La inminente batalla decisiva entre los "señores de la guerra" de Somalía por el control total de Mogadiscio, la capital, podría impedir a casi un millón de refugiados de ese país del Cuerno de Africa el retorno a casa.
Suliman Ahmed, de 37 años, ha vivido durante seis años en Eastleig, un suburbio de Nairobi, Kenia, junto a muchos miles de compatriotas suyos. Ahora, siente nostalgia.
"Ninguno de nosotros puede volver a casa ahora", dijo Ahmed, un ex trabajador de la construcción de Mogadiscio, la capital de Somalía.
"Por lo que he escuchado en la radio y de gente que está abandonando Somalía, pronto habrá fuertes batallas en Mogadiscio, y podrían desatarse en cualquier momento", dijo a IPS.
Según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), casi un millón de somalíes han sido desplazados de su país tras el derrocamiento del régimen de Mohamed Siad Barre en enero de 1991.
Desde este domingo, las milicias de Alí Mahdi, uno de los señores de la guerra y quien tiene bajo su control el norte de Mogadiscio, están en alerta máxima.
Alí Mahdi advirtió que tanto él como su aliado, Osman Alí "Atto", consideran la posibilidad de declarar concluida la tregua pactada con otro señor de la guerra, el general Mohamed Farrah Aidid, quien mantuvo en su poder el sur de Mogadiscio hasta su muerte el 1 de agosto.
Mahdi y Atto confían en que la muerte de su archienemigo, ocurrida durante una operación quirúrgica mientras convalecía de heridas recibidas en un atentado, permitan la reconciliación entre varias facciones somalíes.
Pero, muy por el contrario, el nuevo líder del bando de Aidid, el ex cabo del Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos (Marines) Hussein Mohamed Aidid, de 35 años, juró seguir los pasos de su padre y actuar con dureza frente a sus adversarios.
En un discurso que pronunció este lunes, Aidid hijo se comprometió a "eliminar todos los enemigos internos y externos", una advertencia dirigida directamente contra Mahdi y Atto.
Las posibilidades de reconciliación se bloquearon cuando Aidid regresó de Estados Unidos el año pasado y abrazó los ideales de su padre.
Atto alertó que el encendido discurso de Aidid podría provocar el reinicio de la guerra de clanes, que arrojó un saldo de alrededor de 150 muertos en Mogadiscio el mes pasado.
Para algunos somalíes, como Abdulahi Jama Barre, de 72 años, el tiempo se acaba. "A mi edad, lo que quiero es paz, estabilidad y unidad. Quiero una vida sin señores de la guerra ni milicias", dijo.
Barre, el hermano menor del fallecido dictador Siad Barre, huyó en 1991 a Kismayu, unos 400 kilómetros al sur de Mogadiscio, después de que las milicias destruyeron el hotel del que era propietario.
"Ahora, los somalíes estamos dispersos por todo el mundo. La Organización para la Unidad Africana y la Liga Arabe fracasaron con nuestro pueblo", se lamentó.
A pesar de todas las iniciativas regionales e internacionales entabladas con el objetivo de alcanzar la paz, las batallas no se interrumpieron. Cinco conferencias sobre la paz en Somalía se celebraron desde 1991 en Djibuti, Etiopía, Egipto, Kenia y Arabia Saudita.
"Todas fracasaron, porque se celebraron en el extranjero y no tomaron en cuenta la participación de los somalíes ordinarios y los líderes de clanes", dijo Abdel Rahman Gabow, del Congreso Unido de Somalía (USC).
"Ahora intentamos persuadir a la comunidad internacional de que organicen una conferencia de paz en pleno territorio de Somalía", agregó Gabow.
Esa idea es compartida por Hussein Alí Dualleh, autor del ensayo "Somalía: la agonía de una nación". "Siempre pensé que los somalíes debían reunirse en Somalía y hablar y hablar, si es posible, durante meses hasta alcanzar una solución pacífica", dijo a IPS.
En julio, la Unión Europea (UE) organizó una conferencia en Naivasha, 40 kilómetros al noroeste de Nairobi, que nucleó a dirigentes y abogados somalíes con la finalidad de hallar una fórmula política aceptable.
El fallecido Aidid acusó a la UE de apoyar el terrorismo, pues el bloque entregó el mes pasado alrededor de 60 millones de dólares para asistencia con destino a zonas controladas por sus rivales.
Cuatro días antes de su muerte, el convaleciente Aidid condenó a la UE y al enviado especial del bloque a Somalía, Sigurd Illing, y lo responsabilizó de un eventual resurgimiento de la lucha armada entre sus fuerzas y las de Mahdi.
Aidid aseguró que todas las acciones de Mahdi, entre ellas el asalto al aeropuerto de Ballidogle hace dos semanas, fueron financiadas por la UE para perjudicar al pueblo somalí.
Funcionarios de ACNUR en Kenia manifestaron su preocupación ante la perspectiva de que recrudezcan las batallas en Somalía.
"Estamos preparados para lo peor, pero espero que no estalle una nueva guerra en Somalía", declaró este miércoles el representante de la ACNUR en Nairobi, Albert-Alain Peters.
El principal diario independiente de Kenia, The Daily Nation, también pronosticó que la paz no está a la vuelta de la esquina.
"Considerando la humillación que supuso el fracaso de la ONU y Estados Unidos para restaurar la normalidad en Somalía, no parece inminente otro esfuerzo externo. Y, a falta de otra intervención, Somalía continuará muriendo a manos de los líderes de las milicias", alertó el periódico.
Estados Unidos y la ONU enviaron una fuerza militar para el mantenimiento de la paz a este país el Cuerno de Africa, tras la muerte en 1991 y 1992 de unos 300.000 somalíes a causa del hambre y la lucha armada.
Washington retiró sus tropas en 1994 después de que simpatizantes de Aidid mataron a 60 soldados estadounidenses. La fuerza de la ONU, por su parte, abandonó el país en marzo de 1995. El país quedó así a merced de los señores de la guerra.
Hussein Aidid, paradójicamente, integró el contingente de Estados Unidos y fue enviado de retorno a Los Angeles, California, después de que los soldados al mando de Washington salieron a la caza de su padre por la matanza en junio de 1993 de 24 funcionarios paquistaníes de ONU.
Aidid padre sobrevivió a la orden de captura vivo o muerto, a pesar de que el gobierno de Bill Clinton puso un precio de 25.000 dólares a su cabeza. (FIN/IPS/tra-en/mn/pm/mj/ip pr/96