La muerte del principal "señor de la guerra" de Somalía, general Mohamed Farah Aidid, conocida hoy, amenaza con provocar aun más violencia en un país que no ha visto un instante de paz desde 1991.
Aidid, sobre cuya cabeza puso precio Estados Unidos en 1993 durante la fallida intervención militar de la Organización de Naciones Unidas (ONU), había sufrido un intento de asesinato el 27 de julio y las heridas que recibió entonces le ocasionaron la muerte este jueves.
"Continuaremos peleando hasta que derrotemos a las fuerzas de la conspiraciónn internacional y el triunfo de los ideales por los que luchó Aidid", dijo Ahmed Mohamed Damad, el asistente del líder que informó este viernes sobre la muerte del autoproclamado presidente de Somalía.
Damad confirmó a "La voz de las masas de la república de Somalía", emisora de radio de la facción de Aidid, que el guerrero de 61 años murió de un ataque al corazón este jueves, a las 16 horas de Mogadiscio.
Damad relacionó la muerte de Aidid con las heridas que le provocó el intento de asesinato. "El ataque al corazón sucedió cuando lo operaban", dijo.
El portavoz de Aidid negó que su archienemigo del militar, Ali Madhi, haya tenido relación con el intento de asesinato. "No. Ali Madhi no tuvo nada que ver", dijo.
Los rumores sobre la salud del general habían sido frecuentes en las últimas semanas. Hace diez días, una facción rival de Aidid anunció que un atentado a balazos perpetrado en Medina, un barrio de Mogadiscio, le había dejado graves heridas.
Otras versiones señalaron que el autoproclamado presidente viajó a la vecina Kenia para someterse a tratamiento médico y que murió en ese país africano y no en Somalía.
Aidid había negado a través de la radio el 28 de Julio que hubiera sido herido en un atentado. "Los deseos del enemigo no podrán matarme ni herirme. Recién moriré cuando mi tiempo acabe o cuando Alá lo desee", dijo.
Cuatro días después, se agotaron las reservas de suerte del general.
Se teme que luego del entierro de Aidid este viernes en Waharad, un barrio de Mogadiscio controlado por sus fuerzas, Somalía se vea sometida a más violencia.
Damad atribuyó la muerte de su jefe a un grupo de somalíes anónimos. "Ellos están al servicio de la conspiración internacional. Se acercaron y le dispararon. Son fuerzas que están contra Aidid y sus ideales y que mataron a 14.000 somalíes en 1993, encubiertos por Estados Unidos", afirmó.
Estados Unidos y la Organización de Naciones Unidas (ONU) enviaron una misión militar para establecer la paz en Somalía, tras la muerte de unas 300.000 personas entre 1991 y 1992 a causa del hambre y las luchas civiles.
Los enemigos de Aidid se multiplicaron en 1993, cuando el guerrero se enfrentó a la intervención de la ONU. Estados Unidos ofreció un botín de 25.000 dólares a quien lo capturara vivo o muerto.
Washington retiró sus tropas en 1994, después de que simpatizantes de Aidid mataron a unos 60 soldados estadounidenses. En marzo de 1995, también se retiraron los militares de la ONU, y Somalía quedó a merced de los señores de la guerra.
Nacido en 1925, Aidid pertenecía al clan Hawiye Habre Gedir, caracterizado por su fanatismo, y ya adolescente se unió a la policía colonial de Italia.
En 1954, fue seleccionado con otros 13 policías, entre ellos el futuro presidente de Somalía Mohamed Siad Barre, para recibir entrenamiento en Italia. Regresó en 1956, ya con los galones de oficial. Tres años después se enroló en el ejército, al igual que Barre.
Aided sirvió 10 años en el ejército. En ese período, recibió entrenamiento militar en la antigua Unión Soviética, bajo cuya égida se ubicó Somalía durante la guerra fría.
Un grupo de militares de orientación socialista, liderado por Barre, tomó el poder en Somalía en 1969. Aidid no figuró entre los integrantes del Consejo Supremo Revolucionario, compuesto fundamentalmente por la generación de oficiales que recibió entrenamiento en Italia.
Informes no confirmados señalan que Aidid había planeado un golpe de estado, pero Barre le ganó de mano. Pero no cejó en sus planes de hacerse con el gobierno, lo cual obligó a Barre a ordenar su arresto en 1970.
El militar pasó los siguientes seis años en la prisión de Mandeer, y, cuando fue liberado, se le designó director de la compañía paraestatal ASPIMA, que monopolizaba la importación y distribución de medicinas en la entonces socialista Somalía.
Aidid se ganó la simpatía de Barre y fue reincorporado en el ejército en 1977, con el grado de coronel, y enviado a combatir en Ogaden, una región de Etiopía poblada por personas de origen somalí que Somalía pretendía conquistar.
Después de la guerra de Ogaden, Aidid, nombrado ayudante de campo de Barre, fue enviado como embajador de Somalía a India, pero alentado por su clan abandonó el cargo y se dirigió a la vecina Etiopía, donde se unió a la oposición contra el gobierno de su país.
Después del derrocamiento de Barre en 1991, se produjo una sangrienta guerra por el control de Somalía entre las fuerzas de Ali Mahdi y las de Aidid, quien afirmó en 1992 que Mogadiscio estaba firmemente bajo su control. En realidad, se trataba de un deseo que nunca pudo cumplir.
En junio de 1995, Aidid se declaró presidente de Somalía, pero ninguna nación reconoció su gobierno.
El militar estuvo a la defensiva desde abril, cuando un conflicto con su antiguo hombre fuerte en materia financiera, Osman Hassan Ali Atto, se convirtió en una guerra abierta.
Atto, un rico empresario somalí, se unió a Ali Mahdi y otros señores de la guerra para combatir a Aidid, bajo la denominación de "Fuerzas para la Paz". (FIN/IPS/tra-en/mn/pm/mj/ip/96