URUGUAY: La irrefrenable atracción de la clase media

La clase media, que cimentó las principales reformas sociales y políticas en Uruguay, parece reducirse, pero continúa atrayendo a los estratos socioeconómicos superiores e inferiores, que dicen integrarla aún cuando la realidad demuestre lo contrario.

El uruguayo vive sin estridencias personales o estéticas y es partidario de cambios graduales, posturas que suele adoptar a la hora de ubicarse socialmente.

Esta actitud la constató Equipos Consultores, la mayor empresa de encuestas del país, que en un estudio divulgado en la prensa recurrió a la autoidentificación social de los encuestados y a una medición socioeconómica.

Esas bases fueron utilizadas ante la inexistencia de un modelo universalmente aceptado para la medición de clases o grupos sociales.

Hasta fines de los años 60 un integrante de la clase media uruguaya tenía un empleo seguro, era propietario o estaba pagando su vivienda, accedía gratuitamente a los tres niveles de la educación y tenía asegurado su retiro.

La comparación entre la clasificación realizada y la autodefinición de clase dada por los entrevistados permitió a la empresa concluir que gran parte de los uruguayos se ubica en un lugar de la escala social diferente al de su nivel socioeconómico.

La "irrefrenable" tendencia a identificarse como de clase media quedó reflejada en los indicadores, dijeron los expertos.

Se vieron a sí mismas como de clase media 65 por ciento de las personas de estratos altos, 63 por ciento de quienes integran estratos medio altos, 36 por ciento de las de estratos medio bajos y 29 por ciento de las de estratos bajos.

Entre los estratos medios típicos parece haber también una tendencia a considerarse más bajo en la escala social de lo que una medida imparcial sugeriría.

Es así como sólo la mitad de los consultados dijo pertenecer a sectores sociales medios, 31 por ciento dijo integrar la clase media baja y nueve por ciento expresó pertenecer a la clase baja.

El estudio consideró "interesante" observar que quienes supuestamente están mejor calificados para evaluar su posición en la escala social son quienes se ubican en lugares diferentes al que teóricamente les correspondía.

La proporción de universitarios que se definió como perteneciente a una clase social igual a la que le asignaría la escala es de apenas 26 por ciento, mientras que 70 por ciento se ubicó en un lugar más bajo que el que le correspondería.

Menos de uno de cada cien entrevistados aceptó definirse como integrante de un hogar de clase alta, mientras que en el otro extremo 16 por ciento dijo pertenecer a la clase baja.

Las diferencias no parecen estar asociadas únicamente a la educación, sino también con la simpatía política.

Los votantes de izquierda, que se asignan a sí mismos un lugar igual al que les correspondería según la escala socioeconómica, son apenas 39 por ciento, mientras que 32 por ciento se autodefinió en un lugar más bajo y 11 por ciento en uno mucho más bajo que el real.

Los simpatizantes del gobernante Partido Colorado que se ubicaron en un lugar igual fueron 48 por ciento, en uno más bajo 18 por ciento y en uno mucho menor siete por ciento.

Entre los votantes del Partido Nacional, coaligado con los colorados, esas cantidades fueron de 50, 17 y cuatro por ciento, respectivamente.

El director de Equipos Consultores, el sociólogo César Aguiar, comentó a IPS que una hipótesis a considerar para esta tendencia de los uruguayos puede ubicarse en la necesidad de "no despegarse" hacia arriba o hacia abajo.

En el caso de quien pertenece a los estratos altos la definición puede surgir "de una fantasía que le hace creer que será demasiado observado y perseguido", dijo.

El abogado y analista político Romeo Pérez entendió que en este caso la razón de los consultados de "autodescenderse" de estrato también podría ubicarse "en el temor de pagar mayores impuestos"

Pérez dijo a IPS que la "mesura" de los uruguayos, que los lleva a no hacer ostentación de sus bienes materiales, así como la tradición histórica que atribuye a la clase media todos los beneficios de la sociedad son otros argumentos a tener en cuenta.

La sociedad y los dirigentes políticos, dijo Aguiar, se han caracterizado por otorgar mucho valor a la clase media y puede existir "temor" de dejar de pertenecer a la misma, lo cual no sólo se refleja en los estratos altos.

Aguiar y Pérez coincidieron en identificar una de las razones que lleva a las personas de estratos bajos y medio bajos a autoubicarse como integrantes de la clase media.

Creen que en ellos influye fuertemente la necesidad de no sentirse marginados, tanto desde el punto de vista socieconómico como de las grandes decisiones del país, tomadas por dirigentes que también tienen su origen en la clase media.

Pese a que los uruguayos sostienen desde hace casi dos décadas que el avance de la recesión, el desempleo y la crisis económica aplastaron a la clase media, ambos expertos sostienen que no existen bases científicas para afirmar tal cosa. (FIN/IPS/rr/dg/pr/96

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