El ex primer ministro de Trinidad y Tobago A.N.R. Robinson advirtió al gobierno de coalición, del cual es miembro, que la interferencia en la cobertura de sus actividades de los medios de comunicación locales "destruirá a toda la sociedad".
Es la primera vez que Robinson interviene en el debate entre el primer ministro, Basdeo Panday, y los medios locales por el tratamiento dado por la prensa a la gestión gubernamental.
Hablando esta semana en un seminario sobre medios de comunicación y democracia, Robinson recomendó al gobierno una actitud cautelosa ante acciones que podrían "destruir los medios o restringir sus actividades".
La libertad de prensa está garantizada en la constitución de Trinidad y Tobago, y el país se enorgullece del alto número de semanarios y de sus dos diarios matutinos.
El comentario de Robinson fue hecho en un contexto de severas críticas de Panday a los medios, iniciadas cuando asumió el gobierno en noviembre.
El debate alcanzó su punto culminante en abril, cuando el primer ministro describió a un alto periodista como racista e hizo un llamado a sus empleadores, el conservador Trinidad Guardian, a que lo despidieran.
Los propietarios del diario ignoraron la directiva, pero la crisis nunca se resolvió. Los intentos del diario por permanecer del lado del gobierno desataron una renuncia masiva de destacados funcionarios del periódico, entre ellos el director de redacción, Jones P. Madeira.
Desde entonces propietarios de medios crearon una autoridad de quejas de la prensa para tratar las críticas al sector.
Robinson se había aliado antes con Panday para defender al Movimiento Nacional del Pueblo (PNM) en las elecciones nacionales de 1986. Ahora la frágil coalición revela fracturas entre su Alianza Nacional para la Reconstrucción (NAR) y el Congreso Nacional por la Unidad (UNC).
Ambos partidos unieron fuerzas nuevamente tras las elecciones generales del año pasado, para superar un bloqueo de 17 contra 17 escaños entre el UNC y el opositor PNM.
Recordando cómo fue tratado por los medios cuando fue primer ministro, Robinson aconsejó a las figuras públicas no tomar los informes de la prensa como un insulto personal, y dijo que se permitió el surgimiento de una cultura que promueve la supresión de ciertos tipos de información, citando su experiencia tras dejar el PNM en 1970.
"Todo lo escrito sobre mí era tabú bajo esta nueva forma de pensar y la sociedad lo aceptó", dijo el ex jefe de gobierno.
El ex profesor de periodismo George John estuvo de acuerdo en que la ética periodística no está siendo observada en la profesión, y sostuvo que hay periodistas que se permiten ser utilizados por políticos.
Robinson, quien dijo haber sido insultado más que cualquier otra figura pública, urgió no obstante a los periodistas a proteger sus derechos profesionales e informar libremente sobre los temas, incluso al punto de arriesgar sus vidas.
Como "figura pública", Robinson dijo que siente "una especial responsabilidad por asegurar que la libertad de prensa sea protegida. Si los medios se destruyen o restringen, toda la sociedad será destruida".
"El gobierno debe promover activamente la libertad de expresión como forma de mantener abiertas las vías de comunicación entre el público y quienes están en el poder. Además de los beneficios intrínsecos de la libre circulación de ideas, no hay control más poderoso de las prácticas corruptas que la libertad de expresión", afirmó. (FIN/IPS/tra-en/wg/jc/lp/cr-ip/96