han sido especialmente devastadores.
El tifón «Niki»‘ llegó a tierra a la caída del sol este jueves, proveniente del sur del Mar de la China, y este viernes se dirigió en dirección norte-este hacia el sur de China y Hong Kong.
«Las posibilidades de rescatar a cientos de pescadores son escasas», dijo a IPS por teléfono un funcionario del Centro de Prevención de Inundaciones y Desastres de la provincia de Thanh Hoa, al norte del país.
La tormenta fue la peor que azotó a la región propensa a las inundaciones desde 1931, cuando murieron 345 pescadores. Un templo en memoria de las víctimas aún existe en la comunidad costera de Ngu Loc.
Cientos de pescadores y sus jóvenes aprendices continúan desaparecidos en alta mar, y se confirmó la muerte de 111, mientras los daños a cosechas y edificios alcanzan millones de dólares tras una ola de inundaciones sorpresivas y tormentas eléctricas iniciada en julio.
«Necesitaremos años para recuperarnos tras este desastre», dijo Nguyen Van Hoa, jefe de administración de la Villa Ngu Loc, en Tanh Hoa.
Alrededor de 2.000 pescadores estaban en alta mar cuando una tormenta, fuertes vientos y lluvias asolaron las provincias costeras a mediados de agosto. Las autoridades afirman que muchos de los botes se hundieron en medio del oleaje.
En sólo tres días, las provincias de Thanh Hoa y Ninh Binh quedaron bajo entre 300 y 470 milímetros de lluvias.
La marina vietnamita se encontraba en proceso de rescatar a sobrevivientes del temporal en el mar cuando el poderoso tifón «Niki» adquirió fuerza en el sur del Mar de la China.
Las autoridades aún deben evaluar detalladamente las estimaciones de los daños causados por las lluvias de este año, pero para muchos en la comunidad de pescadores, el costo podría ampliarse por el hecho de que pocas embarcaciones estaban aseguradas.
Este viernes varias viviendas continuaban amenazadas por el creciente nivel de las aguas que superaron los diques del río Buoi. Kim Tan, una aldea en la provincia de Thanh Hoa, permanece bajo un metro de agua.
Los distritos de Nho Qhan y Gia Vien en la provincia de Ninh Bink, a unos 100 kilómetros al sur de Hanoi, también se inundaron este viernes.
La semana pasada, el primer ministro, Vo Van Kiet, ordenó una vigilancia de 24 horas para las villas que rodean el Rio Rojo, el cual cruza Vietnam de norte a oeste, atravesando Hanoi.
Autoridades municipales de la capital decretaron una advertencia de Nivel Tres a lo largo del río, con crecientes niveles de agua, forzando a 15.000 habitantes de la ciudad a abandonar sus hogares como medida de seguridad preventiva.
Incluso la autopista que une Hanoi con Ciudad Ho Chin Minh (ex Saigón) permanecía bajo un metro de agua en el tramo que cruza la provincia de Thanh Hoa, paralizando efectivamente el transporte durante varias horas.
La rápida acción del ejército vietnamita impidió un alto número de muertos en esta provincia en particular, pero decenas de miles de personas han debido abandonar sus hogares.
Otros en la montañosa provincia de Lai Chau, en la frontera con Laos y la provincia Yunnan, del sur de China, no tuvieron tanta suerte. Indundaciones inmediatas a comienzos de este mes causaron 34 muertes, mientras 22 personas aún están desaparecidas.
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, el Servicio de Ayuda Católico, Plan Internacional y otras agencias no gubernamentales internacionales ya entregaron 12.000 dólares de ayuda de emergencia para las víctimas de las tormentas y las inundaciones.
Las fuertes lluvias no son inusuales para este momento del año, ya que la estación lluviosa se extiende desde julio a noviembre. No obstante, las autoridades señalan que el clima es particularmente severo esta vez, con una tormenta tras otra.
Otro fenómeno atmosférico que golpeó las provincias del norte de Vietnam en la historia reciente fue la tormenta tropical «Frankie», que en julio de 1967 mató a 67 personas.
Las pérdidas en propiedades se estimaron entonces en 150 millones de dólares, o el equivalente a uno por ciento del producto interno bruto (PIB) anual del país.
El año pasado, 200 personas murieron o permanecen desaparecidos tras una serie de tormentas en las provincias centrales. (FIN/IPS/sb/cpg/lp/en-pr/96